Chacales, cotorras y mimosas

Las especies invasoras son extremadamente perjudiciales tanto para la biodiversidad como para las actividades humanas. «La mayor parte de los ríos están llenos de este tipo de plagas, con gran impacto sobre las locales, caso de los pequeños anfibios», indica Ramón Pérez, y menciona al mejillón cebra, llegado desde Asia Central. «Además de reducir el fitoplancton, por su pequeño tamaño se introduce en las tuberías y ataca las instalaciones de regadío y las tomas de agua de las centrales».

El visón americano, la cotorra argentina y el mapache, en el capítulo de la fauna, y el ailanto, la chumbera y la mimosa, en el de la flora, son otros recién llegados que nadie ha invitado. «Las medidas para combatirlos son drásticas y suelen afectar a la economía», apunta Theo Oberhuber. A los habitantes de las ciudades también nos corresponde cierta responsabilidad en esta invasión. «No debemos hacernos con mascotas que no sean perros, gatos o hamsters, y, por supuesto, nunca soltarlos en el campo».

Mientras tanto, el chacal, el animal, siguió su peregrinaje y a través de largas marchas, generalmente nocturnas y discretas, ha llegado al extremo occidental del continente. En enero de 2023 fue hallado en Álava el cadáver de un ejemplar atropellado. Tal vez, dentro de un tiempo, cuando sea demasiado tarde, se programa capturarlo. Oberhuber plantea reparos éticos a las soluciones contundentes y letales. «Hay que actuar antes de matar a miles de individuos y arrancar plantas», aconseja. «Al principio siempre es más fácil».