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A. B.
Madrid
Miércoles, 12 de marzo 2025
Suma y sigue para las operaciones de venta de activos que llevaba planeando hace meses Telefónica, bajo la batuta entonces de José María Álvarez ... Pallete, y que han sido aceleradas con la llegada de su nuevo presidente, Marc Murtra. De nuevo ha sido Latinoamérica la región donde se ha producido el traspaso y esta vez han sido sus activos colombianos los afectados, que pasarán a manos de la sociedad Millicom Spain a cambio de 400 millones de dólares estadounidenses (aproximadamente 368 millones de euros al tipo de cambio actual).
En concreto, la operadora cederá el 67,5% de las acciones que mantenía en la empresa Colombia Telecomunicaciones. No obstante, como es habitual en este tipo de casos, la venta definitiva está sujeta todavía «a determinadas condiciones de cierre, incluyendo la obtención de las pertinentes aprobaciones regulatorias y a acuerdos» con la Administración y el Gobierno colombianos. Así lo indicaba este miércoles por la noche en una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La salida de Telefónica fuera de Colombia se viene negociando desde hace la primavera pasada, conversaciones que desembocaron en un principio de acuerdo no vinculante con la compañía Millicom, que tiene su sede en Luxemburgo y que pretende adquirir más activos en el país sudamericano para «rejuvenecer» su mercado. Ya entonces el grupo de telecomunicaciones español argumentaba que ante un mercado «caracterizado por un alto nivel de concentración como el colombiano, es clave ganar escala y ante ello el mejor camino es una integración que genere un actor con tamaño, redes y ofertas para beneficio de nuestros clientes».
Finalmente aquel pacto ha desembocado ahora en una venta definitiva. Y la multinacional confirma en su nota que «esta operación se enmarca dentro de la política de gestión de cartera de activos del Grupo Telefónica y está alineada con su estrategia de reducir gradualmente la exposición a Hispanoamérica». En este sentido, hace dos semanas pacto la venta de su filial en Argentina a Telecom, propiedad a partes iguales del Grupo Clarín y del empresario David Martínez, por 1.245 millones de dólares (unos 1.190 millones de euros al cambio actual).
Pero la operación relativa a su sociedad argentina cuenta con el recelo del controvertido presidente del país, Javier Milei, quien puso toda la operación en manos de las autoridades nacionales de competencia para que revisen cuál sería su afectación sobre el mercado nacional y el impacto real en los consumidores. El mandatario bonaerense ve riesgos de que se pueda formar un cuasimonopolio en su sector de telecomunicaciones porque Clarín pasará a controlar a través de distintas participaciones casi el 70% de la telefonía móvil.
En la misma línea, la 'teleco' que ahora dirige Murtra también busca comprador para sus activos en México y Uruguay. De hecho, en este segundo caso los analistas esperan que sea el próximo traspaso dada la estrecha relación del país con Argentina. El problema es que el mercado uruguayo es claramente más reducido -Movistar es allí el principal actor privado con 1,4 millones de clientes- y sus ingresos se mueven a la baja, por lo que está resultando difícil encontrar ofertas interesantes. Según fuentes del sector, el grupo español pretendería ingresar entre 350 y 400 millones de dólares por esa operación.
En el caso de México, los reducidos márgenes de negocio que tiene su filial allí (el 90% de sus 20 millones de clientes corresponden a servicios de prepago) y la competencia creciente por parte de su gran rival, el grupo América Móvil a través de la sociedad Claro, acrecientan la necesidad de buscar comprador. Mientras, en Perú su subsidiaria ha entrado en concurso de acreedores y la empresa con la que Telefónica supervisa los negocios latinoamericanos tendrá que facilitarle una línea de créditos por valor de 394 millones de euros para afrontar los principales pagos.
En todo caso, los gestores actuales de Telefónica confirmaron hace pocas fechas que van a realizar una revisión estratégica de casi todos sus negocios debido los actuales cambios geopolíticos, desde la posible salida al conflicto bélico en Ucrania -pasando por el fuerte incremento de las inversiones europeas en Defensa y seguridad cibernética- hasta la actual guerra arancelaria mundial desatada por Donald Trump. No obstante, no está previsto que la nueva hoja de ruta de la operadora se haga pública hasta el segundo semestre y en ella seguramente pesará la abultada deuda que aún arrastra: 27.161 millones de euros al cierre de 2024, pese a haberla recortado en otros 1.537 millones el año pasado.
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