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José L. Reina
Jueves, 3 de mayo 2018, 21:00
Durante la existencia de la banda terrorista, España vivió conmocionada la masacre que ocasionó ETA bajo la justificación de una lucha política, en la que asesinó a cerca de 900 personas, mujeres, hombres y niños inocentes que estaban en el lugar y en el momento menos adecuado. Entre las víctimas mortales figuran nueve canarios, la mayoría Guardias Civiles. El primero fue Ramiro Quintero, de Tenerife, asesinado en 1978. EL último, José Francisco, también de Tenerife, y asesinado en 1990. Víctimas del terror y de uno de los episodios más sangrientos de España.
El guardia forestal Ramiro Quintero fue la primera víctima mortal canaria de ETA. Nacido en Tacoronte, Quintero tenía 57 años cuando fue tiroteado a bocajarro en un bar de la localidad de Lizarza, en Gipúzcoa, donde vivía. Tras vigilar sus movimientos y conocer la rutina de la víctima, los etarras decidieron asesinarlo un 2 de octubre de 1978.
Este Policía Nacional tenía tan solo 27 años cuando los terroristas le quitaron la vida. No pudo sobrevivir a los tiros que recibió su coche de camino a Bilbao, donde se dirigía a realizar un servicio. Los dos compañeros que le acompañaban aquel 13 de octubre de 1978 perdieron la vida al instante. José Benito permaneció ingresado 12 días luchando por su vida, sin éxito. Falleció el 25 de octubre, dejando a su mujer y a su hija recién nacida.
Juan Batista estaba destinado en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Tolosa. Tenía 24 años cuando volvía de estar con su novia en Leiza, Navarra, donde ella residía. Vecino del barrio capitalino de Schamann, fue asesinado en la madrugada del 17 de abril de 1979 cuando regresa al cuartel donde vivía.
Este submarinista profesional volvía a casa tras participar en un campeonato de esa modalidad acuática celebrado en Asturias. En el aeropuerto de Madrid Barajas, un 27 de julio de 1979, ETA colocaba una bomba que acabó con la vida de José Manuel, con apenas 32 años, y dejó heridos a sus dos compañeros. Era la cuarta víctima mortal canaria de la banda terrorista.
El coronel Zamora fue destinado a Bilbao el mismo año en el que fue asesinado, en 1979. Un comando de ETA acribilló el vehículo en el que viajaba junto al comandante Julián Ezquerro. Aquella mañana del 19 de septiembre, los terroristas acabaron a tiros con el militar de 59 años.
Guardia Civil destinado en Irún, fue asesinado a los 23 años de edad en aquella localidad. Formaba parte de especialistas fiscales de la Guardia Civil, y se encontraban en un puesto de la aduana en Irún cuando dos terroristas le ametrallearon por la espalda el 16 de abril de 1980. Murió en el acto junto al compañero que estaba a su lado.
Asesinado por ETA en Santurce, Vizcaya, cuando tenía 30 años de edad. Murió un 17 de octubre de 1981 mientras se dirigía a su vehículo para acudir a su lugar de trabajo. Tres terroristas lo esperaban para matarlo a tiros a la puerta de su coche. Huyeron gritando ¡viva ETA! mientras su víctima se retorcía en el suelo.
Marrero cumplió su sueño de pertenecer el cuerpo de la Guardia Civil, donde pertenecía al Grupo Antiterrorista Rural. El 28 de junio de 1986 sufrió un atentado de ETA en Zarauz, Gipúzcoa, donde estaba destinado. En ese ataque murió su compañero Francisco Muriel, y Carlos José sufrió shock traumático que le provocó una grave lesión cerebral. Dos años después, y a la edad de 30 años, falleció en la capital grancanaria.
José Francisco era una persona muy querida en su Tegueste natal. Amante de la lucha canaria, conocido bajo el apodo de Ayala I, José Francisco fue asesinado por un camión-bomba el 18 de noviembre de 1990 en Vizcaya. Tenía 34 años cuando iba acompañado de otros tres compañeros aquel fatídico día. Este Policía Nacional fue la última víctima canaria de los terroristas.
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