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El cadáver lo encontró la persona que gestionaba el alquiler turístico del apartamento. Después de varios días sin saber nada de su huésped, se presentó en el inmueble y llamó a la puerta. Al no obtener respuesta, se asomó por la ventana y vio a su inquilino maniatado a una silla.
Al entrar en el apartamento, agentes de la Policía Nacional encontraron el cuerpo sin vida de Aleksander K. (33 años), un ciudadano serbio, aunque con tarjeta de residencia alemana, que había sido torturado y ejecutado de tres disparos en la cabeza.
El hallazgo se produjo el 30 de junio de 2022. Cuando están a punto de cumplirse dos años del asesinato, la policía da por esclarecido el caso con la detención del presunto autor: un ciudadano de 32 años, de origen turco y pasaporte alemán, que ya se encuentra en una cárcel española.
La investigación, en la que han trabajado agentes de la Udyco y del Greco-Costa del Sol, ha concluido que el fallecido se habría reunido en su apartamento con uno o varios miembros de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas con la que se vincula al detenido.
Al finado, por su parte, se le relaciona con grupos criminales asentados en la zona de los Balcanes, según fuentes próximas a la investigación. Al parecer, tenía antecedentes por narcotráfico, igual que el arrestado, que también habría estado involucrado en el tráfico de armas.
Por causas que aún están bajo investigación, la reunión derivó en el secuestro de Aleksander K., al que amordazaron, ataron a una silla y torturaron durante horas, si no días. Cuando encontraron su cadáver, aún seguía maniatado y tenía la cabeza envuelta en film transparente.
La colaboración entre las autoridades españolas y alemanas permitió poner nombre y apellidos al principal sospechoso del crimen. El Juzgado de Instrucción número 3 de Marbella dictó una Orden Internacional de Detención (OID) contra este individuo, que fue localizado y arrestado en Turquía.
El detenido fue deportado desde la ciudad de Estambul, según fuentes judiciales. Viajó con escolta policial durante el vuelo y fue escoltado desde el aeropuerto de Málaga hasta el Juzgado de Instrucción número 8 de la capital, en funciones de guardia, que decretó su ingreso en prisión por homicidio y «por otros delitos que se concretarán en la instrucción judicial». El magistrado se inhibió a favor del juzgado de Marbella.
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