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El sargazo, una macroalga procedente del Atlántico septentrional, está llegando de forma masiva a las costas canarias desde hace unas semanas. «Viene del Mar de los Sargazos, situado al noroeste del Caribe, y también llega a otras zonas, como Madeira o Cádiz. Es un fenómeno transversal y esta es una llegada masiva. Está en todas las islas, igual en La Gomera que en Lanzarote», señala Fernando Tuya, investigador del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
En todo caso, el director del grupo de Biodiversidad y Conservación (Biocon) de Ecoaqua aclara que es un «fenómeno totalmente natural» que se produce de vez en cuando.
«Hubo una arribazón similar hace 20 años. Lo sabemos porque el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria retira las algas y tiene estadísticas de la cantidad retirada. No sabemos con qué frecuencia se produce porque, de más atrás, no hay datos», explica el especialista en botánica marina.
El científico tiene la certeza de que el alga ha hecho un largo viaje. «Las imágenes de los satélites nos indican claramente que no se produce localmente, sino que viene del mar de los Sargazos, situado al norte del Caribe», comenta sobre esta peculiar macroalga dotada de vesículas que le permite flotar y formar masas en superficie.
«Es muy curiosa. No está fijada en el sustrato. Fue descrita por primera vez por Colón», relata Tuya. Y es que, según el científico, los navegantes de la época temían que los barcos de vela quedaran atascados en aquellas masas de algas que ralentizaban la navegación, cuando el mar estaba en calma y hacía poco viento.
La aparición de estas macroalgas a Canarias es habitual, pero esta vez han coincidido dos factores que han provocado su llegada masiva, subraya el biólogo.
Por un lado, el fenómeno oceanográfico del Niño ha inyectado nutrientes en el mar de los Sargazos y eso ha permitido que la población de algas creciera. A esta circunstancia se suma el hecho de que la corriente del Golfo, que se mueve del oeste al este, ha sido intensa y, al llegar a la altura de la península Ibérica, se ha ramificado y ha circulado hacia el sur arrastrada por la corriente de Canarias.
«Se han dado dos fenómenos; un agua rica en nutrientes que ha permitido que las algas crezcan y un patrón de corrientes que ha facilitado su dispersión», resume Tuya.
Según el científico, la presencia del sargazo será efímera. Bastará un temporal o una dinámica marina para que las manchas se disgreguen. Tampoco su llegada tiene un impacto biológico importante. «Lo más llamativo es que propicia la dispersión de invertebrados, pequeños cangrejos y gambas vinculadas a las algas que han viajado con ellas del oeste al este del Atlántico», dice.
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