Kamala Harris se embarca en una gira por los siete Estados clave para ganar las elecciones

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Los tramos de la campaña estadounidense son como las etapas de una serie de televisión, pensadas para generar el suspense y máxima audiencia. Cada oportunidad de generar titulares son millones de personas que sintonizan. Desde cada cita de primarias, una a una, en lugar de todas a la vez, hasta la coronación del candidato en la convención del partido, que este año los demócratas celebrarán en Chicago del 19 al 22 de agosto. La selección de la pareja electoral ha llegado con su propio redoble de tambores.

Harris ha alimentado la intriga con las oportunas filtraciones sobre los nombres de los finalistas y hasta de las entrevistas que ha sostenido con ellos. El pasado de fin de semana, tres: el senador de Arizona Mark Kelly, el gobernador de Minnesota Tim Walz y y el de Pensilvania, Josh Shapiro.

Del vicepresidente se espera que pertenezca a uno de estos Estados bisagra que pueden ir hacia cualquiera de los dos candidatos el día de las elecciones, para que incline la balanza. Eso descartó, de entrada, opciones como el gobernador de California Gavin Newson, que pese hacer un claro presidenciable no tiene votos que aportar. California ha elegido al aspirante demócrata sistemáticamente desde que Ronald Reagan cerró la etapa republicana. Por eso los nombres de Arizona y Pensilvania eran los favoritos para vicepresidente. Dos Estados bisagra que Biden ganó a Donald Trump por la mínima, apenas un 0,3% en el primero y un 1,17% en el segundo. Con todo, Walz, el gobernador de Minnesota, ha dado un buen esprint final, seguido por los medios al estilo de un 'reality show', con el argumento de que representa al voto rural del Medio Oeste en el que Harris necesita ganar.

Con uno o con otro, el recorrido del tour que tradicionalmente sigue al anuncio del elegido iba a ser el mismo. Este martes, Filadelfia (Pensilvania); el martes, Eau Claire (Wisconsin), seguido de Detroit (Michigan), el jueves Raleigh (Carolina del Norte) y Savannah (Georgia), el viernes Fénix (Arizona), para terminar en Las Vegas (Nevada), y volver a casa, pasando antes por San Francisco, para hacer caja entre los multimillonarios californianos, gracias al entusiasmo que habrá generado el anuncio y la posterior gira.

«Esta semana dominamos los medios», afirmó triunfante en CNN el excongresista demócrata Bakari Sellers. Por el contrario, el estratega republicano David Urban no veía la hora de que pase ese «momentum» de la campaña rival, «para poder hablar de los temas que verdaderamente importan al electorado», se quejó. O sea, la inflación, la inmigración ilegal y todo aquello que ayude a Trump a presentar a Harris y su segundo como parte de un gobierno incompetente, o culpable del malestar económico que sufren los votantes. «Una lunática de la izquierda radical», la llamó el viernes en Atlanta, a donde le siguió los pasos con otro mitin.

Se trata de montarse a la ola de frustración generalizada por la crisis económica, que ha seguido a la pandemia, para intentar llegar con ella a las urnas el 5 de noviembre. Harris, por su parte, necesitar seguir encontrando excusas para mantener el impulso que le da ser la primera mujer que puede convertirse en presidenta de Estados Unidos.

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Al aura que le concede ser afroamericana y defender como propios los derechos reproductivos de la mujer, le suma el espectáculo de celebridades y estrellas de hip hop que acompañan sus mítines. La propia Beyoncé fue su telonera la semana pasada en Atlanta (Georgia) y promete implicarse más en esta campaña que en ninguna otra desde la elección de Obama en 2008. Con la trepidante gira que empieza este martes, Harris pretende también poner de manifiesto la diferencia de edad con Trump, que esta semana solo participará en un acto el viernes. Todo lo que sirvió para dibujar a Biden como un anciano cansado al que no se le pueden encomendar otros cuatro años de gobierno, se vuelve ahora contra él. La vicepresidenta de Biden promete salir a cada escenario como Sylvester Stallone en el papel de Rocky Balboa, subiendo las escalinatas de Filadelfia con banda sonora incluida.