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Una nueva enfermedad pulmonar grave no descrita aún que está directamente relacionada con el uso de cigarrillos electrónicos ha puesto en jaque a los neumólogos. La alerta saltó en Estados Unidos hace apenas unas semana donde se investigan 450 casos, la mitad en adolescentes que no llegan a los 20 años, de los que seis han terminado en fallecimiento, que pueden haber sido causados por el uso de estas nuevas formas de fumar. «Estamos desconcertados. Se está intentando averiguar qué se inhala que es tan tóxico», señala Pedro Cabrera, neumólogo experto en tabaquismo y presidente del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas.
El especialista resalta que los médicos están ante un panorama «muy preocupante». «Ahora mismo –afirma– nos enfrentamos a un futuro incierto, pero que ya en la actualidad provoca 50.000 muertos al año en España». Cabrera concreta que el vapeo lo que aporta «son sabores –tabaco, frutas, chicle o café– que en su mayoría son productos químicos que se añaden a la nicotina, de los cuáles desconocemos cual será su repercusión en la salud». Pero sobre todo, llama la atención la creencia de que se trata de «algo mucho menos dañino que el cigarrillo convencional y casi inocuo cuando no es así». Mientras que el e-cigarrillo introduce, además de la nicotina y demás ingredientes, «metales tóxicos en el cuerpo» provenientes del chip, el cableado y conexiones que se calientan a temperaturas, por encima de los 200 grados, es decir elementos «raros», de los que sabemos poco porque son escasos en la naturaleza y que sirven en la fabricación de dispositivos electrónicos.
Hasta hace muy poco el consumo de tabaco era «exclusivamente por combustión» en forma de cigarrillos, puros o pipa, recuerda Cabrera. Hoy, sin embargo, las multinacionales tabacaleras saben que la población fumadora está disminuyendo y se han «propuesto mantenerlos adictos a la nicotina» sacando al mercado estos nuevos dispositivos de administración de nicotina, que llevan «nicotina que es realmente lo que ocasiona la adicción», critica. De ahí que «no pueden ser empleados como tratamiento para la deshabituación tabáquica porque lo que ocasiona son más fumadores, sobre todo entre los jóvenes y los exfumadores», dice.
El 63% no ve riesgos.
La última encuesta sobre drogas en estudiantes (Estudes) realizada el pasado año en España ya reflejaba que el 21% de los adolescentes de 14 a 18 años había probado los cigarrillos electrónicos, y más de la mitad de ellos, un 63%, opinaba que no veía riesgo alguno para la salud en el vapeo.
Datos de Canarias.
En el archipiélago hay 466.000 personas mayores de 16 años que fuman de forma regular, el 26,2% de la población. La proporción de varones fumadores es del 28,7%, mientras que el 23,7% de las mujeres son fumadoras habituales. Cada año fallecen unos 2.300 canarios como consecuencia del consumo de tabaco.
Peligroso para la OMC.
Cabrera, que ha participado en el informe que la Organización Médica Colegial (OMC) sobre sistemas electrónicos de administración de nicotina, incide en que el documento insiste en el «peligro» que representa la nicotina para la salud humana por su adicción y toxicidad e insta al Gobierno español a que «se les aplique la misma normativa nacional e internacional del tabaco». Según los datos que maneja la OMC, es probable que a partir de 2030 el tabaco sea el causante de más de ocho millones de muertes anuales, de las cuales más de las tres cuartas partes se producirán en países de bajos y medianos ingresos.
Restricciones urgentes.
El presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas insiste en activar medidas urgentes al menos hasta conocer las consecuencias para la salud que tienen estas nuevas formas de fumar y que comparte con la Organización Mundial de la Salud. Entre ellas que se prohiba que se anuncien, que no se puedan vender a menores de 18 años, que no se consuman en lugares públicos; exigir a los fabricantes que el etiquetado incluya la lista detallada de componentes, productos liberados al medioambiente y advertencias sobre la toxicidad del producto; y exhortar a los médicos para que se informen por fuentes independientes y exhaustivas y que no acepten colaborar con la industria tabaquera. Mientras no se demuestre lo contrario, los cigarrillos electrónicos son nocivos y, por tanto, su consumo debe restringirse en los mismos términos que el resto del tabaco.
Misma normativa.
Cabrera además reclama que los cigarrillos electrónicos y dispositivos se les aplique toda la normativa nacional e internacional del tabaco para fumar en cigarrillo convencional y que advierta a los más jóvenes del alto riesgo de drogadicción a la nicotina, independientemente del dispositivo utilizado para su inhalación. Sobre todo, porque no hay pruebas que «descarten» en los cigarrillos electrónicos y otros dispositivos de administración de nicotina las mismas cualidades tóxicas de fumar tabaco quemado en cigarrillo convencional o las adictivas de la nicotina, explica Pedro Cabrera.
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