Los embalses ganan casi 1.200 hectómetros cúbicos gracias a las lluvias de la última semana

Hoy por hoy los pantanos cuentan con 3.114 hectómetros cúbicos más que en las mismas fechas de hace un año (entonces estaban al 51,2%), pero 2.661 hm3 menos que la media de la década (61,5%).

Las intensas lluvias de estos últimos días, sumadas a las de la semana anterior, han permitido aumentar el volumen embalsado en casi todas las cuencas, incluidas las internas de Cataluña (las que peor están de toda la península), que por primera vez desde el pasado mes de agosto dejan de perder agua. Pasan del 14,4% de su capacidad al 14,6%. Se trata de una subida muy pequeña, pero al menos pone fin a siete meses de descensos consecutivos en su maltrecho caudal.

Aunque las precipitaciones resultan del todo insuficientes para paliar la situación de sequía que se vive en la mitad sur peninsular y en la vertiente mediterránea del país, sí han contribuido a mejorar los niveles generales de los embalses en esas zonas tan necesitadas de agua. Por ejemplo, los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (la principal cuenca andaluza) han ganado en una semana 215 hectómetros cúbicos. En su conjunto. sus 49 embalses almacenan 2.291 hm3, lo que reprsenta el 28,5% de su capacidad, casi tres puntos más que hace una semana. Están mejor que hace un año (25,8%), pero aún lejos de la media de la última década (54%).

En Córdoba, por ejemplo, los embalses se han recargado con 74 hectómetros cúbicos más (ahora rozan el 25% de su capacidad), lo que ha llevado al alcalde de la capital cordobesa, José María Bellido, a señalar este martes que «sólo con la lluvia que ha caído a lo largo de enero, febrero y este mes de marzo, se va a salir ya no de la alerta por sequía, sino, si hay suerte, de la de prealerta por sequía» en la ciudad.

También se han regitrado ligeros avances en el resto de cuencas más necesitadas, como la del Segura (del 18,8% al 19,4%), lo que no ha impedido que su Confederación Hidrográfica haya decretado de forma oficial la sequía extraordinaria para las comarcas de las vegas del Segura, el Campo de Cartagena y el valle del Guadalentín, una situación excepcional por sequía extraordinaria.

La situación de las cuencas por ámbitos geográficos es la siguiente: el Cantábrico Oriental se encuentra, al 93,2%; Galicia Costa, al 92%; las Cuencas internas del País Vasco, al 95,2%; el Cantábrico Occidental, al 90,4%; Miño-Sil, al 88,8%; Ebro, al 70,1%; Tinto, Odiel y Piedras, al 78,2%; Duero, al 77,9%; Tajo, al 72,9%; Júcar, al 50,6%; Guadiana, al 39,1%; Guadalquivir, al 28,5%; Segura, al 19,5%; y la Cuenca Mediterránea Andaluza, al 21,3%. Las cuencas con menos agua embalsada son Guadalete-Barbate, al 20,2% y las antes citadas cuencas internas de Cataluña, con el 14,6% de su capacidad, según los datos avanzados por el Miteco.

Donde sí se ha producido un cambio de imagen espectacular ha sido en las montañas del Pirineo aragonés y en Sierra Nevada, que presentan récords de acumulaciones de nieve en lo que va de temporada, cuando hace apenas dos semanas se encontraban bajo mínimos. «Íbamos camino de la peor temporada en años y ahora estamos por encima de los máximos de los últimos cinco años», cuenta Rafael Requena, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón. «Ha empezado a nevar mucho más tarde. La nieve ha llegado con mes y medio de retraso, pero lo que ha caído ha sido espectacular», señala Requena, que advierte, eso sí, del alto riesgo de aludes por la nieve acumulada (hasta tres metros de espesor) en los macizos del Pirineo aragonés

En el Pirineo aragonés las reservas de nieve se han multiplicado por dos en solo dos semanas, según las estimaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). En la demarcación del Ebro la reserva nival ha crecido en el equivalente a casi 800 hectómetros cúbicos de agua entre el 26 de febrero y el 11 de marzo. Solo en la última semana lo ha hecho en 366 hectómetros cúbicos. Han pasado de 1.224 hm3 a 1.590 hm3. Hay que tener en cuenta que este volumen de nieve será agua hacia los pantanos con el deshielo de la primavera. La CHE calcula que esta cantidad de nieve supone un 10% de las reservas totales que llegan a los 62 embalses de la cuenca del Ebro.

Aún así, los expertos apuntan que aunque las últimas lluvias y nevadas han tenido efectos positivos en los pantanos, todavía se necesitan muchos temporales más como Mónica paliar la grave sequía que vive toda la zona sur de la península, así como la vertiente mediterránea, desde Barcelona a Almería, con sus embalses, en estos dos casos, al 8% de su capacidad, los más castigados de España.