El pequeño Elías se enfrentaba este miércoles a un día especial. Tras haber concluido ayer con el tratamiento de quimioterapia para la leucemia que combate desde hace dos años, debía regresar al Hospital Materno Infantil para tocar la campana que simbolizaba el fin de la enfermedad. Si ya de por sí suponía todo un logro y un momento de celebración para la familia, los padres del niño de siete años quisieron darle una sorpresa.
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Así, una limusina blanca y adornada con globos le recogió en su casa y junto a una caravana de pitas que se unieron en el trayecto partió al centro horapitalario, donde también le recibieron con todo tipo de elogios y pancartas con mensaje de felicitación.
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