Canarias y el agua: reconciliación obligatoria para nuestro desarrollo

En los últimos años, el agua ha pasado a convertirse en un quebradero de cabeza para Canarias. Con motivo del Día Mundial del Agua que se celebra este 22 de marzo, CANARIAS7 organizó el pasado martes el foro 'Canarias, mucho más que una cuenca hidrográfica'. En él, el consejero de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas del Gobierno de Canarias, Manuel Miranda -moderado por el director del periódico, Francisco Suárez Álamo-, puso sobre la mesa las diversas cuestiones que colocan al archipiélago en una situación crítica con respecto al abastecimiento de este recurso en las islas.

Durante el encuentro, se señaló la urgencia de resolver la falta de planificación previa con el objeto de aprobar los planes pendientes, además de garantizar la eficiencia de la inversión de los recursos destinados al sector. Sin embargo, son varios los muros a derribar para garantizar la reversión de estas problemáticas.

La cuenca hidrográfica canaria se presenta al Día Mundial del Agua con unas características preocupantes. Desde 2016, el proceso de sequía en las islas ha ido aumentando hasta el punto en que 2024 ha sido el año más seco jamás registrado en Canarias.

Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife no solo se enfrentan a graves problemas con el suministro de agua -que Manuel Miranda asegura que «con tecnología industrial y desarrollo se podrán solucionar»-, también hay que sumarle las complicaciones en la depuración, reutilización y saneamiento de la misma.

La isla majorera ya ha iniciado obras en la infraestructura y desde entonces, el abastecimento ha mejorado sustancialmente. Lanzarote, por su parte, ha activado recientemente la emergencia hídrica licitando cinco millones de euros para la reparación de sus redes de suministro y seguir la senda de la isla vecina. En Tenerife, el plan de inversión se centrará en el área metropolitana.

La Graciosa, como caso excepcional debido a su situación estratégica para el gobierno, también se encuentra en serio problema, pero «con una solución ya planteada».

No es nada nuevo, todos conocemos el cambio climático y ya se palpa en el suministro canario. El comentado proceso de sequía obliga a las islas a buscar otros frentes para abastecerse y nuestra condición nos pone en bandeja hacerlo a partir del mar.

Sin embargo, la desalación es un proceso sumamente caro: la infraestructura, costes de operación, energía y sus impactos en el ecosistema marino hacen que esta red sea muy poco sostenible.

Gran Canaria es uno de los territorios del mundo con más desalinizadoras por kilómetro cuadrado, y este ciclo de 'uso a lo grande de la desalación por culpa de la sequía, pero que afecta al medioambiente y ayuda a acentuarla' pone en jaque al proceso de ahorro hídrico y económico.

Las grandes pérdidas que está suponiendo obliga a otras islas como La Palma con sus canales o El Hierro a esforzarse de manera mayúscula para no quedarse atrás. Se siguen tratando de mejorar las redes de abastecimiento y así ayudar también a un sector primario muy condicionado.

Aunque «hay una coordinación absoluta con el liderazgo del Gobierno de Canarias» para encauzar la política hidráulica, las posibilidades económicas limitan su desarrollo. Por ello, Canarias reclama un convenio estatal para financiar estas obras. Serían un total de 127 proyectos por los que se prevén algo más de 1.400 millones de euros.

En cifras redondas, Canarias suma 2.6 millones de habitantes y está cerca de alcanzar los 20 millones de turistas anuales. En términos urbanísticos y conociendo estas cifras, no se ha sabido acometer la actualización y disciplina conveniente para facilitar la depuración del agua.

Al igual que cada vez está lloviendo menos, cuando lo hace es con gran virulencia. Esto genera cauces que hoy en día están obstruídos por parcelaciones ilegales en zonas altamente inundables, aparcamientos que confluyen con el recorrido del agua y otras infraestructuras que no solo afectan al arovechamiento de la misma, sino que también ponen en peligro nuestra integridad. Se deberán estudiar los planes de riesgo y trabajar en la protección propia e hídrica.

Colaborar para que el ciclo integral del agua sea sostenible es muy necesario, pero en Canarias se ha perdido esta costumbre. Una de las cuestiones para mantener firme la idea es trabajar en la conciencia de los principales afectados, nosotros.

Miranda afirmó en el foro que «uno de los presupuestos planteados irá destinado a la campaña de concientización de agua, hay que darle la mano a la sostenibilidad».

El ciudadano canario también espera que desde arriba se haga lo mismo. En materia hidráulica, nuestras islas siempre han estado muy bien posicionadas, y lo que se plantea y estudia aquí es muy valorado; eso lo saben las instituciones competentes y deberán seguir trabajando para demostrar que fluyen en esa línea. Si estamos donde estamos, es porque hemos sabido gestionar algo tan difícil como el agua.

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