García Pimienta y el elegido para sustituirle en la UD, Luis Carrión.Efe
La última vez que la UD esperó a un entrenador acabó como acabó: con Jémez y directos a Segunda
Fútbol ·
Lo sucedido en la temporada 2017-18, con fichajes frustrados de Roberto de Zerbi o Jorge Almirón de por medio, viene a la memoria ahora que se aguanta la respiración por Luis Carrión
Con la decisión de esperar por Luis Carrión para su nuevo proyecto en Primera División, la UD revive la situación que ya pasó, también en la máxima categoría, y también con Luis Helguera al frente de la dirección deportiva, en la temporada 2017-18 y que concluyó de la peor manera, con descenso a Segunda. Entonces, como ahora, los objetivos para el banquillo se definieron con anticipación pero todo salió peor que mal y se sentó un precedente negativo que ahora, inevitablemente, cobra vigencia.
Contextualizando, en marzo de 2017, Quique Setién anunció que no seguiría al frente del equipo por desavenencias con la dirigencia, abriendo el camino a la sucesión. Con suficiente tiempo por delante y la salvación amarrada, Helguera miró a Italia y pactó la llegada de Roberto de Zerbi, en aquellos tiempos un desconocido y en la actualidad prestigiado tras sus recientes etapas en el Sassuolo, Shakhtar Donestk y Brihgton. De Zerbi llegó a estar en Gran Canaria y sus ayudantes se instalaron, incluso, en las viviendas que facilita el club para los profesionales que vienen de fuera.
Todo, con el fin de acelerar sus aclimataciones y facilitar el conocimiento de las estructuras propias. Transcurrieron semanas en las que todo parecía encaminado. Por lo que fuera, se habló en su día de diferencias en materia de fichajes, la llegada del preparador de Brescia no cuajó. Y tocó improvisar en verano, deprisa y corriendo, por Manolo Márquez, promocionado del filial y que no pasó ni de septiembre.
Por Manolo Márquez llegó Ayestarán, otro fiasco histórico, y que, liquidado a las primeras de cambio, y con Paquito como técnico de transición, obligó a una nueva contratación en el cargo. Y las miras se pusieron en el argentino Jorge Almirón. La cosa acabó en sainete. Luego de una nueva espera mientras el equipo se desangraba en la competición, el club publicó un comunicado oficial el 14 de diciembre de 2017 en el que informaba de que el Comité de Entrenadores de la RFEF denegaba su inscripción. El motivo, «no cumple con los requisitos mínimos exigibles para su capacitación como primer entrenador de un club».
«El técnico no reúne el periodo mínimo de experiencia de cinco años que requiere UEFA para su capacitación en Europa», se justificó. Y vuelta a empezar, luego del número con de Zerbi, los resbalones con Márquez y Ayestarán y el sonrojo con Almirón, Ramírez miró a Paco Jémez, pese a que su estancia anterior en la UD (2010-2011) había acabado en destitución por malos resultados.
El desastre de Jémez: 16 jornadas seguidas sin ganar
Jémez dijo que no iba trastocar sus vacaciones de Navidad con la familia, anteponiendo cuestiones personales a un proyecto que se hundía. Y, pese a ello, la UD esperó por él tragándose todas sus urgencias. Jémez aterrizó el 26 de diciembre vistiendo pantalón de camuflaje y se hizo notar expulsando de la UD a dos jugadores, Rémy y Tannane por supuestas impuntualidades en una concentración. Pese a que le pidieron que readmitiera a Rémy, él se negó. Y fue el anticipo de una lamentable sucesión de resultados que dio con los huesos del club en Segunda luego de encadenar ¡16 jornadas sin ganar!
Abierto el compás de espera por Carrión, conviene este ejercicio de memoria. Y de si merecerá la pena o no seguir dilatando una transición que ya se está haciendo demasiado larga y depende de los resultados de un tercero en cuestión, el Real Oviedo, en su promoción de ascenso.
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