Los españoles, los mayores defensores de los derechos LGTBI

España es un país pionero a la hora de blindar por ley la igualdad de derechos de estos colectivos y lo es, muy posiblemente, porque estas políticas y avances sociales, que en numerosos estados se niegan por completo, cuentan con un muy amplio consenso social. Al menos a eso apuntan los resultados del estudio. En las últimas dos décadas, en nuestro país se hizo realidad el matrimonio homosexual, la ley trans y contra la discriminación LGTBI y está en proceso de aprobación la norma que igualará los derechos y ayudas a cualquier fórmula de familia, estén sus miembros casados o no.

Los españoles, junto con los tailandeses, un país atípico en Asia, donde existe el matrimonio homosexual y su alto nivel de tolerancia es una seña de identidad, son los ciudadanos del planeta que más alientan a los LGTBI a que salgan sin miedo del armario. El 68%, siete de cada diez, apoya la libre expresión pública de la diversidad de género y de la orientación sexual de cada uno, que en modo alguno, entienden, debe ser algo a ocultar o a encerrar en el ámbito privado.

En consecuencia, en un porcentaje prácticamente idéntico, entre el 65% y el 68%, rechazan que los miembros de este colectivo sufran cortapisas, prejuicios o actos de odio a la hora de mostrar abiertamente y en público el afecto por sus parejas y animan a los deportistas homosexuales o bisexuales a decirlo en alto sin temor, por ser un colectivo especialmente encerrado en el armario. Los resultados mantienen a los españoles en la cúspide de este ranking internacional en la que ya se situaron en otras ediciones, cuando fue el país que más apoyo el matrimonio homosexual o el derecho a adoptar sin restricciones de estas parejas.

La defensa de los derechos LGTBI es mayoritaria en España, pero las más activas y comprometidas son las mujeres, en algunos casos hasta diez puntos por encima de los hombres, y, para sorpresa de los propios encuestadores, los 'boomers', los hombres más maduros, los de entre 60 y 80 años, que dieron respaldos del 73%. Eso sí, detrás de ellos viene la generación Z, los chicos de 14 a 30 años, el grupo de edad en el que más proporción de personas se describe como «no heterosexual», el 22%.

Nuestros conciudadanos son igual de partidarios de desarrollar el bloque de derechos que quiere terminar con los ataques y la discriminación de los transexuales, una regulación en positivo que en muchos países levanta ampollas, igual que entre ciertos sectores conservadores locales. Los españoles, de hecho, son junto con los italianos los que más denuncian que este colectivo está muy discriminado en todos los ámbitos y los más partidarios de revertir una situación injusta y de proteger a los trans frente a la marginación en el empleo, la vivienda o el acceso a lugares públicos. Así lo defiende el 75%, en sintonía con el contenido básico de la ley LGTBI-Trans que el Congreso aprobó hace año y medio con el rechazo de la derecha.

Hasta dos de cada tres españoles validan uno de los puntos más polémicos de esa regulación, que los adolescentes puedan acceder a la reasignación de sexo -iniciar las terapias o cirugías de cambio de sexo- solo con el consentimiento de sus padres. La ley da absoluta libertad para el cambio de sexo a partir de los 16 años y lo permite a partir de los 12, pero en el caso de chicos de 12 y 13 con autorización judicial y en el de los de 14 y 15 con el respaldo paterno. La norma también ignoró la posición del Consejo General del Poder Judicial, que pretendía condicionar el acceso entre los 12 y 17 años a un permiso judicial.

De igual manera, los españoles dan niveles de apoyo próximos al 60%, también a la cabeza internacional, a que las instituciones garanticen la inclusión de las terapias y las operaciones de cambio de sexo en la cartera de prestaciones financiada desde la sanidad pública, como recoge la reciente ley. Un 53% cree que estos gastos sanitarios también deberían ser cubiertos por las aseguradoras privadas, por no ver diferencia con otros procesos médicos financiados.

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El único punto sobre los transexuales en el que decae el respaldo ciudadano español es el referente a que puedan participar libremente en las competiciones deportivas dentro de las disciplinas correspondientes a su sexo sentido. Solo lo apoya un 37% (un 42% entre las mujeres y un 40% entre los más jóvenes). Pero, pese al escaso porcentaje, los españoles son, también en esto, los ciudadanos europeos más comprensivos en este particular.