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Tras una mesa redonda sobre la corrupción, durante el tercer encuentro de novela negra y policiaca Aridane Criminal, el escritor grancanario y director del evento celebrado en La Palma, Alexis Ravelo, despidió el acto con una frase de Horace McCoy que le gustaba especialmente: «El periodismo consiste en llamar hijos de puta a los hijos de puta». No ejerció como periodista aunque conocía muy bien el oficio como consumidor, como amigo de muchos que lo ejercen, incluida su pareja Thalía Rodríguez. Tampoco era un hijo de puta Alexis Ravelo, todo lo contrario. Pero sí que era consciente de que la sociedad que le tocó vivir hasta este lunes, en el que falleció en la capital grancanaria a los 51 años tras sufrir un infarto en su casa, está poblada de individuos pendencieros y de nula moralidad.
Fueron su diana dentro de un universo literario que cimentó a partir de una voz única, repleta de canarismos y descripciones de su entorno más cercano, que lo llevó a convertirse en un referente nacional de la novela negra, con galardones como el Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón en 2014 por su celebrada 'La estrategia del pequinés', que la editorial Alrevés acaba de reeditar para celebrar el décimo aniversario de su publicación.
Tanto Tito 'el palmera', protagonista de 'La estrategia del pequinés', como el detective Eladio Monroy que focaliza su saga literaria de seis entregas, transitan por momentos fuera de la Ley, pero sus ficciones son más víctimas que culpables. Son fruto de una sociedad dominada y manipulada por los delincuentes de cuello alto, que desde la sombra mueven los hilos y que se encuentran detrás de la mayor parte de las historias que narraba en sus libros.
Con la editorial Siruela publicó dos novelas diferenciales dentro de su 'corpus' literario, como fueron 'La otra vida de Ned Blackbird' (2016) y 'Los milagros prohibidos' (2018).
Alexis Ravelo se hizo a sí mismo como escritor, tras transitar los estudios de Filosofía. Sirvió copas durante años en el Cuasquías, el legendario bar de la capital grancanaria cerrado desde hace años, hasta que decidió que había llegado el momento de plasmar su fina pasión literaria en la escritura. La novela negra fue el vehículo elegido, de forma natural y siempre como un vehículo «perfecto» para la denuncia social, recordaba en sus entrevistas quien se definía con la socarronería y la humildad que lo caracterizaban como «un escribidor calvo».
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La noticia del fallecimiento del autor de 'La ceguera del cangrejo' (2018), 'Un tío con una bolsa en la cabeza' (2020) y la reciente 'Los nombres prestados' (2022) con la que un año antes se hizo con el Premio de Novela Café Gijón, entre otros títulos, ha generado un hondo pesar entre sus miles de lectores, como han puesto de manifiesto en las redes sociales, así como en el gremio literario y cultural, donde era muy querido. Y es que la creatividad de Alexis Ravelo no se redujo a la escritura.
Junto con el dramaturgo y novelista Antonio Lozano –fallecido en 2019 y con el que tuvo una gran amistad– coescribió el montaje teatral 'El crimen de la Perra Chona', dirigido por Mario Vega, que tuvo su puesta de largo en el Teatro Cuyás. «Su muerte es una catástrofe. Aquel montaje es uno de los más señeros de la historia de este teatro. Es uno de esos tipos que no se merecen morir», apunta Gonzalo Ubani, director artístico del recinto de la calle Viera y Clavijo de la capital grancanaria.
«Tuve la suerte de conocer a Alexis hace unos 25 años, trabajaba en el Cuasquías, y como tantísimos que lo conocimos casi desde el primer momento ya lo sentías un amigo. Se nos ha ido una de esas personas de consenso, de las que quedan tan pocas, una persona querida y admirada al más alto nivel. Un amigo que nunca perdió el tiempo con envidias o celos, dedicó su vida a construir… construir novelas, amistades, obras de teatro, cariños, proyectos y generosidad como pocas personas he conocido. Decir que Alexis era un escritor es probablemente la peor manera de describirlo, no porque no lo fuera, que lo era, no porque no fuera muy bueno, que lo era, sino porque esa palabra se queda corta y no lo define en su plenitud. Era un inmenso amante de la cultura y le tenía ese especial cariño a las artes escénicas, sabía ver lo que pocos veían y eso se notaba en su puño y letra. Trabajamos juntos en 'El crimen de la Perra Chona' con el también fallecido Antonio Lozano. Amigo mío, aquí seguirá latiendo tu esencia y sensibilidad con tantos recuerdos y anécdotas vividas y bebidas…», señala con emoción Mario Vega.
«Recuerdo las charletas que teníamos cuando era camarero del Cuasquías. Cuando me dijo que se metía en la literatura, le dije: ¡olé por tu valentía! Cuando hicimos por el aniversario del Cuyás un espectáculo poético similar al de la inauguración que protagonizó Paco Rabal, no recuerdo quién me dijo que me pusiera en manos de Alexis, que controlaba mucho de poesía canaria. Y me lo demostró, me enseñó muchísimo y me descubrió a genios como Luis Feria. Cuando mi mujer Isabel y yo nos encontrábamos con él, siempre salía la música en la conversación y sobre todo Bach, que era una de sus pasiones y las de mi mujer. Una de las últimas veces que nos vimos fue en la calle Perdomo, donde le dimos un 'pendrive' con todo Bach en versiones estupendas que le grabó Isabel y con la que se quedó privado», recuerda Ubani, desolado por la muerte del escritor.
Su pasión musical se vio recompensada con un regalo muy especial por parte del Festival de Música de Canarias. El pasado año, junto con la poeta palmera Elsa López, Alexis Ravelo leyó textos del Nobel de Literatura José Saramago durante los conciertos de 'Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz', de Haydn, dirigidos por Jordi Savall, leyenda viva de la música muy admirado por el escritor grancanario.
«¿Qué puedo decir? Siempre he vivido por y para la palabra, pero hoy no hay palabras que puedan reflejar lo que siento. Hoy llueve más por dentro que por fuera. Hace más frío por dentro. Y solo se soporta gracias a la rabia. Una jodienda esto de llorar por el hombre que mejor reía. La risa de Alexis Ravelo entraba en la casa un rato antes que él y se iba mucho más tarde, cuando él ya hacía horas que se había marchado. Hoy me siento muy huérfano de amigo y de palabras», subraya el escritor grancanario José Luis Correa, exponente nacional del género negro a través de las novelas protagonizadas por Ricardo Blanco.
El periodista y escritor Santiago Gil, buen amigo de Alexis Ravelo, también estaba devastado por su inesperado adiós. «Fue el que logró llegar más alto en nuestra generación, a una dimensión internacional, a un reconocimiento unánime a su talento y a su trabajo. Pierdo a un hermano que deja un vacío tremendo, me hubiera dicho que me dejara de tristezas y de dramas, pero la vida, cuando golpea, se lleva por delante a la literatura, y él entenderá que por una vez lloro y no escribo», apunta. «Fue un ejemplo, porque nunca lo tuvo fácil, y todo lo que consiguió fue con coraje, con talento y, sobre todo, con muchísimas lecturas. Me acuerdo mucho de Thalía y quiero destacar cuánto influyó en la carrera literaria de Alexis. Su llegada le aportó estabilidad y lo llevó a escribir sus mejores libros, y a ganar los premios más importantes. Mi corazón está con ella», añade.
«Tenía lectores, eso no lo puede decir cualquiera, y deja obra, mucha obra, que podía haber sido más si hubiera vivido más años, pero nadie le quita el éxito en la vida y en la literatura. Ahí están 'La estrategia del pequinés' o 'La vida secreta de Ned Blackbird', y algo estará rumiando Eladio Monroy por los bares de Arenales. Su última recomendación, el domingo mismo en la Televisión Autonómica, fue 'Historia de Arcadia y otros cuentos' de Dolores Campos Herrero. Fue un digno ejemplo de lo que Lola nos enseñó a él y a mí, de la generosidad, de la amistad y de la literatura vivida como algo casi sagrado», concluye Santiago Gil.
Sus familiares y amigos han comunicado la triste noticia a través de las redes sociales, donde también han agradecido las numerosas muestras de cariño recibidas. «Pedimos que se respete la intimidad de la familia en un momento tan difícil para nosotros. En su debido momento se informará de los detalles pertinentes para quienes le quieran dar un último adiós«, han informado.
El fallecimiento de Alexis Ravelo ha generado numerosas reacciones de allegados, amigos y autoridades de la política y de la cultura, que han querido mostrar su pésame por la pérdida el escritor grancanario, a quien han definido como «uno de los escritores que más ha impulsado el universo literario canario», en palabras del presidente del Gobierno canario, Ángel Victor Torres; destacando «la creatividad y el trato personal maravilloso del autor», en el caso del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, señalaba por su parte que «se nos ha ido repentinamente un referente de la literatura contemporánea canaria«, además de «una gran persona».
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