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EFE
Jueves, 10 de febrero 2011, 00:00
Dos capítulos después de su estreno, la ficción de Telecinco "Ángel o demonio" prepara ya su segunda temporada, avalada por los datos de audiencia y por un formato cargado de efectos especiales y originalidad. Una nave en un polígono industrial de Pinto recrea los decorados de esta serie a caballo entre la fantasía y el terror que cuenta, como ingredientes principales y claves de su éxito, con una protagonista, Aura Garrido, nominada al Goya a mejor actriz revelación, con una inquietante niña de 9 años que en la vida real no teme a los demonios, y con una estética oscura y cuidada que se sale de lo habitual en las series españolas. Valeria (Aurora Garrido) tiene 17 años cuando descubre que es un ángel llamado a combatir las fuerzas del mal, una misión para la que cuenta con el mejor de los aliados: la capacidad de poder disponer en cada ocasión del superpoder que necesite. Su personaje hipnotiza, vuela y protagoniza arriesgadas escenas de acción, "las más divertidas de rodar", según la propia Garrido, un tipo de secuencias que espera que vayan a más en la segunda temporada, que empezarán a grabar la semana que viene. Aunque reconoce que "es más divertido hacer de mala que de buena", Garrido ha comentado a los medios que se han acercado hoy al set de rodaje que el papel de Valeria lo "disfruta mucho", porque "se trata de un ángel, con muchos matices". Valeria comparte esta indefinición entre el bien y el mal con Damián, un personaje ambiguo, aunque más ligado con las fuerzas demoníacas, interpretado por el actor debutante Jaime Olías, que encarna en la serie a un demonio seductor que tratará de conquistar a la protagonista. Para interpretar su papel, Olías ha tenido que aprender a montar en moto y "absorber" en los cinco meses que ha durado el rodaje de la primera temporada "lo mucho que se aprende cada día" trabajando como actor. El éxito de la serie, la más vista de la noche de los martes, y el atractivo físico de Olías han desencadenado los comentarios acerca del parecido del joven con el actor protagonista de la saga "Crepúsculo", Robert Pattinson, algo de lo que Olías trata de desligarse porque, según afirma, no busca convertirse "en un icono masculino para adolescentes". Los actores de la serie destacan el "buen ambiente" que reina entre todos los miembros del equipo y desmienten el tópico de que en los rodajes de películas y series de terror se producen hechos paranormales o inexplicables. "Aquí no hemos vivido ningún Poltergeist", comentaba Olías al tiempo que, repentinamente, se apagaban las luces de uno de los sets de rodaje. "Bueno, igual alguno sí que ha habido", ha reconocido entre risas el joven, que compatibiliza su trabajo en la serie con sus estudios de comunicación audiovisual. El actor Jorge Suquet, que da vida al elegante y sarcástico demonio Graziel, ha comentado que, para él, el éxito de la serie radica en lo original del formato, una peculiaridad que irá a más a partir de la segunda temporada, cuando "a los guionistas se les vaya más la cabeza" y los actores estén "más metidos en el personaje. A partir de ahora no hace falta andar con pies de plomo como al principio, te puedes dejar llevar". "Todos somos conscientes de que se está haciendo algo distinto. Se trabaja a un ritmo frenético, pero se cuida mucho el resultado final", ha explicado a EFE el actor. Dos equipos independientes se encargan de rodar hasta cuatro capítulos de forma paralela, combinando exteriores e interiores, un ritmo que ha permitido que los trece capítulos de la primera temporada se grabaran en cinco meses. El trabajo del equipo no acaba en el rodaje, ya que son los efectos de imagen y sonido que se aplican durante el proceso de montaje los que ayudan a que la atmósfera de la serie sea la buscada. Así lo explicó la benjamín de la serie, Carmen Sánchez, una niña de nueve años que interpreta a un demonio sin escrúpulos de más de 600 años que consigue helar la sangre de cualquiera con solo una mirada; mirada que a ella, afirma con desparpajo, le sale "de forma natural". "Antes me daban miedo las pelis de miedo, pero no desde que soy actriz", sostiene con seguridad la pequeña, justo al contrario que Aura Garrido, que es incapaz de ver películas de terror y que "pasa miedo" incluso viendo la serie, "porque cambia mucho tras el proceso de montaje y consigue sorprenderte aunque hayas vivido el rodaje en primera persona". Lo cierto es que, sin necesidad de montaje, la chimenea de la "casa" de los demonios, un imponente y tétrico piano de madera, y las sepulturas diseminadas por la nave industrial de Pinto donde se rueda la serie ya dan pistas suficientes para darse cuenta de que "Ángel o demonio" se sale de lo convencional.
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