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Francesc Zanetti
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 2 de noviembre 2024, 01:00
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El Festival de Cortometrajes San Rafael en Corto (SREC) cumple 20 años trasladando a la gran pantalla una perspectiva para nada edulcorada de la producción cinematográfica. El compromiso con los productos audiovisuales de los cineastas independientes y con los jóvenes realizadores de Canarias ha marcado la filosofía de este evento impulsado por la Asociación Canaria Gran Angular, cuya próxima cita se desarrollará en el teatro Víctor Jara de Vecindario del 2 al 8 de noviembre.
Cuando el evento surge hace dos décadas como una actividad cultural más sin pretensión alguna incluida en la programación de las fiestas patronales de San Rafael en Vecindario, ninguno de sus promotores pudo imaginar la dimensión que cobraría este festival con el paso de los años. Entre los nueve cortometrajes de aquella primera edición que se celebró con lleno absoluto de público en el interior de la sala de cine fórum ubicada en el Ateneo de Santa Lucía y los 104 trabajos que se proyectarán en esta última entrega, existe toda una labor de militancia a favor del cine que ha terminado por convertir esta iniciativa en uno de los festivales más importantes del país dedicados al formato del corto. A lo largo de sus dos décadas de trayectoria se han proyectado en su pantalla un total de 1.998 cortometrajes de distintos autores y procedencias.
«La participación tanto de directores como de público fue creciendo de forma considerable y nos vimos entonces obligados a trasladar el festival al teatro Víctor Jara y a sacarlo del programa de las fiestas para poder imprimirle la dimensión que requería un evento de esta naturaleza. Hoy en día, SREC es un festival consolidado e independiente, con una participación de más de 400 inscripciones en esta última edición, más de 30 países interesados, más de 80 cortometrajes canarios y con la participación de más de 30 mujeres que dirigen obras en esta próxima entrega. Hemos crecido de forma natural, con mucha humildad en nuestros objetivos y así queremos seguir haciéndolo», explica Agustín Domínguez, realizador, fundador y director de SREC.
La muestra de cortometrajes San Rafael en Corto, que nació en 2005 con el firme propósito de servir de lanzadera para las directoras y directores noveles de Canarias, ha visto cumplida esa intención, porque muchos de los realizadores que hoy en día han dado el salto y están rodando a nivel profesional como David Pantaleón, Juan Carlos Falcón, Roberto Pérez Toledo, Andrés Koppel, Iris Carballo, Coré Ruiz o Macu Machín, por mencionar solos algunos nombres, han figurado en la programación de alguna de sus ediciones.
Y lo mismo podríamos decir de actrices, actores, directores de fotografía o guionistas que participaron en este encuentro anual, dándose a conocer en los repartos de alguna de las producciones estrenadas. «Hace veinte años no existía en la isla ninguna escuela de cine, por lo que el festival cumplió también como una plataforma de formación y contraste», interpreta Domínguez.
Veinte años después aún se sigue empleando la imagen gráfica que diseñó Lesli Zapata para el festival. «De proyectarse los cortos en formato AVI que era el estándar de Windows a buscar conversores para aquellas cintas enviadas en formato Mac cuyas exportaciones eran lentísimas, el festival ha ido consumiendo etapas al tiempo que experimentando la agitada transformación tecnológica que se ha producido en el ámbito audiovisual», avanza Eduardo Navarro.
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Pino Sánchez, que fue concejala del ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana y ha estado involucrada en el equipo de coordinación de las sucesivas ediciones de SREC, resalta el carácter autogestionario del evento y considera que, después de sus 20 años de existencia, «la plataforma de proyección que supone el festival con su capacidad de generar todo un proceso comunitario de cohesión social y de educación en valores, aún no ha sido lo suficientemente valorada desde el punto de vista institucional. Ha trabajado junto a la escuela y a través del cine otro tipo de contenidos y se ha convertido en un escenario para conocer realidades de otros puntos del planeta. Como siempre digo en el seno de la gran familia que es Gran Angular, gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».
Eduardo Navarro, Tenesor Rodríguez, Erika Galindo, Davinia Vega o Alberto Ramírez son algunos miembros de esa familia que ha trabajado junto a Agustín Domínguez durante estas dos décadas para que el festival siga siendo una realidad. Con doce años ingresó en el equipo Alberto Ramírez, quien se alegra de que el festival «se siga celebrando en el Víctor Jara, ya que el cantautor chileno fue pionero en el contexto de la canción protesta. No me hubiese gustado que se hubiese ido al Cine Yelmo Cine Plex porque, aunque sea un cine, solo al entrar a este teatro percibes el carisma social que es la filosofía de mantiene a este festival». Se refiere a la tentadora oferta que en su cuarta edición les propuso el gerente de Yelmo Cine del centro comercial de Vecindario de trasladar la celebración del festival a sus salas, a lo que renuncian.
Navarro, que ahora imparte clases como docente e inyecta en vena su pasión por el cine a sus alumnos a los que pregunta: ¿qué prefieren, ver películas o que otros vean las películas que ustedes realicen? Por su parte, Eduardo Navarro, que imparte clases en el Instituto de FP Felo Monzón en el ciclo formativo de Imagen y Sonido, el único que hay en la isla, tiene claro que «hay muchos jóvenes que tienen inquietud por contar sus historias con una cámara o un móvil. Por eso es importante que existan espacios en donde puedan exhibir sus propuestas».
Cuando irrumpe la crisis económica de 2008 muchos festivales sucumben al no poderse sostener con financiación pública. SREC no desaparece porque su presupuesto se ha alimentado de empeño colectivo, ilusión e imaginación de los miembros de Gran Angular. «No nos hemos quedado por el camino. Por algo habrá sido», apostilla Agustín Domínguez. Su sede natural seguiría siendo el Víctor Jara, en donde no hay alfombras rojas y el público se siente protagonista a la hora de valorar y premiar con su voto los cortometrajes, porque otra de las características de este certamen es que en sus veinte años nunca ha entregado premios en metálico. Su palmarés se desvela en la jornada de clausura y la entrega de sus populares 'Camaritos' se determina con el voto del público que acude a la muestra.
Desde hace tres años se otorga el Premio de Distribución Domingo Socorro con la colaboración de la empresa 104 Digital, que ayuda al trabajo mejor considerado en esta categoría a pasearse durante un año por alguno de los mejores festivales nacionales e internacionales, «llevando el nombre de SREC por todo el mundo», como advierte Jonay García, coordinador del área de distribución de dicha empresa.
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CANARIAS7
Cuando la realizadora grancanaria Iris Carballo lo obtuvo en su primera edición por su corto 'Todo va bien', estudiaba Educación Social. Tras la vorágine que supuso el periplo internacional y el éxito obtenido en algunos festivales, la directora aruquense decidió estudiar cine y dedicarse a la producción. «Aquel premio me abrió infinidad de puertas y proporcionó una sólida red de contactos. Yo sola no hubiera podido afrontar las numerosas gestiones que implica poner a circular tu película», explica Carballo.
Otra de las dimensiones que trabaja Gran Angular a pesar de los pocos medios con los que cuenta esta asociación cultural santaluceña, es su vertiente productora. El último ejemplo de su claro compromiso con los realizadores canarios fue su implicación como entidad coproductora del cortometraje 'Daida, back to the ocean', de Pablo Ramírez, miembro de la misma, que fue candidato para competir en la 38º edición de los Premios Goya al Mejor Cortometraje Documental.
Ahora muchos recuerdan que el nombre de Gran Angular escogido por unanimidad en el seno de aquel colectivo de jóvenes de Santa Lucía de Tirajana pudo haber sido El zulo, El extintor rojo o Cable verde. Fuera cual fuera la denominación, lo que es indudable es que la visión periférica de su zoom sigue aún hoy más vigente que nunca en un mundo asediado por los conflictos, el disparate medioambiental y las desigualdades sociales.
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