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Imagen de las obras de Belén María en la década de 1980. FEDAC
«El subsuelo de Belén María es un colador»

Las Palmas de Gran Canaria

«El subsuelo de Belén María es un colador»

La idea original de crear un paso subterráneo a la salida del Puerto y El Sebadal fue descartada con informes que hablaban de problemas de seguridad y un sobrecoste desproporcionado en la década de 1980

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 11 de enero 2025, 23:15

Este lunes la maquinaria de Obras Públicas del Gobierno de Canarias se desplegará en la rotonda de Belén María, nudo complejo del tráfico en Las Palmas de Gran Canaria, para comprobar el grado de infiltración marina en el subsuelo de la antigua rotonda y donde se prevé la construcción de un paso subterráneo. Lo cierto es que este proyecto ya se planteó en la década de 1980 y se descartó porque según un informe técnico: «El subsuelo de Belén María es un auténtico colador».

Belén María debía tener un paso subterráneo como los que se van encadenando en la Autovía Marítima en la zona de Santa Catalina o el Arsenal. Así estaba consignado en el proyecto de los tramos VI y VII de las obras, que numerados como los actuales de la MetroGuagua, también fueron víctimas de una 'eterna' ejecución que desesperó a la ciudadanía palmense.

Sin embargo, esa posibilidad fue desechada porque, para empezar, hubiera tenido un sobrecoste de 800 millones de pesetas de 1987 –unos cinco millones de euros– para garantizar la seguridad en el lugar.

Este periódico tuvo acceso y publicó el 30 de enero de 1987 el informe solicitado por la constructora Huarte, encargada de los trabajos, a una consultora de Madrid en el que se reseñaba que «ese sobrecoste es consecuencia de la configuración del subsuelo en la zona, que obligaría a realizar trabajos especiales y aplicar técnicas extraordinarias. El subsuelo entorno a la plaza de Belén María es un auténtico colador».

El pasado jueves, en un comunicado remitido a los medios de comunicación, desde el Ejecutivo regional señalaban que «tras la demolición del faro y el despeje de la glorieta de Belén María de especies vegetales y equipamiento urbano se ha llevado a cabo una exhaustiva campaña geotécnica destinada a analizar las características del subsuelo. Este análisis resulta esencial para garantizar la ejecución segura y eficiente de esta obra subterránea en un entorno con alta saturación de tráfico y una elevada infiltración marina».

Esta infiltración marina ya aparece consignada en las informaciones y documentos de 1986 que hablan de la polémica decisión de eludir la construcción de subterráneo en el lugar, hecho que generó confrontación entre técnicos del Gobierno de Canarias y del Ayuntamiento de Las Palmas de GranCanaria.

Cuando se desechó el proyecto en 1986 se señaló que las inyecciones de arcilla que se realizaron en la zona para tratar de sellar la zona y permitir que los materiales constructivos fueran eficientes fueron ineficaces. Eso fue uno de los argumentos del complejo laberinto en el que se habían metido las obras.

Comprobar la fiabilidad de la zona

El Gobierno de Canarias explica que los dos primeros meses de este año recién estrenado irán destinados a comprobar la fiabilidad del lugar para llevar a cabo los trabajos y derivar la circulación de los vehículos que abandonan o acceden a El Sebadal bajo la antigua rotonda. «Se llevarán a cabo dos ensayos principales; por un lado, la ejecución de perfiles sísmicos, realizados por una empresa especializada que se desplazará desde la península y, por otro, la realización de un ensayo de bombeo en pozo, que incluirá la perforación de un pozo de 500 milímetros de diámetro y 22 metros de profundidad, acompañado de tres piezómetros de control, empleados para medir el nivel del agua subterránea», exponen desde Obras Públicas.

A esa información añaden que «los datos obtenidos de estas actuaciones servirán para complementar y verificar la información recogida en el proyecto constructivo y permitirán abordar la ejecución del soterramiento con las mayores garantías técnicas posibles».

De esa forma se quiere despejar cualquier atisbo de preocupación por un proyecto que ya está en marcha y que ha tomado la zona desde el pasado verano sin que la afección hasta el momento sea demasiado visible para los que habitualmente circulan por la zona.

La obra en Belén María forma parte de los trabajos para resolver precisamente las graves afecciones al tráfico generadas en la ciudad por el proyecto de la Avenida Marítima hace ya cuatro décadas. Es el primer paso de un proyecto que se completará cuando se resuelva el verdadero problema, el nudo en Torre Las Palmas, originado entre otras cuestiones por el trenzado de acceso al túnel de Julio Luengo.

Así como las obras de la década de los ochenta partieron de un presupuesto inicial de 2.300 millones de pesetas, que se podían haber incrementado en 800 millones más si se hubiera realizado el subterráneo en Belén María, los trabajos que se están planteando en la actualidad se cifran en 25 millones de euros.

Curiosamente, cuando se hablaba de prescindir del subterráneo en Belén María, decían que no era una zona conflictiva.

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