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El proyecto de implantación de la MetroGuagua esconde una paradoja intrínseca: cómo un sistema de transporte rápido tarda tanto en echar a andar. Con cuatro años de retraso sobre las previsiones iniciales, que hablaban de que veríamos pasar las guaguas cada cuatro minutos, el metro en superficie prometido para Las Palmas de Gran Canaria sigue marchando a un paso exasperantemente lento. Al acabar 2024 solo se ha gastado 41,63 millones de euros, apenas una cuarta parte de toda la inversión necesaria. Y ya se apunta al año 2028 como fecha de inauguración del que fue presentado como el proyecto de transformación urbana y social más importante de la ciudad.
De confirmarse esa fecha, la MetroGuagua habrá tardado once años en ponerse en marcha. Va camino ya de los veinticinco años que tardó en completarse la autovía de circunvalación, el otro gran hito de movilidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Una repuesta firmada por el concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, y el director general de Guaguas Municipales, Miguel Ángel Rodríguez, muestra que hasta ahora, la MetroGuagua ha realizado pagos por valor de 35,4 millones de euros en obra civil y anteproyectos. A esta cifra se suman otros 6,2 millones de euros en conceptos varios, como los 2,4 millones de euros en comunicación o los casi 3 millones de euros en marquesinas.
El documento detalla que, hasta el momento, se han efectuado pagos en todos los tramos -ocho- en que se articuló el proyecto, más las actuaciones especiales como el anteproyecto general y el paso subterráneo bajo el parque de Santa Catalina.
Sin embargo, la marcha de cada sección de la MetroGuagua va a ritmos distintos. Tan solo se han terminado cinco de ellos: el de Blas Cabrera Felipe, que ha requerido de una inversión de 6,67 millones de euros; el eje Venegas-Luis Doreste Silva, que ha requerido de 5,83 millones de euros; el tramo de Pío XII, que finalmente costó 2,02 millones de euros; la transformación de Mesa y López, que salió por 7,32 millones de euros; y, por último, el tramo de Juan Rejón, que se ha cerrado tras una inversión de 1,22 millones de euros.
Por tanto, lo que se ha acabado hasta el momento representa un gasto de 23,07 millones de euros. Es decir, tras siete años de trabajo de un proyecto que había que acabar en cuatro, solo se ha terminado entre un 13%y un 14% del total.
En cuanto al resto de los tramos en los que ya se iniciaron las obras pero aun no han acabado, hasta ahora se ha utilizado 3,19 millones de euros para el recorrido de la Vega de San José, que aún tiene pendiente la resolución del paso por la calle Zarautz, licitada en agosto de 2024 por unos 430.000 euros.
En la relación de gastos también se hace referencia a las inversiones realizadas en las obras paradas. Así, la construcción de la estación de Hoya de La Plata, en la que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria rescindió el contrato tras los retrasos que acumuló el proyecto, sumó pagos por 1,03 millones de euros, pese a que solo se ejecutó un 5% de los trabajos.
También se interrumpió la construcción del tramo subterráneo bajo el parque de Santa Catalina. La necesidad de introducir cambios en los procesos constructivos del túnel obligaron a a parar la obra y a impulsar un nuevo contrato que recoja los nuevos condicionantes técnicos. Pese a ello, se había pagado ya 6,2 millones de euros.
Además, se ha gastado dinero en la redacción de proyectos de los tramos de Vegueta (1,25 millones de euros) y de Rafael Cabrera (75.107 euros), aunque no han sido licitados aún.
Los gastos realizados se completan con la inversión de algo más de medio millón de euros en diferentes actuaciones en los distintos tramos.
Por conceptos, se ha certificado obras por valor de 28,19 millones de euros; 4,73 millones de euros por la redacción de los proyectos; unos 2,31 millones de euros por la dirección de obra; algo más de 175.000 euros por la afección a los servicios; y 6,23 millones de euros por otros conceptos.
Con ello, el porcentaje de ejecución de proyecto de la MetroGuagua apenas alcanza un 24% del gasto total que requerirá el arranque de la guagua exprés en Las Palmas de Gran Canaria.
El valor de este porcentaje es todavía relativo ya que se ha calculado en función de las estimaciones del coste final que tiene la MetroGuagua. Por el momento, se desconoce su precio definitivo porque los precios han ido subiendo desde que se puso sobre la mesa su realización.
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En 2017, cuando se pidió el crédito de 50 millones de euros al Banco Europeo de Inversiones, se calculó que se necesitaría una inversión de 100,4 millones de euros, si bien los expertos comunitarios ya alertaron de que las revisiones de precios e imprevistos que suelen acompañar a las obras harían subir estas previsiones hasta los 127 millones de euros.
Estos cálculos acabarían por ser superados en poco tiempo. De hecho, a los pocos años el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria reconocía que el proyecto acabaría costando 114 millones de euros. Y en marzo de 2022 ya se empezó a hablar de 151,41 millones de euros.
Los inconvenientes que fue sufriendo la obra elevaron luego esta cifra hasta los 156 millones, pero la necesidad de reconfigurar tramos como el paso soterrado de Santa Catalina o la decisión de llevar las cocheras a Jinámar han puesto el listón en torno a 170 o 180 millones de euros.
La cifra todavía está lejos del coste de otros medios de transporte (el tranvía de Santa Cruz de Tenerife tuvo un coste de 306 millones de euros) pero el ahorro entre un sistema y otro cada vez es menor.
Las causas del encarecimiento y de los retrasos son múltiples, como alega el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria: la interrupción de la obra por la pandemia;los problemas de suministro posteriores; los efectos de la guerra de Ucrania en la disponibilidad de materiales y en el alza de los precios; la inflación; la aparición de imprevistos que imponen sobrecostes y prórrogas; y los problemas de algunas contratas, incapaces de mantener los ritmos de trabajo previstos.
Lo que queda por delante, sin embargo, no da pie a la esperanza ya que aún faltan obras como el desplazamiento de la GC-1 en Vegueta o la culminación del túnel de Santa Catalina.
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Clara Alba y José A. González
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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