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El catedrático de Filología Latina Gregorio Rodríguez (Santa Brígida, 1965) aspira a convertirse en el séptimo rector de la ULPGC con un proyecto «de futuro» que revierta, afirma, «la desilusión y desafección» por la universidad que percibe en estos últimos años. La cita con las urnas es el próximo jueves y en esta entrevista insiste en la importancia de aumentar la oferta de titulaciones de posgrado: «La ULPGC no tiene los másteres necesarios».
-Finaliza la campaña electoral. ¿Cree que ha convencido a la comunidad universitaria de que la ULPGC necesita un cambio y de que lo representa usted?
- Sí, sin duda. La comunidad universitaria ha entendido que en estos últimos años se ha generado una desilusión y una cierta desafección por la institución porque no se han sentido partícipes del proyecto común que es la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Este proyecto con el que defendemos que las personas de la ULPGC estén en el centro de la acción del gobierno para conseguir que la universidad sea un proyecto común y nos sintamos partícipes y sintamos que todos realmente somos el proyecto ULPGC ha calado, sin duda.
- ¿Prevé una segunda vuelta?
- Eso lo tendrán que decir los electores el día 5. Yo lo que puedo decir es que nosotros estamos trabajando para sacar el 50,01% de los votos en primera vuelta.
- ¿No cree que ha sido una campaña electoral tensa?
- Por mi parte, desde luego que no. Yo me he dedicado a explicar mi proyecto. He reconocido en muchos actos que en la universidad hay cosas que se hacen bien, porque decir que en la universidad nada funciona no es correcto. Y lo que he manifestado es mi manera de hacer las cosas, que en algunos casos creo que las cosas se han hecho mal y hay que corregirlas y hacerlas de otra manera.
- Ha dicho que el principal desafío de la universidad es no perder alumnado. ¿Lo mantiene después de todas las reuniones que ha tenido en esta campaña?
- Sin ninguna duda. No hay reunión en los centros con estudiantes o profesores donde el problema de la formación de posgrado no haya salido. Todo el mundo manifiesta su preocupación por que la universidad no tiene los másteres necesarios. Esto es así. Y voy a poner cuatro ejemplos. No tenemos formación de posgrado en Trabajo Social, Relaciones Laborales, Informática o Ingeniería Naval.
- ¿Cuáles son las nuevas titulaciones por las que apostaría?
- La primera, que es un grado que desgraciadamente todavía no se puede implantar, es Psicología, y optaría además por que fuera presencial, no en teleformación. Y en el ámbito de los másteres, creo que los cuatro que mencioné anteriormente son esenciales. Tenemos que ir a másteres más transversales que recojan a más gente. Y en modalidad, siempre que se pueda, virtual sincrónica. Yo he insistido mucho en la campaña en que hay un mercado de 450 millones de hablantes de español y no me puedo creer que nosotros no seamos capaces de ofrecer un máster en el que matriculemos 60 personas de esos 450 millones.
Sobre las dobles titulaciones creo que tenemos que ir a dobles másteres. Tenemos estudiantes que hacen másteres específicos de investigación en química, en física o en filología y no tienen la habilitación después del máster de profesorado para poder dar clase en secundaria. Y ahí tenemos plazas limitadas.
Si somos capaces de organizar con la Facultad de Ciencias de la Educación, los departamentos de los que salen estos másteres y la consejería un doble máster de manera que este estudiante con un poco más de formación salga con la especialización en investigación y la habilitación profesional, tendremos más alumnos que optarán por el doble máster y tendremos más plazas libres en el otro. Responderíamos a un problema social, el de muchos estudiantes que no logran la habilitación profesional para impartir clases y no tienen recursos económicos para irse a una privada. Somos una universidad pública que tiene que responder a las necesidades de la sociedad.
- En esta campaña se ha hablado de desinformaciones y bulos, uno respecto al número de nuevos estudiantes.
- Yo a eso no le llamaría un bulo. La realidad es que uno de cada tres estudiantes que hicieron la EBAU no se matriculó en nuestra universidad. Esa es la realidad. A partir de ahí, este año hemos tenido un pico de matrícula de nuevo ingreso, sí. Pero la cuestión es que, con el descenso de la natalidad, si nosotros seguimos manteniendo la proporción de 3 a 1, cuando hagan la EBAU 5.000 estudiantes, ¿cuántos tenemos? Muchos menos. Y con la presión de las universidades privadas, más.
Nosotros no nos podemos quedar en un hecho puntual y venderlo como un triunfo sin tener perspectiva. La realidad es que uno de cada dos no se viene con nosotros y que de cada cinco egresados, solo uno se queda aquí haciendo el máster. Y ante estos datos hay reaccionar. E insisto en la formación de posgrado. Cuando el descenso de población se produzca y tengamos una limitación de entrada de alumnos en los grados, o nos hemos posicionado en el posgrado o ya nos habrán comido la tostada por todos los lados. Por eso es tan importante centrarse en el posgrado. Es pensar en el futuro.
- Si es elegido rector deberá afrontar el problema de la financiación y el reto de negociarla con el Gobierno canario. ¿Qué hará?
- Tenemos que negociar el contrato programa, que estará vinculado a objetivos. Pero solo se pueden colocar objetivos cuando yo tengo la casa construida. Y la casa está destruida, no porque la haya destruido el actual rector, ojo, para que no se diga que esto es bulo.
Lo que ocurre es que durante tanto tiempo hemos tenido tan poco dinero para infraestructuras y para todo que ya ahora solo con las reformas no vale y hay que reconstruir. El contrato programa se tiene que negociar con adendas para poder volver a tener el edificio en construcción y atender las necesidades, una adenda para personal, otra para infraestructuras, otra para actualización de laboratorios docentes...
La segunda cuestión es que tenemos que mirar todas las posibilidades de financiación externa a través de proyectos que tiene la universidad, de proyectos como institución para infraestructuras, sostenibilidad, agenda digital, los PERTE, los fondos Next Generation. Nuestro equipo tiene la ventaja de que tenemos un gerente con experiencia en el Gobierno de Canarias que ya ha tenido que gestionar esos fondos y sabe qué hacer para no tener que devolverlos.
Y la última cuestión es que no hemos puesto en marcha la mentorización empresarial, que hay en otras universidades, empresas o sectores empresariales que ayudan en determinadas infraestructuras y aparecen como mentores. Después de 35 años y habiendo respondido esta universidad al reto que le planteó la sociedad, poniendo talento en el sector empresarial, es el momento de decirle 'oiga, hemos cumplido lo que usted necesitó durante décadas y ahora necesitamos de usted'. Pero para eso hay que ser eficiente en la gestión del dinero que te llegue y gastarlo escrupulosamente en lo que es necesario, no en otras cosas.
- ¿Qué tres medidas pondría en marcha de forma inmediata si accede al Rectorado?
- Una tiene que ver con la carrera profesional que afecta tanto al profesorado como al personal técnico, de gestión y de administración y servicios. El profesorado que se acredita tiene que tener rápidamente sus plazas sacadas a oposición, no lo que estamos haciendo ahora. Y en el caso del PTGAS tenemos que hacer un catálogo de funciones porque el que tenemos ahora es desde la LRU. Y hay que definir claramente cada puesto de trabajo, qué funciones hay que ejecutar y qué carga tiene. La universidad ha cambiado y no hemos cambiado nosotros con ella.
La segunda medida será trabajar desde el minuto uno con los centros y los departamentos para la definición de estos posgrados transversales y ponerlos en marcha lo antes posible. Además, somos la universidad de la calidad, con nueve centros acreditados y el décimo, que es Medicina, donde María del Mar Tavío ha hecho un trabajo excelente, viene de camino. Pues cuando entremos a la Agencia Canaria no podemos estar en la misma cola que quienes no tienen centros acreditados.
Y la tercera medida es poner en marcha el Servicio de Bienestar y Acción Social. Nuestra comunidad universitaria son más de 20.000 personas y solo tenemos un trabajador social que tiene un protocolo, manda un papel y nos quedamos en el papel. Tenemos que dar un paso más allá.
- Acabe la entrevista con un mensaje a la comunidad universitaria.
- Es necesario poner a las mujeres y a los hombres de la universidad en el centro de la acción del gobierno, que se sientan protagonistas de lo que la universidad hace. Y solo se puede hacer contando con todos en la toma de decisiones. A través del diálogo, del consenso, de conocer, de cuidar y de acompañar a la comunidad universitaria se crea ese espíritu de la universidad que nos llevó hasta donde nos llevó. Si lo hacemos, hay futuro.
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