Las UCI dejan atrás la saturación y ya ven la luz
Álvaro Soto / Madrid
En la última semana de marzo, el hospital Severo Ochoa de Leganés se convirtió en la zona cero de la crisis del coronavirus en España. En sus urgencias, con capacidad para 90 personas, esperaban su turno más de 300. Los enfermos llenaban los pasillos, en camas, en sillas de ruedas o en el suelo. Y su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pese a que había pasado de 10 a 34 plazas, se encontraba desbordada.