Dos de cada tres españoles toman bebidas alcohólicas todas las semanas

Así lo concluye la radiografía sobre el consumo en España de esta droga legal que ha realizado la aseguradora Aegón dentro de su 'VII Estudio de salud y estilo de vida', un chequeo anual para los que sus expertos han entrevistado a 1.600 ciudadanos de todas las comunidades autónomas, representativos de la composición social del país.

La investigación desvela en primer lugar que en España los abstemios no llegan ni al 20% de la población. El 81% de los ciudadanos admite que ha tomado bebidas alcohólicas en alguna ocasión en el último año. Pero no solo hay mucha gente que ha bebido sino que una amplia mayoría de los preguntados lo hace con regularidad. En concreto, dos de cada tres españoles (67%) se considera consumidor habitual: el 13,3% lo hace todos los días, el 26% las ingiere entre dos y tres veces por semana y el 27,5%, una vez a la semana.

Otro 15% de los españoles serían bebedores ocasionales, que toman alguna copa de alcohol una vez cada dos semanas (9,6%) o una vez al mes (6,4%), y el 18% restante son consumidores esporádicos, de los que han bebido en alguna ocasión en los últimos doce meses.

Los autores del estudio consideran que se trata de datos alarmantes, pues el consumo regular de alcohol es un hábito de vida pernicioso porque, como coinciden todas las sociedades médicas del país, se trata de un factor de riesgo para la mayor parte de las enfermedades y, de forma especial, para algunas de las más graves y letales, como ocurre con casi todas las clases de cáncer o con las patologías cardiovasculares.

La mayoría de los ciudadanos tiene un consumo habitual, pero moderado, como lo demuestra que se gasten en este tipo de bebidas menos de 50 euros al mes. Sin embargo, de la otra cuarta parte de la población, el 17,5% destina a estas bebidas de 50 a 100 euros al mes, el 6,1% de 100 a 200 euros y algo más del 1% gasta en alcohol más de 200 euros todos los meses.

El perfil del consumidor español mayoritario de esta clase de bebidas es un hombre (siete puntos más que las mujeres) de mediana edad (40 a 55 años), aunque seguido muy de cerca por los adultos jóvenes (26 a 40 años). La proporción de consumidores juveniles es más baja, pero nada desdeñable, pues lo hace alguna vez el 76% de quienes tienen entre 18 y 25 años.

Otros dos rasgos son también mayoritarios en este perfil principal. Hay más bebedores de alcohol entre los ciudadanos que cuentan con un salario que entre los parados (12 puntos más) y tienen este hábito de vida más arraigado quienes cuentan con estudios superiores (universitarios, artísticos o FP superior) que con una formación obligatoria o incluso inferior. Han tomado alcohol en el último año el 86,5% de quienes tienen algún título superior, el porcentaje baja siete puntos y medio, hasta el 79%, entre quienes se graduaron en secundaria y desciende al 62,3%, 24 puntos menos que los licenciados, entre quienes solo tuvieron formación básica o primaria.

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El segundo factor que se repite entre los encuestados es que se observa una relación directa entre un consumo más habitual de bebidas alcohólicas y el vivir o haber pasado por algún tipo de situación estresante.