Desplome de Diego Martínez: de sumar un 70% de los puntos posibles en 2024 al 8% de 2025
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La crisis de resultados devora el índice de asombrosa efectividad que marcó su tramo inicial en el banquillo de la UDUn punto de los últimos doce posibles. Y una grosera eliminación de la Copa del Rey (4-0 ante un Elche de Segunda) como comienzo de esta caída libre. Los números de 2025 de la UD han terminado por ensuciar los impecables promedios que se tenían bajo el manto protector de Diego Martínez, que llegó a inicios de octubre con un panorama desolador y, a fuerza de ganar y ganar (cinco victorias en sus primeras siete jornadas) propulsó con fuerza atómica a los suyos.
Tal fue la inercia emergente que impuso, que se llegó al parón navideño con números propios de un candidato al título, totalizando 19 unidades de las 27 disputadas: un increíble 70,3%.
Decimotercera y con siete puntos sobre el descenso y a solo tres del séptimo clasificado. Así se cerró 2024. Los elogios a Diego Martínez, que llegó a ser nominado a mejor entrenador de diciembre en Primera (galardón que terminó recayendo en Simeone), eran pan común. También hubo generosas loas a los jugadores, verdaderos artífices de esa transformación, luego del inicio demoledor a las órdenes de Luis Carrión.
Pero los plomos se fundieron a la vuelta de las vacaciones. Y, de repente, una UD a la que le salía todo, capaz de ganar al Barcelona entre otros méritos, se ha destapado como un elenco permeable y desconectado, especialmente vulnerable y con una fragilidad a la vista de todos.
La secuencia fatal, dejando al margen el borrón copero, ofrece dígitos de espanto: cuatro goles a favor y nueve contra para tres derrotas y un empate en cuatro comparecencias (un 8% de los puntos jugados).
Solo se han bajado dos escalones en la tabla, pero la diferencia estriba en que, con respecto a hace mes y medio, ya se ha abierto brecha por arriba (el Sevilla, que es duodécimo, tiene cinco puntos más) y, por abajo, el margen ya es testimonial.
Además, las prestaciones colectivas también han perdido jerarquía. Salvando ratos aislados, todo lo que ha venido ofreciendo la UD recientemente no ha hecho más que alimentar las dudas. Tropiezos incontestables frente a Getafe (1-2), Real Madrid (4-1) y Girona (2-1), siempre con Cillessen como figura que evitó mayores castigos, y empate sufrido frente al Atlético Osasuna (1-1) en casa como único saldo en este tiempo. Insuficiente a todas luces.
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Ignacio S. Acedo
Dicen que el técnico sigue siendo el mismo y que no ha variado sus rutinas. Antes la pelota entraba y parecía un iluminado y ahora que nada acompaña le toca el reverso de la moneda, con dudas veladas sobre su capacidad. Todo normal en un gremio en el que cada semana suben o se hunden los índices de popularidad.
Ayuda poco el calendario que viene: Villarreal en casa, Mallorca fuera y visita a Siete Palmas del Barcelona.
Pero Diego Martínez, que nunca dijo que iba a ser fácil, sigue confiando en su estrella y, al igual que rompió pronósticos recién llegado, ahora quiere hacer lo propio en mitad de esta corriente de desaliento.
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