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El Ayuntamiento ha fijado las normas de mantenimiento, restauración y rehabilitación que tendrá que seguir el grupo Barceló Hotels para renovar y poner en uso el hotel Santa Catalina. «El objetivo es que todo lo que se haga esté controlado», explicó el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, «porque se trata de un edificio protegido que podría chocar con el uso hotelero o con la propia reforma».
En las labores de mantenimiento debe prevalecer el estilo arquitectónico, la planta en forma de u invertida y las fachadas. Además, se obliga a rehabilitar todas las obras pictóricas, la carpintería y el mobiliario histórico.
Doreste explicó también que las normas fijan unas exigencias de restauración en las que entran algunas demoliciones, como es el caso de una barra de uno de los bares, que oculta una antigua chimenea, o el del edificio añadido al casino.
«La conservación no nos preocupa tanto como las labores de rehabilitación y reparación porque afecta a fachadas, al patio...», prosiguió el concejal de Urbanismo.
En su opinión, las normas específicas son la base a partir de la cual el grupo Barceló Hotels debe articular su propuesta para el hotel Santa Catalina. Hay que recordar que el compromiso del nuevo adjudicatario es invertir 24,5 millones de euros en la modernización de las instalaciones.
«Si el Cabildo de Gran Canaria hubiera hecho lo mismo con el centro San Martín se hubieran evitado muchos problemas y muchas discusiones», dijo el edil en relación al procedimiento seguido ahora con el hotel Santa Catalina.
Las normas se encuentran abiertas a sugerencias y alegaciones durante un mes.
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