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Fotografía de archivo de víctima e investigado. Vídeo: Jaime Perea

«Pensará la gente cosas raras, pero no tengo nada que esconder», le dijo el descuartizador a su hija

Tribunales ·

Miguel Gallego le mandó un audio a una de sus hijas en el que decía que su esposa estaría con «con algún alemán o alguna cosa», gastando dinero

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 3 de marzo 2025, 01:00

La investigación en torno al brutal asesinato de María Dolores Illán Méndez dio un giro definitivo tras la confesión de su esposo, Miguel Gallego Pousada, quien admitió haberla golpeado en el transcurso de una discusión, para luego descuartizar su cuerpo y esparcirlo por Playa del Inglés el 18 de abril de 2020. Sin embargo, este reconocimiento de culpabilidad llegó casi cinco años después del crimen, tiempo en el que el acusado se dedicó a encubrir los hechos con frialdad y manipulando a su entorno más íntimo. Un ejemplo clave de esta estrategia se encuentra en un audio que el ex guardia civil envió el 22 de febrero de 2022 a una de sus hijas, en el que Gallego desplegó una serie de engaños y excusas para desviar la atención sobre el paradero de su esposa.

Desde el inicio del mensaje, Gallego intentó construir la narrativa de que su esposa se había marchado voluntariamente: «La policía ya lo sabe referente a la mama, que yo ya le he dicho que son tantas veces las que se ha ido, tantas veces, tantas veces, digo cuando venga ya esto, la separación está asegurada». Con estas palabras, buscaba convencer a su hija de que no había nada sospechoso en la desaparición de su madre, sino que se trataba de una situación recurrente en su relación y que, además, iba presuntamente allanando el terreno para rehacer su vida sentimental alejado de la que era su esposa.

Más adelante, reforzó esta idea al hablar del dinero en metálico que supuestamente se había llevado la víctima en el momento de desaparecer: «Digo cuando se gaste el dinero aparecerá pero, coño, no hay señales de nada por ningún lado», dijo. «Cuando se gaste el dinero, porque me parece que te lo he dicho, se llevó 50.000 euros, bueno lo del piso de la abuela que se llevó más o menos, casi, más lo que se ha gastado pues, y supongo que yo qué sé, pero esto ya me suena un poco raro». Con esta afirmación, intentó sembrar la idea de que María Dolores había desaparecido por su cuenta, con la intención de gastar el dinero que había acumulado supuestamente en su domicilio antes de regresar, realizando retiradas de su cuenta y con esa referida herencia.

En el audio, Gallego también hizo referencia a su nueva pareja, una mujer de nacionalidad colombiana que dijo haber conocido en la capital grancanaria, como si esta relación fuera una consecuencia natural de la desaparición de su esposa: «Yo ya flipo, bueno de todos modos la policía yo ya se lo he dicho yo lo siento pero, ya ha venido tantas veces y me he arreglado tantas veces con ella, que ésta ya lo siento no y más ahora teniendo a esta amiga», narró intentando normalizar su nueva relación, mientras la familia de la víctima y los investigadores seguían buscándola.

En un intento de desviar cualquier posible sospecha hacia él, enfatizó que la policía ya había realizado una exhaustiva investigación sin haber obtenido los frutos deseados: «No te creas, la policía la miró con lupa, miraron el teléfono de ella, la telefónica, si la conocía de antes, buuu! No te puedes imaginar, miraron con lupa todo». Esta insistencia en que no tenía nada que ocultar contrasta con la confesión que haría tiempo después.

En la parte final del audio, Gallego sugirió de forma aparentemente insensible que su esposa podría haberse marchado con otra persona: «Se habrá ido con algún alemán, con algún alemán o alguna cosa que aquí conocíamos muchos alemanes extranjeros». Esta afirmación no solo minimiza la desaparición, sino que también buscó desviar la atención hacia otras hipótesis, restando importancia a la ausencia prolongada de la víctima.

Esta presunta manipulación hacia su entorno lo demostró diciendo que había hablado con el jardinero de su complejo, en el que descuartizó a su esposa: «El jardinero se echa manos a la cabeza y todo, dice hostia tú, madre mía, madre mía, qué pesados tú», en referencia a los policías que investigaban la desaparición. «Le dije, mira oye, al jardinero digo, mira es su obligación déjalos oye, yo no tengo nada que esconderme. Cuando venga (María Dolores) ya vendrá si quiere, y si no ella misma, yo que sé, se habrá ido con algún alemán, con algún alemán o alguna cosa que aquí conocíamos muchos alemanes extranjeros. Le estarán limpiando el dinero y cuando venga vendrá sin dinero, pero bueno, eso se lo descuento yo cuando venga».

«Para la separación eso queda descontado», refiriéndose al dinero que inventó que su esposa se había llevado, «pero bueno, eso es lo que hay, la policía sabe lo que hay [...], es desagradable esta circunstancia, pensará la gente cosas raras. Pero yo no tengo nada que esconder, así que, que quede claro, no, ya aparecerá digo yo que aparecerá vamos, pero me suena eso un poco raro», expuso el presunto asesino a una de sus hijas.

El mensaje finalizó con una despedida fría y distante: «Vale mi niña, besos, chao», de forma despreocupada y carente de remordimiento, a pesar de estar hablando de la supuesta desaparición de su esposa, a la que había trozeado durante dos días y dos noches en el confinamiento.

Aviso: Uso de Inteligencia Artificial en el montaje audiovisual que acompaña a esta información

El montaje audiovisual que acompaña esta información ha sido generado por CANARIAS7 con ayuda de una herramienta de Inteligencia Artificial. Tanto la imagen como el audio de la conversación han sido simulados para tratar de recrear el testimonio del Miguel Gallego Pousada, el ex guardia civil detenido por la muerte y posterior descuartizamiento en Gran Canaria de su mujer, María Dolores Illán Méndez, a partir de la transcripción literal de su declaración en sede policial.

Este aviso tiene como objeto cumplir el Reglamento de Inteligencia Artificial aprobado por el Consejo de la Unión Europea, en concreto con su artículo 52, que dispone que «los usuarios de un sistema de IA que genere o manipule contenido de imagen, sonido o vídeo que se asemeje notablemente a personas, objetos, lugares u otras entidades o sucesos existentes, y que pueda inducir erróneamente a una persona a pensar que son auténticos o verídicos (ultrafalsificación), harán público que el contenido ha sido generado de forma artificial o manipulado».

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