Las Palmas de Gran Canaria

Las bodas regresarán al Pueblo Canario en marzo

Las obras en la ermita del Pueblo Canario, pieza simbólica del patrimonio en Las Palmas de Gran Canaria, parecen haber llegado a su fin con un año de retraso. El proyecto de restauración de la pieza religiosa más antigua de la isla se ha ido dilatando en el tiempo por la aparición de elementos históricos en su suelo y paredes, lo que ha demorado el regreso de las bodas civiles en la ciudad a sus salones, algo que parece que sucederá pasada la primera quincena del mes de marzo de 2025.

Así lo ha explicado este martes Carolina Darias, alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, en una visita que según el Ayuntamiento sirve para dar por finalizados los trabajos de renovación en la ermita. «Tenemos bodas cerradas en la agenda de las Casas Consistoriales hasta el próximo 15 de marzo. Vamos a respetar ese plazo, incluso por los propios contrayentes que puede que ya tengan hasta sus invitaciones ya hechas», dijo Darias.

Las obras en la ermita se han sucedido en su infraestructura principal, su salón central, pero también en las dependencias anexas. Eso convierte el llamado templo de Santa Catalina una polivalencia de la que no disfrutaba en su antiguo uso y que amplía el radio de acción lejos de las bodas civiles. «Es un espacio privilegiado para llevar a cabo determinados eventos que pueden ser compatibles con las bodas civiles. Se ha pensado en las salas anexas a la principal para tener otros usos que iremos viendo», manifestó la jefa del gobierno local.

La finalización de los trabajos de este Bien de Interés Cultural cumple con el último plazo que se había estipulado desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento, que había marcado en el pasado 29 de noviembre el tope definitivo. Pero antes de esta conclusión se concedieron cinco prórrogas a la contrata a cargo de los trabajos.

El último coste del que informó el gobierno local fue de inversión de 437.950 euros, incluyendo los modificados impuestos por las alteraciones sobre el proyecto original por «causas no imputables a la empresa».

Lo que ha sucedido es que la compleja rehabilitación, en la que se han igualados los niveles y se ha apostado por recuperar un pavimento, en teoría del siglo XIX, que sustituye al azulejo rojo de mediados del pasado siglo, se ha concluido. Ahora quedan por perfilar otros detalles, tal y como reconoció Darias. «Hemos concluido el proceso de rehabilitación. Ya hay una persona que se va a dedicar a retirar todas las protecciones y a partir de ahí podemos empezar a hablar de usarla. Queda destapar los murales de Jesús Arencibia, que se han protegido durante las obras y comprobar si van a necesitar alguna mínima intervención, aunque parece que se mantienen en buen estado», añadió.

Estos murales son piezas claves en la trayectoria del artista grancanario, y datan de la década de 1950. Piezas que ahora esperan destacar con más esplendor con la renovación del espacio que las acoge.

Además, el exterior de la ermita se ha pintado de blanco, sustituyendo al amarillo que le ha caracterizado y que cubre todo el conjunto del Pueblo Canario. Este color ha empezado a imponerse desde la antigua pieza religiosa, pero irá poco a poco cambiando la mancha coral de todo el histórico lugar.

Especialmente delicado ha sido el tratado de las maderas que conforman la ermita. «Esta restauración ha permitido recuperar la gran mayoría de las vigas del tejado, las ventanas, los marcos y las puertas, que tuvieron que ser ampliadas de tamaño en unos 30 centímetros para así adaptarlas a los antiguos pisos localizados durante las excavaciones», señalaba en su comunicación en el Ayuntamiento y era hecho destacado entre los profesionales que se han desempeñado en esta minuciosa reconstrucción.

Según informó en una nota de prensa este martes, el proceso para la reconstrucción del Museo Néstor, que lleva cerrado desde hace siete años por diversos desperfectos, dio ayer un nuevo paso con el anuncio de su licitación por 3,5 millones de euros. Esta actuación, que estará financiada con cargo a los Fondos de Desarrollo de Canarias (FDCAN), con un 50% de aportación por parte del Ayuntamiento y un 50% del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria; tiene un plazo de ejecución previsto inicialmente de 24 meses.

La actuación contempla la mejora de la accesibilidad del edificio, que lleva siete años clausurados, a través de rampas y la instalación de un ascensor, adaptándolo así a la normativa. Asimismo, incluye el acondicionamiento de la madera y la cubierta, así como la renovación de las instalaciones o la creación de nuevos servicios de telecomunicaciones, ventilación y aire acondicionado. Otra de las actuaciones será la ampliación del semisótano hacia la plaza de La Caleta en unos 17 metros para albergar un gran almacén y su cubierta, convertida en terraza, podría acoger exposiciones al aire libre.

Esto es un paso relevante en la recuperación de un espacio expositivo capital en el centro de la ciudad, que tenía al borde del colapso por impotencia a su prestigioso director Daniel Montesdeoca.

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