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Antes de que el reloj marcara este sábado las 10.30 horas, momento previsto para la inauguración del belén que cada año organiza la Ciudad de San Juan de Dios, ya eran muchos los ciudadanos que esperaban en el centro que se ubica en El Lasso para visitar una instalación que estará abierta al público hasta el 5 de enero -de 10.30 a 13.30 horas y de 16.00 a 19.00 horas-, y que ya tiene concertadas 62 visitas de colegios, institutos, asociaciones vecinales y parroquias.
«La Ciudad de San Juan de Dios es parte de la sociedad canaria», dice Rafael Cenizo, Hermano Superior de la entidad, para explicar la importante afluencia de público que de manera fiel acude a ver el nacimiento, mientras los primeros visitantes lo recorren una vez ha recibido la bendición del párroco del centro y al son de los villancicos de la rondalla La Zarzalera.
La instalación de este año cuenta con 200 metros cuadrados y su diseño ha corrido al cargo de Ángel Santiago Gallego, un hermano de San Juan de Dios que pasa su primera Navidad en el centro de El Lasso y que ha contado con la ayuda de trabajadores y cooperantes de la institución que durante «dos meses» no han dudado en dedicar tiempo a recrear un espacio cuyo «centro es el Nacimiento de Jesús, Jesús como fuente de agua viva», explica en medio del trasiego de personas que se mueven para apreciar las diferentes escenas.
Añade que, a diferencia de citas anteriores, éste belén «tiene un carácter más paisajístico» ya que se ha incorporado «una muralla, una puerta de entrada a la ciudad y un mercado».
Las variaciones que en cada edición presenta esta recreación religiosa es un aliciente para personas como María Luz Pérez o Rosario González, que cada 8 de diciembre acuden, tras la misa que se celebra previamente, a verla. «Todos los años venimos y siempre nos gusta», aseguran.
Pero si este nacimiento es una realidad Navidad tras Navidad es gracias a la participación de las denominadas Damas de San Juan de Dios, los voluntarios y los colaboradores, como explica Elena Sosa, coordinadora de la instalación.
Una de esas damas es María del Carmen Estévez, que no puede contener la emoción al ver llegar a los primeros visitantes ya que junto a sus compañeras lleva trabajando seis meses para que todo esté a punto. «Esto tiene que salir del corazón», dice quien suma más de 30 años dedicando su tiempo a San Juan de Dios. «Lo único que pedimos es que colaboren y la gente colabora mucho», reconoce.
En cuanto a los modos en que los visitantes pueden ayudar a la entidad, Sosa recuerda que además de los donativos a aportar en su vista al belén, disponen de un rastrillo solidario que cumple una doble función, ya que tiene productos, especialmente juguetes, a precios asequibles para personas con dificultades económicas. «Ellos nos ayudan y nosotros los ayudamos también», expone.
Además, está el cartel de las necesidades, un cuadro que ocupa un lugar destacado del espacio que acoge el nacimiento y recoge las necesidades específicas en cuanto a material que precisa el centro para desarrollar su labor asistencial. En él figura el coste exacto de esos artículos y se pone el nombre de la persona que hace la aportación. Por último, está el ingreso bancario.
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