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Los especialistas del proyecto #Stopculebrareal para el control de la serpiente real de California ('Lampropeltis californiae') en la isla de Gran Canaria han vuelto a peinar los jardines de la urbanización Reina Mercedes, en Las Palmas de Gran Canaria, en busca de la culebra que fue avistada el miércoles pasado por los vecinos. Esta vez, el dispositivo activado incluía a uno de los perros de la unidad canina que desde el pasado mes de marzo se ha desplegado para detectar ofidios. En concreto se trata de Russel, un pastor belga malinois, que en la tarde de este lunes estuvo olfateando los jardines de la urbanización.
Aunque el reptil no ha aparecido todavía, Russel sí pudo detectar, al menos su rastro. «El perro se paraba y marcaba en los sitios que los vecinos habíamos señalado» como puntos de avistamiento de la serpiente real de California, relata el representante vecinal Juan Guerra, «luego los operarios quitaban las hojas para ver si la veían, pero no dieron con ella».
«Solo marcan el lugar», expone Sara Ordóñez, la vicepresidenta de la empresa La Sombra del Cerbero, que ha sido la encargada del entrenamiento y adiestramiento de estos perros en la detección de serpientes.
En sus instalaciones se han formado cuatro perros (Russel, que es un pastor belga malinois, un spaniel, un labrador y un border collie) para la detección de serpientes. De ellos, dos son los que conforman la unidad canina que despliegan Gesplan (Gobierno de Canarias) y Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria.
Un programa de adiestramiento de perros detectores suele prolongarse entre seis y ocho meses, pero en el caso de la localización concreta de ofidios, se requiere algo más de tiempo ya que hay que adaptarse a la época del año en la que la serpiente suele hacer acto de presencia.
De acuerdo a la información que facilita el portal del proyecto Post-Life Lampropeltis para el control de la culebra real de California, «los meses de mayor actividad van de marzo a julio, coincidiendo con el periodo de reproducción».
«Usamos una sustancia neutra a la que añadimos luego el olor de serpiente», expone la vicepresidente de La Sombra del Cerbero. Una vez que aprende a identificar el olor, a través de un sistema de aprendizaje con recompensas, el perro es capaz de detectar la presencia de las culebras reales de California, pese a que este tipo de animales desarrolla su vida bajo tierra la mayor parte del tiempo.
Aún así, la tasa de acierto de estos perros alcanza casi el 95%.
Este cometido, que es como un juego para los perros, es el que asume la unidad canina para rastrear la mercancía que llega a Mercalaspalmas en busca de la presencia de especies invasoras, como la culebra real. En concreto, según la información facilitada por la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, a través de Gesplan, y el Cabildo de Gran Canaria, en la presentación de la unidad canina en marzo de 2023, estos perros rastrean tanto el entorno de Mercalaspalmas como los camiones de mercancías, lo que ayuda a evitar el transporte involuntario de serpientes reales de California a otras islas o a otras localidades.
En el entorno más cercano a Mercalaspalmas se ha logrado así capturar un total de 138 ejemplares desde 2009, de los que 21 fueron entre 2023 (17) y lo que vamos de año (4).
Esta experiencia es la que se ha querido trasladar ahora a la urbanización Reina Mercedes, donde el rastreo todavía no ha dado resultados.
En la web de #Stopculebrareal ya aparece la tercera referencia a la presencia de la serpiente real de California en los jardines de la urbanización Reina Mercedes. Las dos primeras son las de los días 8 y 9 de este mes, y la tercera es de este lunes, que fue el día en que acudieron los técnicos de control de la culebra real.
La presencia de los expertos ha tranquilizado algo al barrio, sobre todo después de conocer que la serpiente real de California no representa ningún peligro para el ser humano.
Pero en Reina Mercedes crece la preocupación por la población de lagartos gigantes de Gran Canaria ('Gallotia stehlini'), a la que el vecindario está muy ligado. «Aquí la gente está proecupada por los lagartos», señaló Juan Guerra, «aquí hay lagartos que meten miedo, un vecino vio uno de unos treinta centímetros sin contar la cola».
Hay un muro de piedra que soporta la calle Archivero JoaquínBlanco Montesdeoca, que es el que alberga una mayor población de lagartos. «Como llegue ahí, hace un destrozo», advierte el representante vecinal.
En el barrio siguen atentos: «Nos dijeron que la culebra sale entre las nueve y la diez de la mañana y entre las siete y las ocho de la tarde».
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Lucía Palacios | Madrid
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