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De conversación profunda y respuestas largamente argumentadas, a José Miguel Pérez (1957-2024) no le gustaba el ruido político y mucho menos el mediático. Quizá por eso su paso por la primera fila de la política duró poco, apenas 15 años, en los que llevó de nuevo al PSOE al poder.
En este tiempo, fue vicepresidente de Canarias y consejero de Educación, presidente del Cabildo de Gran Canaria y líder de los socialistas del archipiélago. Hombre de consenso, reiteraba que quería llevar las formas de la docencia a la política, pero no lo consiguió. Venía, dijo cuando fue elegido secretario general, a cerrar heridas y pacificar el partido, pero la vida orgánica no le interesaba y esta circunstancia se tornó en su principal debilidad, que acabó pasándole factura.
Catedrático de Historia contemporánea por la ULPGC, en cambio se sintió a gusto como consejero de Educación del Gobierno de Canarias. Su gestión fue reconocida practicamente por unanimidad y a él se debe, por ejemplo, la apertura de los comedores escolares en verano.
Su llegada a la política se produjo en 2003, cuando fue «invitado» por los dirigentes del PSOE a encabezar la plancha al Cabildo de Gran Canaria como independiente. Esta circunstancia le valió, junto al aspirante a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, Arcadio Díaz Tejera, el apodo de «paracaidista», puesto que aparecieron de la nada para liderar las candidaturas en la isla.
En su primera legislatura en la institución insular hizo oposición a José Manuel Soria, y meses después fue elegido secretario general del Partido Socialista en Gran Canaria. En 2007 volvió a concurrir a las elecciones locales y en esta ocasión sí alcanzó la Presidencia del Cabildo tras firmar un acuerdo con Nueva Canarias (NC) y presentar una moción de censura al entonces líder popular.
Después de solo siete años en el partido, en 2010 fue elegido secretario general del PSOE regional en sustitución de Juan Fernando López Aguilar. Ese mismo año, José Miguel Pérez se presentó a las elecciones primarias frente a Santiago Pérez, en las que fue designado candidato a la Presidencia de Canarias de 2011.
El PSOE perdió en aquellas elecciones 11 diputados -pasó de los 26 de Aguilar a su peor registro histórico-. Sin embargo, a pesar de ser la tercera fuerza política del Parlamento, los socialistas volvieron al Gobierno de Canarias tras un pacto con Coalición Canaria. El Ejecutivo de Paulino Rivero como presidente y Pérez como vicepresidente fue el primero de Canarias que ha durado toda la legislatura.
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Para su segundo mandato al frente del PSOE no tuvo competencia en las primarias, pero empezó mal desde el principio. Apenas obtuvo el 53% de los votos, lo que auguraba una etapa convulsa a nivel orgánico y llegó a tener hasta cuatro gestoras insulares al mismo tiempo. En esta etapa le tocó además lidiar con las desavenencias entre socialistas y nacionalistas en el Gobierno regional, negociaciones que no llegaron a buen término y los cuatro representantes del PSOE fueron destituidos por Fernando Clavijo (CC). No solo en Canarias había conflictos internos en el PSOE. 'Susanista' declarado, Pedro Sánchez lo incluyó en su ejecutiva como responsable de Educación en 2014. Dos años después, dimitió junto a otros 16 miembros de la cúpula federal, lo que dejaba al máximo dirigente del partido sin apoyos, y se vio obligado a renunciar al cargo.
Casi a final de 2016, Pérez dio por concluida su etapa al frente del PSOE. Se fue «con la conciencia tranquila» y asegurando haber cumplido lo que prometió: que los socialistas volvieran al Gobierno y al Cabildo grancanario.
La capilla ardiente con sus restos mortales quedó instalada en el tanatorio San Miguel, en la capital grancanaria, donde mañana martes, a las 18.00 horas, se procederá a la incineración.
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