Harris convence a los donantes y recauda el doble de fondos que Trump en julio

Un escrutinio más intenso de la recaudación arroja un panorama todavía más optimista, ya que 200 de los 310 millones se obtuvieron en apenas una semana. Durante los primeros 20 días del mes, Joe Biden fue el candidato presidencial. En contraste, la campaña de Trump solo logró 139 millones en todo julio, pese al enorme impulso que le dio el fallido atentado. El líder del movimiento Make America Great Again (MAGA) tiene ya muy exprimido el bolsillo de sus seguidores.

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Si de números se trata, la vicepresidenta se ha sumado a la ola de mítines masivos de los que presumía Trump. En Atlanta, el martes, metió a 10.000 personas en un evento que parecía más un festival que un acto político. Harris, de 59 años, convertida oficialmente desde este viernes en la primera afroamericana en aspirar a la Casa Blanca por uno de los principales partidos, ofrece un contraste juvenil con la campaña de su antecesor, de 81 años, e incluso con la de su rival, de 78. La candidata que ha heredado el cargo precisamente por la inquietud que generaba la edad longeva del presidente está decidida a explotar las mismas cartas que antes jugaba el magnate.

El público de sus mítines también se ha rejuvenecido. En lugar de bandas sonoras y canciones de Tom Petty o Elton John, a Harris le hacen de teloneros Beyoncé, raperos y estrellas de Hollywood. Allí donde Biden citaba a Abraham Lincoln, ella repite estribillos de hip hop. Es la fórmula con que cuenta para el reto de transformar el entusiasmo repentino de su candidatura en un apoyo sostenido hasta las elecciones del 5 de noviembre. Si ha habido un demócrata que haya generado más entusiasmo que ella fue Barack Obama.

Sin hacer ruido, Harris está llevando a cabo un relevo del equipo de confianza con la cantera del expresidente. La candidata ha heredado una infraestructura de 1.300 personas que Biden empezó a contratar hace dos años, por lo que no dispone de tiempo para empezar de cero y prefiere recurrir a los creadores veteranos de otras campañas.

David Plouffe, que fue el manager de la primera campaña de Obama en 2008, se convierte en su principal asesor. Se le suman Jennifer Palmieri, que llevó la comunicación de Hillary Clinton y Obama, Stephanie Cutter, exadjunta del manager de campaña de Obama en las elecciones de 2012, y Mitch Stewart, que ese mismo año dirigía sobre el terreno la campaña en los estados críticos, entre otros fichajes. Harris tiene dinero para pagarles. Ahora necesita que ellos reproduzcan la magia que llevó al primer presidente afroamericano hasta la Casa Blanca, para que juntos vuelvan a hacer historia.