La guerra que Salud Pública mantiene en distintos frentes para desterrar del archipiélago a los mosquitos transmisores de enfermedades tropicales sin presencia en Canarias –como el dengue, el chikungunya y el zika– ha ganado una nueva batalla; la que se libraba en la localidad tinerfeña de Tacoronte, donde hace algo más de 18 meses se detectó, por primera vez en las islas, la presencia Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre en el interior de un invernadero.
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Es la tercera vez que el Sistema de Vigilancia Entomológica de Canarias, coordinado por la Dirección General de Salud Pública en colaboración con el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y de Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna (ULL), consigue cerrar un episodio de este tipo con éxito. En concreto, este dispositivo ya logró erradicar con anterioridad a insectos del mismo género, el Aedes agypty, en Fuerteventura, en el año 2019, y en La Palma, en 2023.
Sin embargo, aún quedan activas en el archipiélago otras cinco alertas sanitarias causadas por la presencia de estos vectores.
En Tenerife, hay dos episodios en vigilancia por la detección del mosquito tigre en el aeropuerto Tenerife Sur y del Aedes aegypti en el puerto y en el barrio de la Vuelta de los Pájaros, en Santa Cruz de Tenerife.
En el caso de la capital grancanaria, hay otros dos eventos en seguimiento, ambos por la presencia del Aedes aegypti; uno en el muelle de Muelle Santa Catalina y otro en el barrio de Piletas, un escenario complicado donde el vector irrumpió a finales de noviembre de 2023.
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Para poder dar por cerrado un caso de este tipo, deben pasar 18 meses sin que se vuelva a detectar un ejemplar del mosquito en las trampas instaladas al efecto que se revisan y analizan semanalmente. Este periodo coincide con el plazo en el que los huevos del mosquito son viables y pueden eclosionar al contacto con el agua.
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La cuenta atrás para poder acreditar la erradicación del insecto ya ha comenzado en cuatro de los cinco episodios abiertos por los vectores en el archipiélago.
Sin embargo, en el caso del barrio de Piletas, situado en el área metropolitana de la ciudad más poblada de Canarias, continúan apareciendo con cierta periodicidad unos pocos ejemplares del Aedes aegypti, lo que ha obligado a redoblar los esfuerzos de inspección de la zona, colocación de trampas, limpieza y fumigación. De hecho, hay dos técnicos dedicados de forma permanente a peinar el barrio para encontrar el escondite perfecto en el que se ha atrincherado el mosquito.
Ante cualquier sospecha la ciudadanía puede enviar fotos de posibles Aedes o imágenes de fuertes reacciones inflamatorias por picaduras si se produjeran, a la cuenta de correo vectores.scs@gobiernodecanarias.org, indicando el lugar geográfico en el que se ha localizado y un número de teléfono de contacto.
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Es muy importante mantener y reforzar la vigilancia entomológica y las actividades de control vectorial con implicación de todos los sectores, incluyendo a los ciudadanos, para evitar nuevas introducciones, informaron ayer fuentes de la Consejería de Sanidad a través de un comunicado.
Desde la Dirección General de Salud Pública se recuerda la importancia de la vigilancia entomológica como estrategia principal para evitar la introducción de especies invasoras en el archipiélago, así como para evitar el establecimiento de estas especies, una vez se detectan en cualquier punto de entrada.
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La primera medida está encaminada a controlar y eliminar cualquier acúmulo de agua, ya que puede convertirse, aunque sea muy pequeño como el tapón de una botella, en un punto de cría.
Colocar arena en los platos de las macetas. De este modo pueden regarse evitando platos con agua en los que la hembra puede depositar sus huevos. En caso contrario, los platos deben vaciarse y limpiarse una vez a la semana para evitar que los huevos depositados por las hembras puedan evolucionar a adultos.
Evitar el cultivo de plantas directamente en agua (potos, bambú, planta del dinero, etc.) pasándolas a tierra. Cambiar diariamente el agua de floreros.
En las zonas exteriores (jardines, patios, azoteas, terrazas, balcones, etc.), colocar boca abajo las macetas vacías, botellas, baldes, regaderas y cualquier otro recipiente en los que pueda acumularse agua de riego o de lluvia.
Evitar los encharcamientos en jardines, azoteas, balcones o terrazas, después del riego o de la lluvia. Mantener estas zonas limpias y retirar los restos de podas en los que pueda acumularse agua.
Diariamente, limpiar y cambiar el agua de bebederos de animales.
Los depósitos de agua deben mantenerse bien tapados para evitar la entrada de mosquitos, lo mismo que cualquier receptáculo que se utilice para la recogida de agua de lluvia.
Las piscinas deben mantenerse bien cloradas y con recirculación diaria. En el caso de estar vacías con poca agua constituyen un riesgo importante para la proliferación de mosquitos.
Limpiar la bandeja de la parte externa de la nevera y los dispositivos del aire acondicionado donde puede acumularse agua, incluidos los receptáculos de equipos portátiles.
Mantener limpios los desagües de las zonas externas y comprobar que el agua no queda estancada en partes del mismo.
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