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Desde hace cinco años, las personas del archipiélago con insuficiencia cardíaca grave ya no tienen que desplazarse a la península para recibir un nuevo corazón. En 2019, el hospital Doctor Negrín, en colaboración con el resto de centros de la isla, realizó su primer trasplante de corazón. Desde entonces, más de cien personas han visto prolongada su vida gracias al trabajo de un amplio equipo de profesionales y a la generosidad de los donantes y sus familias.
Un hito de la sanidad canaria que los responsables del hospital grancanario han querido celebrar colocando una gran lona en la fachada del centro con la frase: 'Más de cien trasplantes, gracias de corazón'.
«Es un logro que no solo refleja la solidez de la medicina en Canarias, sino también el espíritu solidario y comprometido de nuestra gente», señaló este miércoles durante una rueda de prensa el actual gerente del hospital Doctor Negrín, Miguel Ángel Ponce, quien agradeció la generosidad de los donantes que han hecho posible mantener con vida a cien personas con un nuevo corazón.
También el responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca del Negrín, Antonio García, resaltó que este programa es un logro social, no solo médico-científico, y «demuestra que nuestra sociedad está sana, porque hay muchísima gente dispuesta a ayudar a los demás».
Pese a que el hospital se incorporó a este programa hace solo cinco años, ya ha sido pionero en la aplicación de técnicas y avances tecnológicos, y además ha disipado las dudas de la Organización Nacional de Trasplantes al ser capaz de autoabastecerse con órganos de la propia región.
«Hemos sido pioneros. Nos hemos sumado desde el primer momento a técnicas complejas, como el trasplante cardíaco en asistolia, y a nuevas capacidades y tecnologías con resultados muy buenos, situándonos entre los tres o cuatro mejores equipos de España, de Europa y del mundo», señaló el jefe del servicio de Cirugía Cardíaca, Francisco Portela, quien recordó el retrasplante de una joven lanzaroteña que recibió dos veces un nuevo corazón durante su vida: cuando era un bebé y recientemente. En ambas operaciones, separadas por dos décadas, intervino Portela. «Esto ha ido bien y seguirá yendo bien. Estamos absolutamente seguros», apuntó Portela.
Y es que el balance de los cinco años del programa canario de trasplantes cardíacos es altamente positivo: con una lista de espera de un mes, una supervivencia ligeramente superior a la que se registra a nivel nacional, y 58,6 donantes por cada millón de habitantes, frente a los 52,6 de la media nacional, precisó la consejera canaria de Sanidad, Esther Monzón.
El éxito en el futuro dependerá, en gran medida, de la capacidad para contar con donantes dispuestos a regalar vida cuando fallezcan. «La razón principal de que no se hagan más trasplantes es que no hay donantes. La realidad es que en el mundo no se llega ni al 50% de los pacientes que necesitan un trasplante», comentó el coordinador hospitalario de Trasplantes, Vicente Peña.
En el archipiélago, ese porcentaje se sitúa en el 90%, es decir, un 10% de los pacientes del archipiélago no accede a este tipo de intervención por la falta de órganos. «Canarias no es la mejor comunidad del país en porcentaje de donantes», subrayó Peña, quien cifró en un 30% la negativa de los familiares a donar los órganos de su pariente fallecido, mientras que en el resto del país el rechazo a la donación es del 20%. «Es fundamental seguir transmitiendo a la sociedad que, aunque aceptar o no la donación es un derecho, cada vez que una familia dice que no, se pierde una oportunidad de salvar una vida», dijo el médico, quien también subrayó la importancia de donar sangre para poder mantener la actividad quirúrgica en los hospitales y tratar a pacientes oncohematológicos.
Luis Ángel Muñoz es una de las cien personas que han vuelto a vivir con un corazón nuevo gracias al Programa de Trasplantes Cardíacos de Canarias. «Estoy donde estoy porque alguien donó un corazón. Eso es importante», indicó este tinerfeño de 56 años operado en febrero en el hospital Doctor Negrín y que anima a la población canaria a realizar ese gesto generoso. «Una persona que muere ya no va a necesitar órganos. Hay mucha gente en este hospital que los necesita», subrayó el paciente.
En su caso, además, gracias a esa generosidad revivió de forma literal. «Realmente es un paciente que ha resucitado gracias a la tecnología», manifestó el jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca, Antonio García.
Muñoz tenía una enfermedad crónica que se manifestó de forma aguda. «Estaba tranquilamente en Tenerife cuando le dio un infarto», señaló el médico sobre el proceso del paciente que sufrió un malestar en Tenerife y despertó un mes después en Gran Canaria con un corazón nuevo.
Tras el infarto, en el Hospital Universitario de Canarias, lo conectaron a una máquina de circulación asistida extracorpórea para mantenerlo vivo. Lo trasladaron a Gran Canaria y estuvo 25 días mantenido artificialmente a la espera de un corazón. «Para él, su vida se ha interrumpido, pero es como si no hubiese pasado nada. Él estaba sano hasta que le pasó el infarto en Tenerife y se despertó en Las Palmas», abundó el médico sobre el proceso de Muñoz.
Una intervención complicada, que requiere de la colaboración de entidades públicas y privadas, y en la que tomaron parte un centenar de profesionales; desde personal de limpieza a cirujanos.
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