Aftec desvía niños al picadero de Arucas

En condiciones normales, Aftec habría prestado el servicio en el centro hípico de El Cortijo, donde este colectivo sin ánimo de lucro lleva instalado desde 2014, pero la decisión del Club, hecha efectiva este martes, de no dejarles acceder al pequeño parque infantil con zona cubierta donde hasta ahora desayunaban e impartían talleres, ha forzado a la directora de Aftec, Marta Pérez, a desviar a Arucas a aquellos colegios que se lo puedan permitir. «Los habrá que no, porque aumentan los costes de transporte».

Entre los que estudian la posibilidad de hacer el cambio está el aula Enclave del colegio Poeta Fernando González, de Telde, aunque su profesora, Gema Trujillo, está pendiente aún de reunirse con los padres. Tiene claro que lo ideal sería que sus seis alumnos pudiesen continuar con esta terapia y, en particular, con Aftec. «Su servicio es el mejor, no deberíamos interrumpir el trabajo iniciado, y preferiría reducir las sesiones al ser ahora más lejos, en Arucas, pero poder seguir con sus monitoras y sus caballos», indica.

Trujillo subraya que el cierre de esa instalación en El Cortijo no es baladí. Primero, por la función que tenía. «Mientras esperan turno para pasar con los caballos, hacemos dinámicas y talleres con los niños». Y segundo, por cómo se produjo, sin aviso. «En el grupo la mayoría de los niños tiene autismo y les rompió los esquemas». Advierte la tutora de que con estos alumnos se trabaja mucho la rutina, de tal modo que cualquier alteración, si no es preparada con tiempo, les perjudica. «De haberlo sabido, se lo habríamos explicado, con pictogramas». Y el espacio alternativo que se les dejó, apunta Trujillo, «no reúne condiciones, está deteriorado, no está limpio, es pequeño y hace mucho calor», lo que hizo que los chiquillos, tanto los 6 de su aula como los 6 de la del colegio San Juan, estuvieran «muy incómodos». Con todo, confía en poder seguir con Aftec. «Es muy motivante para ellos trabajar con animales y hacerlo en un contexto natural», afirmó.

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Ante la noticia publicada por este periódico respecto al centro hípico de El Cortijo, la dirección del Club remitió un comunicado con varias puntualizaciones, entre las que subraya que el local cerrado «no cumple con la normativa legal para su uso» y que le parece «irresponsable albergar a los niños» en un sitio «que puede producirles serios daños». Deja claro que la dirección apoya la labor de Aftec, «si bien la situación económica del club y el incumplimiento constante por parte de Aftec del contrato firmado entre ambas partes ha llevado a tener que rescindirlo con fecha 31 de diciembre de 2017». También dice que Marta Pérez «tiene y ha tenido acceso directo a la dirección». Pone como prueba los «correos cruzados» durante septiembre. «Es absolutamente falso que se le denegase cualquier solución y actualmente estamos valorando las posibles alternativas, si bien nos extraña que haya pedido permiso para ello cuando han realizado acciones similares en anteriores ocasiones sin contar con la dirección». Advierte de que el contrato con Aftec «ha sido rescindido y comunicado recientemente después de varias reuniones infructuosas» con Pérez «debido al incumplimiento de muchas cláusulas del contrato por la asociación, por el coste que supone al club y por las molestias que origina a algunos usuarios de la hípica».