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efe
Jueves, 27 de mayo 2021, 15:34
Canarias tuvo en 2018 la cuarta tasa más alta de suicidios en las comunidades autónomas, según datos aportados por el Servicio Canario de la Salud (SCS), que ha alentado a todas las personas que puedan sufrir una depresión no diagnosticada a dar el primer paso fundamental de pedir ayuda profesional.
Este asunto ha sido abordado por el director del SCS, Conrado Domínguez, en un foro sobre la depresión y el suicidio en Canarias y en el que intervinieron, además, profesionales de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales, de la Universidad de La Laguna y representantes de asociaciones.
También, en el encuentro se abordó la depresión y conducta suicida en el archipiélago, así como los documentos planificadores existentes que atañen a estas materias, según ha informado este jueves la Consejería de Sanidad en un comunicado.
Durante su intervención Conrado Domínguez recordó que la Consejería de Sanidad, a través de los Servicios de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales y del Servicio de Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública, ha situado la prevención del suicidio entre sus prioridades.
En Canarias se han desarrollado diversas acciones preventivas en los últimos años con una perspectiva estratégica, señaló Domínguez, quien insistió en que la depresión es un trastorno mental altamente prevalente, que supone un riesgo de suicidio 20 veces mayor respecto a la población general.
Sin embargo, la mayoría de las personas con depresión no se suicidan.
En Canarias, en el último año del que se dispone de datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, en 2018 un total de 193 personas se suicidaron, lo que supuso una tasa de 9,07 personas por 100.000 habitantes y año, y constituyó la cuarta tasa más alta entre las diferentes comunidades autónomas.
El director del SCS recordó que el Plan de Salud Mental de Canarias 2019-2023 (PSMC) cuenta con una Línea Estratégica específica dedicada a la «Prevención y tratamiento de la conducta suicida» en la que se establecen los objetivos y acciones necesarias.
En cuanto la depresión, esta es abordada de forma transversal en diversas líneas estratégicas.
El Programa de prevención de la conducta suicida en Canarias supone el desarrollo técnico de los objetivos y acciones contenidas en el PSMC.
Este programa ha sido coordinado por el servicio de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales y el servicio de Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública, y desarrollado por un grupo de trabajo que incluyó a profesionales de Salud Mental, Salud Pública, Atención Primaria, Educación y Servicios Sociales.
Este programa supone un marco de referencia de inestimable valor para la lucha contra el suicidio en los próximos años en nuestra región.
Esta planificación, si bien toma como base lo establecido en la Línea Estratégica mencionada, amplía su alcance en determinadas áreas.
Tales áreas incluyen básicamente las acciones preventivas para mitigar los probables efectos negativos de la pandemia por SARS-CoV-2, la diferenciación de acciones específicas dirigidas a la población infantojuvenil, y los sistemas de información.
Además, el programa especifica para cada una de las acciones el conocimiento científico disponible, las recomendaciones para su desarrollo, los responsables, e indicadores para su evaluación.
Por su parte, la priorización y el cronograma proporcionan el marco estratégico y temporal para el desarrollo de las acciones.
El director del SCS incidió en que las familias tienen un papel fundamental en la prevención del suicidio pues por una parte, la información que pueden proporcionar a los profesionales sanitarios puede resultar crucial y por otra, la ausencia de un apoyo familiar, o una situación sociofamiliar de riesgo, constituyen un factor de riesgo para el suicidio, en comparación con aquellas personas que sí cuentan con una buena situación sociofamiliar y apoyo.
Por último, resulta conveniente favorecer la implicación de familiares en la planificación y desarrollo del tratamiento.
En algunas ocasiones, resulta necesario el acompañamiento constante por parte de familiares, así como la restricción del acceso a métodos letales.
«Es muy importante que las personas que puedan estar sufriendo una depresión no diagnosticada aún, den el primer paso fundamental de pedir ayuda profesional. No existe ninguna razón para sentir vergüenza ni estigma por tener un problema de salud mental, de la misma forma que no la hay para cualquier otro tipo de enfermedad física. El diagnóstico y atención temprana son factores de mejor pronóstico para la respuesta y remisión clínica, así como para minimizar el riesgo de conducta suicida», explicó Domínguez.
En este encuentro se presentó el Libro Blanco Depresión y Suicidio 2020, impulsado por la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica.
Este libro analiza en detalle la epidemiología, el impacto y los abordajes de la depresión y del suicidio desde diversas e innovadoras perspectivas.
«Esta obra que hoy se presenta en Canarias podría considerarse un documento estratégico para la promoción de la Salud Mental, ya que aborda esta problemática tan actual, desde diferentes perspectivas, teniendo en cuenta la implicación de otros agentes de salud y potenciando el papel fundamental de las familias», concluyó el director del SCS.
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