Israel inicia «una nueva fase» en la guerra con ataques tecnológicos contra Hezbolá

Al poco de conocerse esta segunda operación, el ministro de Defensa hebreo, Yoav Gallant, explicó a los medios que la guerra entra en «una nueva fase» en la que «el centro de gravedad se está desplazando hacia la frontera norte, lo que significa que estamos desviando cada vez más fuerzas, recursos y energía hacia el norte».

La tensión crece por segundos y el secretario general de la ONU, António Guterres, apuntó a que «la lógica de explotar todos estos artefactos es hacerlo como un ataque preventivo antes de una operación militar importante. Esto es la indicación que confirma que existe un grave riesgo de una dramática escalada en Líbano, y hay que hacer todo lo posible para evitarla». La diplomacia ha sido incapaz de frenar la escalada entre Hezbolá e Israel y de lograr un acuerdo de alto el fuego en Gaza, una tregua que ayudaría a rebajar la tensión regional.

La milicia chií clama venganza y todos esperan escuchar las palabras del secretario general, Hasán Nasrala. La sensación de inseguridad es total y las explosiones llegaron a los funerales de los milicianos fallecidos el martes, donde se vivieron escenas de pánico y se pidió por megafonía a los presentes que quitaran las baterías de sus teléfonos. Los medios libaneses indicaron que los walkie-talkies afectados también formaban parte de una nueva partida de aparatos comprados por el Partido de Dios.

El caos volvió a apoderarse del Líbano veinticuatro horas después de las explosiones simultáneas de los 'buscas', que dejaron doce muertos y miles de heridos, algunos en estado crítico. El diario 'The New York Times', citando fuentes de seguridad, aseguró que el Mossad logró manipular cada uno de los aparatos antes de su llegada a Líbano y colocó una pequeña carga de explosivo junto a la batería. Los dispositivos estaban programados para emitir un pitido durante varios segundos antes de explotar.

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La empresa taiwanesa Gold Apollo negó haber fabricado los dispositivos AR-924, la mayoría de los que sufrieron la explosión, y aseguró que la responsable de producirlos es una compañía europea denominada BAC, con sede en Budapest. Como es habitual en estas ocasiones, Israel ni confirma ni desmiente su implicación, pero cada vez que hay un golpe de esta magnitud a las pocas horas comienzan las filtraciones al rotativo estadounidense y otros medios en los que se explican algunos detalles clave.

'The Jerusalem Post' indicó, por su parte, que fue una operación conjunta del Mossad y de la inteligencia militar israelí, y el portal Axios dijo que se eligió lanzar el ataque «por temor a que el grupo pudiera haber descubierto su operación secreta».

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Desde Israel no se produjo ningún comentario oficial sobre las explosiones en Líbano, pero el responsable de Defensa, Yoav Gallant, defendió la línea de los objetivos fijados por Benjamín Netanyahu a comienzos de semana y, tras anunciar el inicio de la «nueva fase» en la guerra, dijo que la prioridad es «devolver a los residentes de las comunidades del norte a sus hogares de manera segura». La 98 División del ejército salió de la Franja y se dirigió a la frontera norte, un movimiento que busca asegurar la zona lo antes posible.

Desde que estalló la guerra en Gaza comenzaron los ataques diarios de Hezbolá en solidaridad con Hamás y decenas de miles de israelíes tuvieron que dejar sus casas por la falta de seguridad. La milicia chií busca obligar a Israel a repartir sus esfuerzos, pero ha contenido sus pasos para no provocar una guerra a gran escala.

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Las miradas apuntan a la frontera libanesa cuando la guerra en Gaza está a punto de cumplir un año y en el día en el que la Asamblea General de la ONU, por abrumadora mayoría, exigió a Israel poner fin a su ocupación ilegal de los territorios palestinos en los próximos doce meses. Catorce países votaron en contra, entre ellos Estados Unidos.