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Óliver Suárez Armas y / Tejeda
Sábado, 6 de junio 2020, 10:55
Hay lugares que te dejan experiencias inolvidables por lo vivido y por lo sentido, rincones que perduran en la memoria por encontrarse en un entorno único e irrepetible en plena naturaleza y, si además se está cerca de un símbolo como el Roque Nublo, agiganta las vivencias. Es el caso de El Garañón, situado en los Llanos de la Pez, en Tejeda, un refugio para disfrutar de la tranquilidad, de la diversión, del deporte y de la aventura que cuenta con 23 cabañas de madera con literas y tres habitaciones para responsables de grupo con capacidad para 150 personas y que ayer reabrió sus instalaciones al público después de cerrar desde que se decretó el estado de alarma el pasado mes de marzo.
Propiedad de la Consejería de Deportes del Cabildo de Gran Canaria y gestionado por la empresa Vivac Aventura, el campamento El Garañón recibe a sus primeros visitantes bajo cita previa con una ocupación al 30% de su capacidad y aplicando un estricto protocolo sanitario para la seguridad y la confianza de los usuarios y del personal, lo que se traduce en una situación insólita por la responsabilidad en la nueva normalidad, pero sin perder la alegría por volver a poner en marcha una instalación con tradición y con todo lo necesario para encontrar la paz y también la adrenalina de los deportes en contacto con la naturaleza.
El director de Vivac Aventura, Javier Araya, subraya que «tenemos capacidad para 150 plazas y podríamos haber abierto con 45, pero, como es el primer fin de semana y queremos hacerlo todo bien y poder dar el mejor servicio, pusimos el límite en 30 plazas y se cubrieron».
«La peculiaridad de El Garañón es que hay muchas zonas compartidas, por lo que una de las decisiones que tomamos fue coger un máximo de ocho reservas de familias para que cada familia tuviera su propio baño y no tuviera que compartirlo con el resto, dándoles un poco de intimidad y separación dentro de todas las que nos exigen. Aunque ya se pudiera hacer uso de las zonas compartidas, queríamos individualizarlas», explica, mientras añade que también la zona de comedor se adaptó para mantener la distancia de dos metros entre las mesas o acudir por turnos.
Vivac Aventura ofrece actividades como senderismo, mountain bike, rappel, escalada, orientación, talleres, talleres de astronomía, excursión nocturna, juegos tradicionales y deportes alternativos, pero Araya señala que, de cara a este primer fin de semana, «no se podrán realizar actividades en las que exista el intercambio de material entre distintas familias. Por ejemplo, hay tres familias que, aunque sean familias distintas, son amigos y tienen dos hijos cada una, por lo que han elegido actividades en común. Por otro lado, vamos a realizarles actividades en las que no se tenga que producir este intercambio de materiales, que va a ser una yincana y unos juegos tradicionales, en los que podemos facilitarles el material individualizado».
Los primeros visitantes en las instalaciones de El Garañón no podían ocultar su satisfacción por retornar, en muchos casos, a una instalación con recuerdos para esas familias, pero también reflejó la sorpresa de los que se estrenaban y no se imaginaban el desahogo en plena naturaleza. «Vinimos buscando tranquilidad para salir de los pueblos y desconectar del trabajo y de estos meses de confinamiento. Es la primera vez que venimos y estamos encantados, son como unas vacaciones y queremos pasear por ahí», relatan Reyes Jiménez y Juan Navarro.
Motivos para el optimismo
Vivac Aventura se fundó en 1997 con el propósito de satisfacer las necesidades del sector de actividades en la naturaleza en un entorno idílico como Gran Canaria, disponiendo de una amplia gama de recursos materiales y humanos con una contrastada experiencia en este tipo de actividades. Su director, Javier Araya, dice que «somos una empresa que en esta misma situación en cualquier otro año seríamos entre 16 y 18 personas y, a día de hoy, estoy yo solo porque hemos tenido que hacer un ERTE. Ya se incorporaron la cocinera y la persona de la limpieza para empezar este fin de semana y, sobre todo, por los compañeros para que puedan volver ya al trabajo». La decisión de arrancar en fase dos con las limitaciones ahuyenta los temores.
«Las ganas no nos la quita nadie y más después de la respuesta que ha tenido. La realidad es que antes de informar que íbamos a abrir ya teníamos este primer fin de semana completo, y una vez que lo hemos informado solo quedan cinco plaza para el próximo fin de semana, el mes de julio está casi lleno y para agosto no tenemos absolutamente nada disponible», valora, al tiempo que agrega que «destaco el enclave en el que estamos, el despertarte por la mañana y tener el amanecer con el Roque Nublo de frente es algo que no se paga con dinero».
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