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Ejemplar de rape abisal o diablo negro, el pez avistado en Tenerife que ha dado la vuelta al mundo. Efe/ Marc Martín/ Vida Marina Tenerife

«Hay una colección de especies abisales en el mar cerca de Canarias muy feos y pequeños»

El doctor en Ciencias del Mar José Juan Castro destaca que cada noche se produce una emigración vertical de este tipo de animales desde las profundidades

Dánae Pérez

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 14 de febrero 2025, 23:09

La imagen dio la vuelta al mundo. Un pez negro, de mandíbula poderosa y aspecto terrorífico, que habita en las profundidades del océano, fue captado en superficie y a plena luz del día cerca de Tenerife. El impacto que causó fue tal, que muchos afirmaron en sus redes sociales que no volverían a darse un chapuzón en el mar.

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«Hay una colección de estas especies cerca de Canarias. Son, por lo general, muy feos, pero también muy pequeños. El diablo negro —el animal avistado cerca de la costa tinerfeña—, es el que se va a comer a Nemo en la película, cuando, en realidad, Nemo es 50 veces más grande que él», repara el doctor en Ciencias del Mar y director del departamento de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Juan Castro Hernández.

El rape abisal, también denominado diablo negro y que responde al nombre científico de 'Melanocetus johnsonii', mide apenas cinco centímetros y es «totalmente inofensivo, no muerde ni el dedo gordo», ironiza Castro.

El doctor en Ciencias del Mar atiende incrédulo a la repercusión que ha tenido este avistamiento, del que se ha hecho eco toda la prensa nacional e incluso la internacional. La noticia ha llegado a cabeceras del tamaño de 'The New York Times' y 'Daily Mail'.

El rape abisal hallado en Tenerife en las manos de una científica. Europa Press

Castro explica que este hallazgo es «muy habitual en el archipiélago» y que existen «miles de especies» como esta. Se debe tener en cuenta que las canarias son islas oceánicas, que apenas tienen plataformas: «En La Isleta, a dos kilómetros de la orilla, tienes mil metros de profundidad. Es decir, que estos animales, como el rape abisal, están ahí, son vecinos».

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Estos peces, además, son protagonistas de un fenómeno fascinante, que tiene lugar cuando el resto del mundo duerme. «Hay una migración vertical nocturna todas las noches. Una capa de animales, de especies abisales, crustáceos y algunos cefalópodos, que van desde los 400, 500 metros de profundidad hasta los 800 o 1.000 metros, suben a superficie por la noche, huyendo de los predadores, para comer y luego bajan antes de que se haga de día», ahonda el especialista.

Los compara con «los famosos Ñu, que migran en África de un lado al otro, pero estos lo hacen todos los días, dando lugar a las migraciones más grandes del planeta». El especialista calcula que estos animales, de apenas cinco centímetros, recorren unos 1.600 metros diarios cada noche, «es más que ir al Pino y venir».

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Hallazgo en Tenerife

El diablo negro visto en la isla picuda fue captado por la ONG Condrik Tenerife, que manifestó que podría tratarse del «primer avistamiento registrado en el mundo» de un ejemplar adulto vivo, a plena luz del día y en superficie. El animal terminó muriendo horas después de ser visto. Castro cree que estaba «moribundo y lo cogió el día, porque apenas podía nadar». Una de las hipótesis que baraja es que sufrió el ataque de un predador durante su migración nocturna.

El rape abisal o diablo negro es «totalmente inofensivo, no muerde ni el dedo gordo», ironiza el científico

Si bien, señala que no es tan anómalo ver en superficie a animales de las profundidades del agua. El mar de fondo o las corrientes, los arrastran en ocasiones hacia la costa y «a veces suelen aparecer en algún charco en La Isleta o en Las Canteras, donde se han visto mictófidos, que son peces linterna». El doctor en Ciencias del Mar menciona, así, a otra criatura misteriosa vecina de Canarias, que habita en lo más oscuro del océano.

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Los peces abisales son esos grandes desconocidos, debido a que habitan en un lugar prácticamente inaccesible. Sí que se saben algunas de sus particularidades; por ejemplo, muchos pueden desencajar la mandíbula para comer especímenes más grandes que ellos, ya que la oportunidad de comer es escasa y hay que aprovecharla cuando se da. El diablo negro, a su vez, cuenta con una especie de antena que genera bioluminiscencia para atraer a las presas.

El cambio climático supone la mayor amenaza para estos peces, ya que propicia el calentamiento, cada vez más rápido, del fondo marino, lo que provoca la pérdida de oxígeno. «Algunos animales podrán acercarse más a tierra para respirar, pero otros acabarán desapareciendo», expone Castro el peor de los escenarios.

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