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La resurrección de la prueba de los días libres obligatorios en el sector del taxi con el fin de garantizar la supervivencia económica de esta actividad, según los argumentos del Ayuntamiento, tuvo este lunes su primera contestación en la calle: una caravana de taxistas -entre doscientos y trescientos, según los organizadores de la protesta- recorrió la capital grancanaria como medida de hacer entender al Consistorio su negativa a esta prueba.
El Ayuntamiento está legitimado para ello, máxime después de la última sentencia que reafirma la potestad municipal para fijar descanso obligatorio. Pero es que además desde el gobierno municipal se insiste en que no se trata de ninguna imposición, sino que la idea es que se pruebe el efecto que tendrá en la cuenta de resultados del taxi el hecho de librar dos días, depositando la decisión final en un referéndum al que se convocará a los taxistas una vez realizado el ensayo.
Sin embargo, desde la Asociación pro derechos del Taxista Autónomo de Canarias (Asprotac) se considera que esta prueba -y el estudio económico que sustenta su realización- actúan sobre un escenario «ficticio», del que primero habría que depurar a todos los titulares ilegítimos de licencias que aún siguen en activo. De acuerdo a los cálculos realizados por el portavoz de Asprotac, Gorky Bethencourt, al menos un tercio de la flota de taxis que presta servicio en Las Palmas de Gran Canaria se encuentra en situación ilegal, lo que supone unos 540.
El último informe del taxi encargado por el Ayuntamiento certificaba una sobreoferta de 640 licencias en la ciudad; y la prueba planteada por el grupo de gobierno el año pasado -y suspendida primero judicial y luego administrativamente- retiraba de las calles 410 taxis de lunes a jueves y 820 los sábados y domingos.
Sin embargo, tanto para Asprotac como para la Asociación de Asalariados de Auto-Taxi, la medida de las libranzas no tiene justificación por cuanto que se sustenta sobre la prestación ilegítima del servicio por parte de un tercio de la flota que debería ser retirado de la calle antes de plantear los días libres.
Este convencimiento fue el que motivó ayer la primera caravana de taxistas en contra de los paros obligatorios, con una concentración de coches que tuvo lugar en el aparcamiento del centro comercial El Mirador y que luego recorrió la autovía hasta Belén María. Una vez allí, los más de doscientos taxistas que conformaron la procesión, según Bethencourt, se redujeron a medio centenar por recomendación de la Subdelegación del Gobierno. Estos cincuenta taxistas, a los que luego se sumaron más, recorrieron el interior de la ciudad, desde Juan Rejón a León y Castillo, motivando ciertas retenciones de tráfico. En todo caso, la Policía informó que las principales quejas ciudadanas fueron por el ruido de las pitas.
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