Una familia de Agüimes acoge a Moussa

Luisa del Rosario

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 8 de abril 2025, 02:00

Moussa Traore, un joven de 18 años de Mali al que España le ha dado refugio, se vio el viernes por la noche durmiendo en la calle. Llegó a Canarias siendo menor y la comunidad lo tuteló hasta su mayoría de edad. Entonces pasó a los recursos estatales que le asignaron una plaza que gestiona la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), hasta el pasado viernes. Moussa no quiere irse de Canarias, donde ha echado raíces gracias al club de fútbol de Agüimes. Pero lo que le ofrecía el Ministerio de Migraciones es trasladarse a un centro en Sevilla.

Al negarse el joven debe abandonar los recursos del sistema de protección y fue lo que pasó el viernes. Esa noche durmió en el parque de Santa Catalina «muerto de frío» con «un pantalón vaquero una camiseta y una sudadera», cuenta Delia Delgado, cuya familia ha acogido al joven en su casa en Agüimes.

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«Me impactó porfundamente» que lo dejaran en la calle dice Delia Delgado. La historia se la contó uno el sábado de sus dos hijos cuando esta llegó del trabajo. «Llegué a casa a las cuatro», dice Delia Delgado, y su hijo, que además juega con Moussa en el equipo de fútbol de Agüimes, le preguntó por si se había enterado de lo que le pasaba a su amigo.

El joven a esa hora ya estaba en el Cruce de Arinaga, donde un amigo le dijo que fuera, que se marchara de Santa Catalina y bajara al Sur. Y Delia Delgado no se lo pensó. «Le dije pásale mi teléfono». Lo fueron a buscar y subieron con él a Las Palmas de Gran Canaria para que recogiera su maleta que seguía en el Hostal Valencia, donde CEAR tiene parte de las plazas que gestiona. «El niño es un amor», afirma Delia Delgado.

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En su casa, además de sus dos hijos vive también su madre. «Cuando le dije que iba a recoger al muchacho me dijo que donde comen dos comen tres», asegura.

Ahora todos se están adaptando, pero «es una pena lo que le ha pasado», dice Delia Delgado quien añade: «El niño no se va de mi casa».

Este martes irán a arreglar la documentación. Moussa iba a empezar este lunes un curso de camarero en la capital grancanaria pero Delia Delgado intentará que pueda hacerlo por la zona en la que vive. «Le he dicho que tiene que ponerse a estudiar español». Moussa lo entiende bien, pero le cuesta hablar «siempre fue un chico tímido», recuerda Delia Delgado. «Cuando los padres y madres llevábamos algo de comer a los partidos le daba vergüenza», asegura. «Pero se tiene que sacar el carnet de conducir», dice.

En su casa todos han acogido a Moussa con cariño. Sus hijos lo llaman hermano y Moussa la llama a ella «mamá». «El chico no quería irse y tener que empezar de nuevo por segunda vez», explica Delia Delgado que asegura que Moussa le dijo que el viernes no fue el único que se quedó en la calle. «Echaron a tres, a Moussa, a otro chico y a una chica», lamenta.

«Agradezco de corazón la solidaridad de tantas familias del municipio que se han volcado con Moussa. Muchas madres se han interesado por su situación, preguntando, preocupadas, como si fuera un hijo más. Y, en cierto modo, lo es. Su entrenador ha sido el motor de esa red de apoyo, y mi agradecimiento más profundo va también para la madre que lo ha acogido en su casa con generosidad, como si fuera parte de su propia familia. Estos gestos son los que dignifican a nuestra comunidad», asegura la concejala de Vox en el Ayuntamiento de Agüimes Julia María Bocea Miteu.

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La concejala criticó que dejaran a Moussa «en la calle, sin medios, sin orientación, sin futuro» lo que cree que es una «negligencia: es un fracaso del sistema» por lo que pide «protocolos serios, humanos y transparentes» para que no se repita.