Una carrera de estrés

Los nervios y la incertidumbre siguen respirándose a apenas un día de que comiencen los exámenes de la nueva Evaluación de Bachillerato de Acceso a la Universidad (EBAU). Los alumnos aprovechan hasta el último momento para repasar, aunque siguen sin fiarse de que encontrarán el contenido que se les ha prometido. La mayoría supo el temario que entraba a partir de el pasado abril, dos meses antes de terminar las clases.

«Ha sido todo muy apurado, todo a última hora, y es injusto», afirma Marta Betancor, una de las estudiantes que comenzará mañana su primer examen en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y que repasa en el Espacio Joven situado junto al Obelisco. A pesar de que aspira a un ciclo superior de imagen y sonido, considera que en un futuro puede cambiar de idea y optar a la universidad: «No he tenido las cosas claras hasta hace poco».

Esta es la situación general de muchos estudiantes, que se sienten como un experimento del Gobierno, que se sacó de la manga la EBAU tras paralizar las polémicas reválidas de la Lomce. Una inseguridad que, además, ha influido en la toma de decisión de los jóvenes. Muchos de los que estos días estudian en las bibliotecas públicas de la capital afirman haber elegido carrera a mitad de curso y no piensan más allá de sacar una buena nota de acceso a la universidad, aunque algunos sí tienen mentalidad internacional. «Me gustaría hacer prácticas en Inglaterra u Holanda por la experiencia», explica Carlota Díaz, futura nutricionista. Marta Vega, en cambio, quiere quedarse y estudiar Enfermería, que tuvo este curso una nota de corte de 11,09. «La cosa está complicada», dice entre apuntes.

Y si no logran la nota, algunos tienen un plan b. «Si no llego, tengo pensado hacer algún ciclo de FP para no perder el año y volver a presentarme a la EBAU el próximo año», explica Vega. Pero ella ahora se ve enfermera.

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