Las bolsas compostables son más tóxicas que las de plástico convencional

Pese a que se trata de un estudio preliminar, publicado en el 'Journal of Hazardous Materials', los investigadores mantienen que los resultados son representativos de los procesos de degradación de este tipo de bolsas, que se suelen usar en un sola ocasión y rara vez más de un cuarto de hora, según otros estudios realizados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre hábitos de compra en los supermercados.

El análisis para comprobar los niveles de toxicidad de los plásticos elaborado por el CSIC se hizo con células de peces cebra en tres situaciones diferentes: a partir de muestras tomadas directamente de las bolsas, de trozos a los que se sometió a un envejecimiento simulado con rayos ultravioleta y de los pequeños fragmentos de las bolsas que quedaban después de convertirse en compost. También se analizó el abono resultante del proceso de compostaje de las bolsas.

A los investigadores les «sorprendió» que las células expuestas a las bolsas de plástico convencional no mostraban rastros de toxicidad. «Sin embargo, sí detectamos elementos tóxicos en las biodegradables», aclaró Cinta Porte, autora principal del estudio. La hipótesis que manejan los científicos es que «durante el proceso de fabricación de las bolsas compostables se añaden aditivos químicos que podrían ser especialmente tóxicos. Además, las de plástico reciclado también mostraban mayores niveles de toxicidad que las convencionales porque también se le añadían aditivos plásticos para su reutilización».

Los investigadores aclaran que las bolsas compostables que podemos encontrar en cualquier supermercado cuentan con el sello 'Ok compost', «que indica que cumplen con las características y la legislación vigente para ser compostables industrialmente». No obstante, alertan de que esa toxicidad encontrada en las muestras analizadas en el estudio «se traslada al abono durante el proceso de biodegradación, lo que repercute en la acumulación de contaminantes que pueden afectar al medioambiente e impactar negativamente en la salud de la población».

Según explica la investigadora Amparo López Rubio, «la toxicidad observada puede derivar tanto de los aditivos utilizados durante el procesado como de los fragmentos de los plásticos biodegradables producidos durante el compostaje. Es necesario investigar exhaustivamente la migración y ecotoxicidad de estos nuevos materiales y establecer un buen marco normativo basado en la evidencia científica que asegure su inocuidad antes de que lleguen al mercado».

Los científicos del CSIC no han podido identificar los compuestos químicos concretos que se usan en la elaboración de estos productos, ya que muchos de ellos están protegidos por patentes. «En cualquier caso, hemos observado que todas las bolsas biodegradables tienen niveles similares de toxicidad a pesar de que cada fabricante puede añadir aditivos diferentes a sus productos», concluyen.

El informe realizado por la OCU, en el que se analiza el impacto medioambiental de 96 tipos de bolsas, coincide en que «no hay ni una sola bolsa de supermercado que no genere un impacto en el medioambiente», pero insisten en que «sí hay opciones más sostenibles que otras. Existen grandes diferencias según el diseño y los materiales empleados en su fabricación». Por ejemplo, poner un cordón coloreado en la típica bolsa de poliéster de la fruta para cerrarla «multiplica por diez el impacto ambiental que tendría un cordón sin teñir». Y mezclar materiales tampoco resulta demasiado sostenible.