Ya somos 49 millones de españoles

La población española superó la barrera de los 49 millones de ciudadanos con la llegada de las pasadas navidades. El 1 de enero en España había 49.077.984 residentes censados, 115.612 más que en el trimestre anterior, lo que supone un nuevo máximo, según los datos aportados por la Estadística Continua de Población, dada a conocer hoy por los técnicos del INE.

El censo español se ha expandido en casi un millón de habitantes en solo dos años. En concreto, registra 992.623 personas más desde enero de 2023, lo que supone un ritmo de crecimiento desconocido desde los primeros años del siglo, cuando el país vivía inmerso en un ciclo de potente bonanza económica y era un imán de cara al exterior.

El relevante y veloz incremento de población se debe en exclusiva a la fortísima llegada de extranjeros, especialmente desde el verano de 2022, coincidiendo con la notable recuperación de la economía y del empleo en España, con crecimientos a la cabeza de Europa, tras la profunda crisis económica y social desatada por la pandemia de coronavirus.

La inmigración es por ahora la vacuna más efectiva contra el invierno demográfico que amenaza a España. En el último lustro, entre los nacidos en este país ya es normal que haya más muertes que nacimientos, con algunos trimestres de estancamiento en el mejor de los casos, pero con constantes decrecimientos poblacionales (20.505 naturales del país menos desde octubre), que, además, cada vez serán más pronunciados por el envejecimiento paulatino de los nativos y el desplome entre ellos de los partos.

La actual gran oleada de inmigración comenzó entre la primavera y el verano de 2022, coincidiendo con la vacunación general y el control de las olas de covid, y los picos máximos de llegadas se produjeron entre octubre de ese año y enero de 2023. La población de España creció desde entonces siete trimestres seguidos por encima del 1% interanual y el segmento de origen extranjero rozó el 2% de aumento en doce meses.

El ritmo de llegadas es todavía alto, pero la inmigración masiva se ralentiza desde hace un año. Se ha pasado de los 579.929 de nuevos residentes registrados en España en un solo ejercicio (de octubre de 2022 a octubre de 2023) a las 458.289 altas en el censo certificadas en los últimos doce meses. Esto se traduce en que el ritmo de crecimiento de la población pasó en poco más de año y medio del 1,3% interanual a algo más del 0,9% (hoy 0,94%).

Pese a la desaceleración, el volumen de inmigración que recibe España es aún muy elevado. Solo en el último trimestre han llegado 136.117 extranjeros. La avalancha de llegadas de las dos últimas décadas ha permitido que los residentes nacidos en otros países superasen con holgura los nueve millones de personas (9.379972). Son ya el 19,1% de los censados en nuestro país y, en breve, posiblemente este mismo año, serán uno de cada cinco habitantes de España.

Los principales países de origen de la oleada migratoria se repiten prácticamente trimestre a trimestre. A la cabeza están Colombia, con 43.4000 nuevos residentes entre octubre y enero pasados, Venezuela, con 30.500 nuevos censados, Marruecos, con 27.700 más, y Perú, con 18.800. Mucho más lejos se encuentra Italia, como el primer contribuyente europeo (con 8.900 llegadas), seguida de Honduras, Argentina, Ecuador y Ucrania.

El censo español crece de forma general, pero el aumento es muy dispar según qué zonas. La población se elevó en el cuarto trimestre del año en todas las comunidades y las dos ciudades autónomas, pero con distinta intensidad. Los territorios con mayores crecimientos son prácticamente los mismos en cada renovación estadística. Los cuatro grandes receptores son la Comunidad de Madrid y la Valenciana y Cataluña, acompañados en esta ocasión por La Rioja y la Región de Murcia. La Comunidad Valenciana duplicó de octubre a enero pasados el ritmo de llegadas de la media nacional.

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