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La zona con mayor actividad sísmica tectónica de Canarias se encuentra en el canal que separa las islas de Gran Canaria y Tenerife. En esta área, donde se asienta el volcán submarino de Enmedio, se detectan entre 400 y 500 terremotos al año de forma continuada.
En los dos primeros meses de este año, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha registrado 120 terremotos a mitad de camino entre las dos islas, lo que supone un 30% del total de los seísmos localizados en el archipiélago en este periodo. No obstante, en estos tres últimos años la mayoría de los temblores localizados en Canarias han estado asociados al volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, que sigue registrando cierta actividad propia de la fase posteruptiva.
120 terremotos se han detectado en el canal entre Gran Canaria y Tenerife en los meses de enero y febrero de este año, con una magnitud máxima de 3,4. Esta zona de Canarias es la que registra los seísmos de mayor magnitud.
¿Qué ocurre en la corteza y el manto de esta zona del archipiélago para que tiemble de forma continuada en el tiempo?
Para investigar este y otros aspectos del suelo oceánico sobre el que se asienta el archipiélago, el IGN y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) se han embarcado en el proyecto 'Procesos geodinámicos y riesgos naturales en el archipiélago Canario', denominado Guanche, que estudiará la estructura de la corteza y el manto en Canarias, integrando observaciones en el fondo marino, según explica el sismólogo del IGN, Itahiza Domínguez.
«Hay sismicidad continua entre Gran Canaria y Tenerife. Tenemos constancia de ella desde que se empezaron a localizar los terremotos en Canarias; desde los años 50, cuando se instaló la primera estación sísmica, y luego, con la ampliación de la red en los años 70», señala el investigador que coordina, junto a Carmen Fresno, la parte del proyecto que recae en el IGN.
«No sabemos el origen de la sismicidad. Ni siquiera sabemos qué relación tiene con el volcán de Enmedio», señala el sismólogo que con esta investigación tendrá la oportunidad de confirmar que la actividad sísmica continuada entre Gran Canaria y Tenerife «no tiene que ver con el volcanismo sino con la estructura tectónica del archipiélago».
Domínguez señala que Canarias está dentro de la placa africana, pero entre Tenerife y Gran Canaria hay una fractura donde se produce cierta tensión. «La corteza, al moverse, se transforma en pequeños terremotos», abunda el investigador que cree que este trabajo podría explicar el origen del volcán de Enmedio, además de dar nuevas pistas sobre el origen del archipiélago canario.
«Casi seguro que la actividad sísmica es previa al volcán de Enmedio», sospecha el sismólogo que basa su afirmación en dos cuestiones; el volcán es reciente desde el punto de vista geológico -varios miles de años- y la sismicidad vinculada al volcanismo es intensa antes y después de la erupción y luego desaparece paulatinamente, cosa que no ocurre en esta zona.
«Podremos comprobar si esa sismicidad se produce por una serie de estructuras de tipo tectónico o tiene que ver con el volcanismo», subraya el científico.
Además, en esta zona se producen los terremotos de mayor magnitud del archipiélago. «En 1989 se registró uno de magnitud 5,2 que se sintió ampliamente en Gran Canaria y Tenerife. Queremos saber si ese es el tope y conocer la peligrosidad sísmica que podemos tener por si pudiera entrañar algo de riesgo», comenta el sismólogo.
Por otro lado, en los últimos años se han detectado varios enjambres de cientos de terremotos en esta zona.
El proyecto Guanche, coordinado por Antonio Villaseñor desde el Instituto de Ciencias del Mar del Centro Superior de Investigaciones Científicas (ICM-CSIC)- engloba dos áreas de trabajo; una sobre los procesos geodinámicos y otra centrada en los riesgos naturales del archipiélago canario.
Estas investigaciones cuentan con un presupuesto de unos 300.000 euros y se desarrollarán hasta el año 2025.
Para registrar con mayor precisión cómo tiembla la tierra entre Gran Canaria y Tenerife, el proyecto Guanche prevé aumentar la red de estaciones sísmicas con la instalación de sismómetros tanto en tierra como bajo el océano, señala el investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Itahiza Domínguez.
Así, a finales de este mes se colocarán 14 sismómetros en Gran Canaria que se sumarán a las tres estaciones del IGN en la isla. «La red sísmica tiene muy cubierta Tenerife, pero Gran Canaria lo está menos porque registra menos actividad sísmica», dice Domínguez.
Además, se desplegarán sismómetros de fondo marino (OBS) en las profundidades del canal situado entre Gran Canaria y Tenerife. «La idea es que se pongan este año y se recojan el próximo», señala el científico. La instalación de estos sismómetros bajo el mar permitirá detectar con precisión dónde se producen los seísmos. «Al estudiarlos desde tierra es complicado tener bien cubierta esa área de sismicidad. Si los terremotos no son intensos, las profundidades nos bailan unos 10 o 20 kilómetros. Esta instrumentación nos permitirá localizarlos con mucha precisión», asegura.
Y es que, hasta ahora, la estación más próxima se sitúa a unos 30 kilómetros del centro del canal.
En el caso de los sismómetros que se instalarán en Gran Canaria, se prevé que recojan datos durante dos años. Esta instrumentación servirá también para analizar los terremotos registrados entre Gran Canaria y Fuerteventura.
Además, se reforzará la red sísmica de Tenerife allá donde haya un área que menos cubierta.
En total, se instalarán entre 40 y 50 aparatos, de los que alrededor de 30 podrían ser sismómetros de fondo marino.
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