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Las Palmas de Gran Canaria recupera el molino de El BatánEl molino de El Batán, el primer ingenio hidráulico de Las Palmas de Gran Canaria, será recuperado para la ciudad tras el acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento y sus propietarios para la adquisición con cargo a las arcas municipales de esta histórica pieza, que se derrumbaba en la orilla del Guiniguada, cruzado El Pambaso.
Esta intervención del gobierno de la ciudad pone fin a un desencuentro histórico, una negociación eterna que nuca se cerraba mientras lo que debería ser un monumento se degradaba e iba viendo como sus paredes se iban al suelo.
La corporación invertirá, según informan desde el gabinete de alcaldía, 16.554 euros ya contemplados en el presupuesto del área de Planificación, Desarrollo Urbano y Vivienda para salvar una pieza que se encaminaba a su desaparición y la entregará al patrimonio de la ciudad.
Tras coronar las negociaciones, la adquisición del molino se encuentra en estos momentos en la parte inicial del expediente de tramitación de la compra, de mutuo acuerdo por ambas partes, que concluirá, aseguran, en unos meses.
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La adquisición del molino de El Batán es la primera parte de un proyecto de mayor recorrido por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Una vez cerrada la compra se pondrán en marcha los planes para la rehabilitación de esta infraestructura. «El alto valor etnográfico» de la misma es lo que ha motivado que por fin, durante este mandato de Carolina Darias en la alcaldía, el molino pase a manos públicas para su recuperación y la creación de un espacio abierto a la ciudadanía, que desconoce su importante valor patrimonial y el papel que desempeñó en la historia de la capital desde su fundación.
Y es que el molino de agua de El Batán, también conocido como el de El Pambaso, fue el primer ingenio hidráulico de la isla, concebido justo después de la Conquista y mandado a construir por Pedro de Vera. Acomodado en la falda del Guiniguada, allí donde antes corría un río y ahora se impone el asfalto, está justo bajo el parque de El Batán, zona verde que preside el acceso al histórico barrio.
La pieza es del Siglo XVI y, pese a llevar décadas en el más completo de los abandonos, todavía mantiene en pie gran parte de su estructura, hoy okupada y llena de basura. Colocado junto a una de las calles de la zona baja de San Roque –Fragata– sus moradores conviven con ratas y lagartos de tamaño descomunal.
Esta obra antigua se encontraba etiquetada en el Catálogo Municipal del Patrimonio Etnográfico, sin embargo al no estar conservada por sus propietarios, la pieza iba camino de su total desaparición en solo unos años, según certifican los expertos consultados por este periódico en un reportaje publicado el pasado mes de agosto.
El historiador Israel Campos abordaba las distintas propiedades y funcionamientos que ha tenido la infraestructura desde que fue construida en aquella ciudad recién sitiada. «A finales del siglo XVI se vincula a las propiedades de la familia del Castillo y al Condado de la Vega Grande. Parece que para esas fechas ya había variado su función principal como molino batanero, que aunque con características parecidas a los molinos de granos movidos por agua, se destinaban al engrosado de los tejidos de tela (bataneo)», señala.
Este ingenio hidráulico estuvo en funcionamiento hasta el siglo pasado, concretamente hasta la década de 1960. De sus aspas, desaparecidas de allí hace mucho tiempo, se producía el gofio con el que se abasteció durante periodos prolongados de gofio a la zona que hoy enmarca El Batán y el barrio San Roque.
Como sucede con gran parte del patrimonio histórico de la ciudad, el molino de El Batán es un gran desconocido para la práctica totalidad de la ciudadanía de la capital. Nada en la zona da testigo de su valor histórico ni de la función que desarrolló durante los siglos de actividad que estuvo en funcionamiento. Este no es patrimonio derribado por la mano de la piqueta ni el crecimiento urbanístico, lo suyo se trata simplemente de abandono.
Anclado en el antiguo eje de la ciudad, la recuperación es un paso para la revitalización de un espacio único de la ciudad que hace más de medio siglo se convirtió en una tapa de cemento.
Carolina Darias, alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, insistió el pasado martes en un foro celebrado en las instalaciones de CANARIAS7 en que pronto será convocado el concurso de ideas para recuperar el Guiniguada y «coser» la herida que se abrió en canal en la zona histórica de la ciudad al separar los barrios de Vegueta y Triana.
Esta, que fue la gran propuesta de su campaña electoral antes de las elecciones del mes de mayo del pasado año, es una idea que también ha sobrevolado la ciudad en las últimas décadas sin llegar a concretarse.
Solo queda comprobar que la adquisición del molino traiga de la mano un proyecto de rehabilitación.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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