Pediatría en Hospital San José: cuidado de bebés y niños, y herramientas para padres

El Doctor Carlos Siles, pediatra y experto neonatólogo, responsable del Servicio de Pediatría de Hospital San José, comparte sus recomendaciones para proteger a los bebés durante sus primeros meses de vida y, a medida que crezcan, lograr un equilibrio entre su seguridad y autonomía.

¿Por qué es tan importante la prevención de accidentes en los primeros meses de vida?

Durante los primeros seis meses de vida, el bebé es muy vulnerable, y su falta de movilidad y de conocimiento del entorno hace imprescindible que los adultos mantengamos una actitud preventiva permanente y adoptemos medidas de seguridad adecuadas, para evitar incidentes que pueden tener consecuencias graves. También, es clave saber cómo actuar en caso necesario. Por ello, en el Servicio de Pediatría de Hospital San José, además del cuidado y el seguimiento pediátrico, ofrecemos cursos y talleres de primeros auxilios a los padres y cuidadores de nuestros pacientes, impartidos por un equipo de pediatras y de enfermería especializado.

¿Cuáles son las lesiones más comunes que pueden sufrir los bebés menores de 6 meses?

Dada la escasa autonomía del niño menor de seis meses, los tipos de lesiones que sufren más frecuentemente tienen que ver con caídas desde altura, accidentes de tráfico y, en menor medida, con atragantamientos y quemaduras. También debemos prestar atención al síndrome de muerte súbita del lactante, que se presenta especialmente entre los dos y cuatro meses; aunque se desconocen las causas exactas, se barajan diversos factores que, a la hora de dormir, podrían ocasionarla por sofocación o asfixia, como poner al bebé boca abajo; usar un colchón blando; rodearlo de cojines o almohadas, o que duerma en la cama de los padres. Otros factores de riesgo pueden ser la exposición al humo del tabaco, la lactancia artificial, los partos gemelares o antecedentes de muerte súbita en otro hermano.

¿Cómo pueden los padres reforzar la protección del bebé?

Para empezar, es vital transformar su entorno en un espacio seguro. El lugar de descanso ideal es la habitación de los padres, donde el bebé duerma en una cuna homologada. Además, todos los productos de puericultura, como sillas de paseo y de coche o mochilas portabebés, deben contar con la certificación de seguridad correspondiente. La supervisión constante es otra medida fundamental. Nunca se debe dejar al bebé sin vigilancia, ni siquiera unos segundos, en superficies que puedan resultar inestables o peligrosas, como sofás, camas o cambiadores, y jamás deben permanecer solos, ni en casa ni dentro de un vehículo, pues su vida queda expuesta a un grave peligro. También, se debe portar al niño de manera que no se comprometa su estabilidad para evitar caídas desde los brazos.

¿Qué medidas concretas recomienda para evitar accidentes en el día a día?

Además de lo anterior, deben evitarse cadenas, cintas, imperdibles, etc., muy peligrosos, especialmente en la zona del cuello; si contienen piezas pequeñas, pueden soltarse y provocar atragantamiento si el niño se las lleva a la boca. Para impedir quemaduras en el baño, hay que comprobar siempre la temperatura del agua y evitar aparatos eléctricos próximos. También, hay que testar la temperatura de los alimentos, especialmente si se utiliza el microondas, pues el calentamiento es irregular, y jamás se debe circular por la casa con líquidos calientes o tener al niño en brazos durante su ingesta. Respecto a la temperatura ambiental, se deben regular convenientemente calefacción y aire acondicionado, de manera que el bebé disfrute de un ambiente fresco, ni muy frío ni muy caluroso. En caso de tener mascotas, hay que evitar que puedan lastimar al niño. Y nunca debemos jugar con el bebé lanzándolo hacia arriba, pues estos movimientos alteran el flujo cerebral.

En cuanto a la exposición solar ¿qué precauciones son imprescindibles?

Jamás se debe exponer a los menores de 6 meses de forma directa al sol, ni siquiera con cremas protectoras, ya que los rayos solares pueden provocarles irritaciones, deshidratación o quemaduras. Los niños menores de 3 años deben evitar la exposición solar directa y prolongada especialmente en las horas de máxima intensidad, y hay que asegurarse siempre de que estén bien hidratados.

¿Cómo pueden los padres equilibrar la necesidad de proteger al bebé con el fomento de su autonomía?

El equilibrio se alcanza mediante la adaptación gradual al entorno. A medida que el bebé crece y comienza a mostrar curiosidad, es posible introducirlo de forma segura en actividades que estimulen su autonomía, siempre bajo supervisión. Lo importante es no sobreprotegerlo al punto de limitar su desarrollo, sino ofrecerle un marco seguro en el que pueda aprender a identificar y evitar riesgos. Por ejemplo, permitirle explorar espacios controlados, enseñándole de manera paulatina qué objetos o situaciones pueden ser peligrosos, le ayudará a desarrollar la capacidad de actuar con cautela y a adquirir hábitos de seguridad que perdurarán en su vida.

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