Piden 10 años de cárcel a una joven acusada de abusar de una menor en Tenerife

La Fiscalía ha pedido diez años de cárcel para una joven acusada de abusar de una menor, dos años menos de los solicitados inicialmente antes de la entrada en vigor de la Ley de garantía integral de la libertad sexual, en un juicio celebrado en la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife que ha quedado visto para sentencia y en el que la defensa ha solicitado la libre absolución.

La procesada, mayor de edad, conoció a la menor a través de su hermano, quien a su vez era compañero sentimental de la hermana de la menor, surgiendo una relación de amistad entre ambas, que se desarrolló a través del móvil comunicándose todos los días por medio de mensajes, llamadas y videollamadas.

La Fiscalía relata que la convencieron para que iniciara esa relación de amistad, debido a que ambas habían sufrido rupturas sentimentales anteriores con sus respectivas parejas.

La procesada, pese a saber que era menor, se fue acercando a ella «con insinuaciones, sugerencias y conversaciones, a lo que la chica respondía que le gustaban los hombres y le daba miedo que se rieran de ella en el Instituto por estar con una mujer», indica la Fiscalía.

Entre los mensajes enviados figuraba uno en el que le decía que cuando estuvieran juntas, «le iba a hacer de todo».

El Ministerio Público concluye que al final la amistad entre ambas se convirtió en una relación sentimental decidida por la mayor de edad, aprovechándose de la corta edad de la niña, su inexperiencia e inmadurez.

En una ocasión los cuatro salieron a dar una vuelta por Tacoronte y se dirigieron a una casa abandonada donde supuestamente la procesada intentó besarla, aunque la menor no quiso.

Otra vez en un cumpleaños familiar todos estuvieron bailando y bebiendo y luego la convencieron para que se quedara en una casa cerca de la de la acusada, en Tacoronte.

Esa noche sería cuando se habrían llevado a cabo el acto sexual con las manos hasta el punto de decirle: «ya no eres virgen, te he desvirgado».

La denunciante asegura que dado su estado de embriaguez no fue consciente de lo que ocurrió y al día siguiente habría recibido una especie de amenaza por parte de la acusada para que no contara lo sucedido.

A partir de aquí se rompieron las relaciones y dejaron de hablarse y la menor comenzó a mostrarse rebelde hacia sus padres, comía compulsivamente, sentía vergüenza y ansiedad, bajó su rendimiento escolar y en una ocasión intentó cortarse las venas.

Cuando puso las fotos de este intento en una red social con el fin de llamar la atención, la hermana del padre las vio y le advirtió de lo que estaba pasando.

Fue entonces cuando la supuesta víctima inició un tratamiento psiquiátrico, al presentar ansiedad y depresión de forma relevante y baja autoestima, según los psicólogos.

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Fue el padre quien puso la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil que ahora ha culminado en este juicio que ha quedado ya visto para sentencia.