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Efe / La Gomera / El Hierro / La Graciosa
Lunes, 1 de junio 2020, 19:00
Como pasó hace 15 días cuando avanzaron de la fase 1 a la 2, los habitantes de esas pequeñas islas, pueden sacar poco provecho real de las medidas de alivio que se establecen para los centros comerciales o los cines, teatros y salas de espectáculos, porque se refieren a servicios que en algunas de ellas ni existen. En la fase 2, el símbolo de la nueva etapa fue para las islas recuperar el mar, poder bañarse y pescar. En la fase 3, la novedad más llamativa ha sido sentarse de nuevo en la barra de un bar, algo prohibido desde el sábado 14 de marzo. Sin embargo, sí se percibe en los comerciantes, hosteleros y gobernantes de estas islas, dependientes del turismo, cada una a su manera, un cambio significativo: los negocios comienzan a pensar ya en una campaña de verano, primero con los residentes de las islas vecinas, en cuanto completen la fase 3, y después con clientes del resto de España. Y no a medio plazo, sino a finales de este mes de junio y principios de julio.
La Gomera (22.100 habitantes)
En La Gomera, el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, planteaba este mismo lunes retomar ya las conexiones aéreas con el resto de Canarias (suspendidas en su totalidad desde hace semanas) y recuperar el tráfico marítimo de pasajeros el 8 de junio.
Para casi todas las islas, esa será la clave: recuperar conexiones. «Creo que el cambio será total cuando permitan viajar entre las islas», señalaba a Efe David Rodríguez, un pequeño comerciante que regenta una tienda de actividades acuáticas y complementos deportivos de la localidad más turística de La Gomera, Valle Gran Rey, que ahora solo abre por las mañanas y, a veces, casi a demanda, cuando algún cliente local necesita algo.
Rodríguez aboga por hacer «la cosas bien, con cabeza» y sin apresurarse, porque ya piensa en el verano, su temporada. «Tanto como hemos avanzado no podemos perder ese trabajo», añade.
El alcalde del municipio, Cristopher Marrero, coincide en que la señal de la nueva normalidad será la recuperación de la movilidad entre las islas cuando todas hayan alcanzado la fase 3 de la desescalada, pero también avisa de un problema: tener las playas en condiciones de cumplir el decreto de Sanidad.
Para un ayuntamiento como el suyo, ahora con dificultades financieras, como todos, atender en condiciones todos sus kilómetros de playa y zonas de baño será «un esfuerzo económico considerable».
El Hierro (11.154 habitantes)
En los tres municipios de El Hierro, los cambios de la fase 3 de la desescalada se resumen «en cuestiones de espacio», explica gráficamente a Efe Inocencio Padrón, propietario del bar restaurante Don Din 2 en Frontera, quien desde este lunes puede ofrecer la barra del establecimiento a los clientes. Eso sí, siempre que se guarde la distancia de seguridad entre persona y persona, puntualiza. Este hostelero también piensa que hasta que no regrese el turismo canario y peninsular, la fase 3 «no va a representar nada» para una isla como El Hierro, con poca población y en la que, «económicamente, se vive día a día».
Padrón, que se mantuvo abierto al inicio del estado de alarma para el reparto de comida a domicilio, asegura que el confinamiento le ha supuesto pérdidas del 90 %, aunque ha recuperado «algo» al cambiar de fases, pero no cree ni que llegue a un 30 % de beneficio.
«Las consumiciones siempre son las mismas y casi por las mismas personas, porque ahora lo que se utiliza mucho es el producto para llevar. Noto a la gente con miedo, reacia a entrar en los locales», advierte Padrón. En El Hierro, solo han tenido tres casos de covid.
En su restaurante, esperan recibir a finales de julio de nuevo grupos de viajeros, aunque la agencia con la que trabajaba ya le ha advertido que serán de momento la mitad de los habituales.
La Graciosa (734 habitantes)
Este lunes, la octava isla de Canarias ha amanecido con «un tiempo espectacular», pero con sus calles casi desiertas, explica Alicia Páez, la concejal responsable de la isla en el Ayuntamiento de Teguise (Lanzarote), del que depende administrativamente.
Alicia Páez subraya que, «en la práctica», todo sigue igual que en las últimas dos semanas para los vecinos, porque, «mientras no llegue el turismo, nada podrá cambiar».
Además de los supermercados y la farmacia, actualmente han reanudado su actividad comercial dos restaurantes de Caleta de Sebo, primero como terrazas y ahora con la posibilidad de incrementar su ocupación, pero siempre de cara al público residente en la isla y a las pocas personas que se desplazan por motivos laborales. Alicia Páez no cree que antes del verano se reactive la economía graciosera, pero también pronostica que en julio, agosto y septiembre la isla estará «a tope» con el turismo canario.
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