Los investigadores localizaron restos óseos de María Dolores Illán en varias zonas de San Bartolomé de Tirajana tras la confesión de su esposo Miguel Gallego Pousada. La operación, dirigida por el Grupo de Homicidios junto a la Comisaría General de Policía Científica, se llevó a cabo en distintos puntos de Playa del Inglés señalados por el propio acusado.
El despliegue policial se inició en la primera de las ubicaciones señaladas en la declaración del detenido, en concreto, en unos jardines aledaños al Shopping Center Tropical. Durante la inspección de la zona, los agentes encontraron vestigios que, según las primeras valoraciones de los forenses, podrían corresponder a restos óseos humanos. Tras el hallazgo, la Policía Científica procedió a su aseguramiento y comunicó el hallazgo a la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de San Bartolomé de Tirajana, así como al juzgado de guardia.
Mientras se llevaban a cabo las diligencias, el detenido relató de manera espontánea que había arrojado los restos desde el mirador del paseo, haciendo el gesto de esparcirlos y describiendo la acción como «como si sembrara». También indicó que en ese punto en particular se había deshecho de fragmentos del cráneo de su esposa, los cuales habría reducido a pequeños trozos utilizando una sierra para metal, un cuchillo y un martillo.
Según su testimonio, cuando tuvo el cadáver en su vivienda decidió que la mejor forma de deshacerse del cuerpo era trocearlo en el baño y cocer parte de los restos en una olla con el objetivo de reducir y ablandar la carne, afirmando que «al hacerlo, quedaba con un aspecto parecido a palomitas» de maíz. Explicó además que secaba los huesos en una rejilla junto a la ventana, sobre un plástico, para facilitar su manipulación.
El detenido detalló que aquellos fragmentos que no podían ser cocidos los guardaba en bolsas dentro del congelador «para evitar el mal olor». Posteriormente, cuando los huesos estaban completamente secos, los troceaba en piezas de pequeñas dimensiones, describiendo con sus manos un tamaño «no mayor que un dedo». Para este proceso, dijo en esa reconstrucción que utilizaba la sierra y, en ocasiones, se ayudaba del cuchillo y el martillo, colocando el primero sobre el hueso y golpeándolo con el último a modo de «escoplo» para fracturarlo.
Troceó el cuerpo en el baño y coció una parte en una olla: «Quedaban con un aspecto parecido a palomitas» de maíz
En el centro comercial hallaron fragmentos de cráneo, escápulas, costillas y huesos largos como el fémur o la tibia
Ya a las 15.40 horas del ese miércoles 12, en presencia de la comitiva judicial, una médico forense antropóloga y el abogado del detenido, se inició la recogida de los restos óseos encontrados en la zona ajardinada del paseo Costa Canaria, entre el centro comercial y la Avenida de Gran Canaria.
Cráneo, escápulas, costillas...
En esta búsqueda se localizaron siete restos óseos que, según la valoración preliminar de la forense, eran compatibles con fragmentos de cráneo, escápulas, costillas y huesos largos como el fémur o la tibia. La forense destacó que los huesos presentaban cortes rectos, compatibles con el uso de una herramienta afilada o dentada.
Posteriormente, la comitiva judicial se desplazó hasta una segunda ubicación, señalada por el detenido en su declaración, situada en una escalera entre las calles Alcalde Enrique Jorge y la Avenida de la Unión, cerca del supermercado Lidl de Playa del Inglés. En este punto se encontraron cinco nuevos vestigios, entre ellos un fragmento de la zona frontal y nasal del cráneo, cuya naturaleza humana fue confirmada por la forense.
El examen preliminar determinó que el fragmento presentaba también marcas de cortes rectos, lo que indicaba que había sido manipulado con una herramienta dentada. Además, se hallaron restos que podrían corresponder a metatarsos o metacarpianos. En este sentido, Miguel Gallego señaló que en ese lugar efectivamente se había deshecho de esa zona del cuerpo: «Estoy seguro de que es el pie», declaró señalando al seto donde lo había depositado.
Aliviado
El detenido identificó el lugar como uno de los puntos donde se había deshecho de partes del cuerpo y recordó con precisión que, cuando arrojó los restos en esa zona, observó lo que creyó que era una cámara de seguridad en una nave cercana, lo que le hizo pensar: «Me han pillado». Sin embargo, al día siguiente, al regresar al lugar, comprobó que se trataba de un tubo cortado y no de una cámara, lo que le generó un sentimiento de alivio.
Según su relato, utilizó ese punto en particular porque le quedaba «de camino» cuando iba a comprar al supermercado Lidl durante la pandemia. En esas ocasiones, transportaba los restos troceados en una mochila y los esparcía en contenedores de basura o en zonas poco transitadas.
Poco más tarde, a las 17.30 horas, tras concluir la inspección en los puntos anteriores, se procedió a realizar la entrada y registro en el domicilio del detenido donde se produjeron los hechos, situado en la calle Helsinki de San Bartolomé de Tirajana.
Cerca del Lidl encontraron trozos de la zona frontal y nasal del cráneo, además de metatarsos o metacarpianos
Antes de finalizar, el ex guardia civil señaló un tercer punto, cercano a un gimnasio de CrossFit ubicado junto a unas palmeras en la zona donde se han llevaron a cabo obras para la construcción del Siam Park. Explicó que había arrojado restos en un saliente del terraplén donde estaban las palmeras y volvió a hacer el gesto de esparcir los restos con la mano. No obstante, indicó que debido al movimiento de tierras y al arrojo de escombros por las obras, consideraba que sería difícil encontrar vestigios en ese lugar.
Los investigadores continúan con el análisis forense de los restos recuperados, mientras la instrucción de la causa sigue su curso para esclarecer la totalidad de los hechos.
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