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La capacidad operativa de la red de alcantarillado en la ciudad está comprometida. La antigüedad de buena parte de los colectores y la falta de un dimensionamiento adecuado, pues respondían a una población mucho menor que la actual, obligan al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a plantearse el objetivo de renovar alrededor de 193,12 kilómetros de conducciones para mantener el servicio de saneamiento dentro de unos parámetros de normalidad.
Así consta en el Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua en Las Palmas de Gran Canaria (2024-2033) que será aprobado el próximo viernes en sesión plenaria. El documento detalla que «una de las estrategias contempla la prolongación de la vida útil y los gastos de renovación en la red de saneamiento. Esta inversión en la mejora de la red se plantea en dos frentes principales: la sustitución de los conductos que han superado su vida útil y la renovación de aquellos que se encuentran en mal estado».
100,23 millones de euros se invertirán en la mejora de la red de alcantarillado De esta cifra, 77,42 millones se usará para ampliar la capacidad de las tuberías, mientras que otros 22,81 millones se utilizarán para la sustitución de las viejas.
El inventario en el que se basa la diagnosis es de 2018. Según este análisis, una longitud total de 110,4 kilómetros (el 12% de la red) ha superado su vida útil, que está fijada en 50 años, pues las tuberías fueron puestas antes de 1960; mientras que otro 9%, que representa una longitud de 82,72 kilómetros adicionales y que se pusieron en funcionamiento en la década de los 60, estaba a punto de superar este umbral.
Ambos forman parte de la red por gravedad; en cambio, la que funciona por impulsión está en mejor estado: el 94% de las conducciones son posteriores a 1990 y solo el 6% fue instalado en las entrañas de la capital en la década de los 70.
De este modo, alrededor de 96 kilómetros se renuevan por su antigüedad; y otros 99 kilómetros -en los que también hay tuberías antiguas- se cambian y amplían hasta 192,17 kilómetros para dimensionar la red a la población real que tiene Las Palmas de Gran Canaria.
La Isleta: se actuará en la parte alta, por debajo de Coronel Rocha y Angostura. Aquí predominan las tuberías de hormigón de los años 80. Aunque se ha renovado una parte, todavía hay que cambiar 1,88 kilómetros de colectores.
Santa Catalina: se plantean dos actuaciones. La primera es entre Luis Morote, Tenerife y Eduardo Benot, donde la red recibe una gran cantidad de grasas procedentes de los negocios de restauración que acaban provocando fuertes obstrucciones. Se plantea un control de vertidos y la renovación de 366 metros de conducción en Eduardo Benot, que es de la década de los 60. En cuanto a la segunda actuación, se prevé el cambio de las tuberías de hormigón de los años 50, en especial entre Ruiz de Alda e Isla de Cuba.
Alcaravaneras: aunque los colectores no son tan antiguos, pues se instalaron hace veinticuatro años, el material empleado es hormigón. Hay problemas de mantenimiento entre Mesa y López y Luis Antúnez, donde se prevé la sustitución de 1,26 kilómetros.
Guanarteme: entre el auditorio Alfredo Kraus y Bernardo de la Torre predominan las conducciones de hormigón de los años 50 y 60, «frecuentemente obstruidas por las grasas procedentes de los negocios de restauración, lo que demanda que se ejerza un control de vertidos». Aquí se cambiarán las alcantarillas de Párroco Francisco Rodríguez y Castillejos (467 metros); de Secretario Padilla, entre El Salvador y Pizarro (425 metros); y el área comprendida entre Churruca, Fernando Guanarteme, Portugal y Olof Palme (1,29 kilómetros).
Arenales: entre Aguadulce y Carvajal, en Luis Doreste Silva, el alcantarillado es de fibrocemento y está muy deteriorado. Hay que cambiar unso 1.400 metros. En el mismo tramo, pero esta vez en León y Castillo, hay que analizar la situación todavía. Por último, entre Aguadulce, Canalejas y Doctor Waksman, con tuberías de hormigón de los 50 y los 70, habrá que renovar 915 metros.
Schamann: se requiere actuar en los patios de las viviendas, donde predominan las conducciones de hormigón de los años 80. se calcula que hay que poner unos 3,83 kilómetros de nuevo colector.
Escaleritas: se requiere una renovación completa de la red de saneamiento, en especial entre la Avenida de Escaleritas y Obispo Romo. Las alcantarillas, de hormigón, son de los años 50 y muchas están en el interior de los patios de viviendas, por lo que no han sido catalogadas por Emalsa.
Las Rehoyas: la zona que linda con Agustina de Aragón, Cruz de Piedra y el parque presenta una problemática similar a la de Schamann y Escaleritas. se calcula que habrá que renovar 4,67 kilómetros de colector.
San Lázaro-Siete Palmas: aunque es una zona nueva y cuenta con tuberías de PVC helicoidal, de los años 90, las raíces de los árboles obstruyen la red, en especial en Pintor Felo Monzón y Lomo La Plana. Aparte del cambio de tuberías, se propone un mayor control sobre las especies plantadas.
San Juan: las conducciones de hormigón, de los años 50 y 60, están muy deterioradas y algunas no están catalogadas por Emalsa. Hay filtraciones frecuentes, de ahí que se plantee la renovación de 1,7 kilómetros de colector.
Vega de San José: entre el Paseo de San José y las calles Eufemiano Jurado, Alicante y León las conducciones son anteriores a 1950, con tramos de hormigón y otros de PVC. Habrá que cambiar 6 kilómetros de alcantarillado.
San Cristóbal: se prevé la sustitución de 602 metros de colector junto al refugio pesquero del barrio marinero.
«Esta renovación de los colectores debe afectar a toda la red, especialmente a aquellas zonas que tienen una mayor concentración de tuberías de edad avanzada o cuyo funcionamiento es más importante para el funcionamiento de la red general», concluye el informe.
Junto a la mejora de la capacidad de carga del sistema, el Ayuntamiento se plantea como reto llevar la cobertura de saneamiento al 100% del municipio.
Para ello, se ha inventariado doce zonas a las que se hará llegar la red. Se trata del Atlante (100 metros de conducción); Monte Luz (465 metros) en tres tramos; San Lorenzo (160 metros), en dos; Tamaraceite (150 metros); La Laja (350 metros) en dos tramos; Jardín Canario (40 metros); Bandama (550 metros) en dos secciones; el entorno del centro penitenciario de Salto del Negro (25 metros); La Milagrosa (100 metros); El Corcovado (650 metros); Llanos de María Rivera (60 metros); y La Cazuela (2,2 kilómetros). En total, se plantea la construcción de 4,7 kilómetros.
Además, hay núcleos de población con la red fuera de servicio por el mal funcionamiento de las estaciones de bombeo de aguas residuales. Para ello, se reacondicionarán las del Parral, La Concepción, La Montañeta, Las Labradoras, El Corcovado, Lomo del Capón, Vuelta al Mundo y El Pedregal. En este caso, la longitud aproximada de la red que está fuera de servicio es de unos tres kilómetros.
Uno de los grandes hitos del plan de infraestructuras hidráulicas es la construcción de una nueva depuradora de aguas residuales en La Isleta. Irá dentro del Puerto, detrás de la Zona Franca, a la altura de Roque Negro. La nueva instalación tendrá una capacidad de tratamiento de 36.000 metros cúbicos de aguas negras al día, «lo que significa unos 480.000 habitantes equivalentes». Con ello, se logrará reducir la presión que soporta Barranco Seco, «individualizando la red en dos sectores diferenciados (con posibilidad de conexión en casos de emergencia) de manera que se reduzcan los largos recorridos que realiza el agua actualmente». Aunque el objetivo es reutilizar este agua, se construirá también un emisario al mar para evacuar en caso de emergencia o por falta de demanda de agua tratada y reutilizable. «En su diseño, se deberá poner especial énfasis en el control de la generación de ruidos y olores, ya que, a pesar de situarse lejos de la población, la acción de los vientos alisios puede facilitar su afección a la ciudad», se informa en el documento del Plan Estratégico. La estación de aguas residuales obligará también a construir una nueva estación de bombeo cerca del Mercado del Puerto, donde arranca la pasarela peatonal Onda Atlántica. Y también requerirá instalar «un nuevo colector por la calle Mesa y López con la finalidad de interceptar el caudal proveniente de las cuencas Mesa y López y La Ballena y dirigirlo hacia la nueva estación depuradora» de La Isleta. Se trata de una tubería de 260 metros y un diámetro de 1.200 milímetros.
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