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Crónica de un infierno

Crónica de un infierno

A las cuatro de la tarde prendió una catástrofe que estuvo dos días «fuera de capacidad de extinción». Las condiciones meteorológicas pusieron una alfombra roja al incendio. La angustia creció cuando las llamas se adentraron en Tamadaba

Sábado, 24 de agosto 2019, 23:02

Las tormentas de fuego han amainado y, ocho días después, el monstruo está a punto de ser controlado. Cuando aun seguían humeando los incendios declarados en Artenara y Cazadores, Gran Canaria se adentró en una nueva catástrofe que pudo devorar casi toda la isla. A las cuatro de la tarde del sábado 17 de agosto, en el barranco de Crespo, cerca de Valsendero, en Valleseco, prendió un macroincendio que cabalgó entre llamas de hasta 50 metros y que durante dos días estuvo fuera de capacidad de extinción, arrasando a toda velocidad zonas pobladas y de alto valor ecológico.

DIA 1

De «gran potencial»

A las cuatro de la tarde prendió la llama en un día con las peores previsiones meteorológicas. El termómetro rondando los cuarenta grados, las rachas de viento y la baja humedad ponían una alfombra roja al fuego. La causa de esa primera chispa sigue en investigación, pero la mano humana está, con casi total seguridad, detrás, ya sea de forma intencionada, por una negligencia o por una imprudencia temeraria. A los pocos minutos los servicios de emergencia del Cabildo alertaron del «gran potencial» devastador de un incendio que derivó en una catástrofe que terminó devorando casi 10.000 hectáreas de la zona cumbrera y medianías del norte de la isla. Los equipos de extinción empiezan a actuar de inmediato por aire y por tierra y el nivel de la catástrofe pasa a nivel 2, asumiendo el Gobierno canario la dirección del dispositivo. Los desalojos que finalmente afectaron a 45 núcleos de diez municipios se inician con el Rincón de Tejeda, la Cruz de Tejeda y el Parador. Arrancan cinco días críticos, especialmente desde el domingo a la noche del lunes, cuando toda una isla temió no poder vencer a un fuego que se propagaba rápido por las copas de los árboles. 2.000 personas duermen ya el sábado fuera de casa y se despierta una ola de solidaridad con los afectados y de agradecimiento con los efectivos contra el incendio que crece tan rápido como el tsunami de fuego. La isla se acuesta con 600 hectáreas quemadas. 150 personas pasan la noche cara a cara contra unas llamas que se ven desde prácticamente toda la isla.

DIA 2

El golpe de Tamadaba

Las tormentas de fuego siguen incontroladas a pesar del mayor operativo contra un incendio desplegado en Canarias. Las hectáreas afectadas son ya 3.400 hectáreas a las seis de la tarde y aumentan a un ritmo desenfrenado. La isla está pendiente de la rueda de prensa de las diez de la noche sobre la evolución de la catástrofe. El golpe es inmediato: las llamas entran sin remedio en Tamadaba, patrimonio medioambiental y sentimental de las y los grancanarios. Federico Grillo, jefe de Emergencias del Cabildo y la voz técnica en las comparencencias públicas, dibuja con un mapa de la isla a sus espaldas un panorama pesimista, aterrador. El caprichoso viento del noreste y este empuja la cabeza de las llamas, que avanzan arrojando cenizas voladoras. «Es imposible pararla». Por primera vez se escucha que «el incendio está fuera de capacidad de extinción» y amenaza con avanzar al oeste y suroeste hacia La Aldea, Artenara, Tejeda y Mogán. Arde una tierra sedienta que ha sufrido una primavera seca, sin apenas lluvias, y sobrevive en un verano caluroso.

A pesar de «tener la flor y nata» de las unidades especializadas trabajando, no se puede hacer nada. Intentar combatir a las llamas en Tamadaba sería «un suicidio». En el mapa están marcadas en rojo las llamadas zonas de hombre muerto, cercanas a la cabeza, principalmente en el suroeste, prohibidas porque las personas que luchan contra el fuego pueden quedar atrapadas. El macroincendio es, en realidad, un monstruo con una cabeza y muchos rejos. Uno arranca de la zona cero y se desplaza a Artenara y el macizo de Tamadaba, hacia el oeste. Otro arrasa las partes altas de las medianías de Valleseco, Moya, Gáldar, Guía y Agaete, el gran flanco derecho. En su deseo de alimentarse las llamas bordean lo quemado y lo trabajado durante el incendio iniciado una semana atrás, y entran en el pueblo de Artenara y Tamadaba. «Tiene todo el macizo por delante, tiene vía libre», dice Grillo. En El Valle de Agaete, de momento, tampoco se puede hacer nada. Lo primero, salvar las vidas, se está cumpliendo con los desalojos. Lo segundo, las casas, es muchas veces una misión imposible. Grillo recuerda en plena tragedia la importancia de las limpiezas perimetrales. «Las viviendas que están limpias alrededor son las que resisten», dice.

La ola de calor intensa continúa. La isla duerme entre llamas que han alcanzado los 50 metros de altura, con 20 carreteras cortadas, 5.000 personas desalojadas de siete municipios, 3.000 hectáreas quemadas. 400 personas combaten la tragedia por la noche, pero «el ser humano no es capaz de detener unas tormentas de fuego» como las que sufre la isla. Las condiciones meteorológicas siguen siendo pólvora.

DIA 3

La amenaza de Inagua

Por la tarde del lunes se confirma que la catástrofe, ya de grandes dimensiones, puede ir a más. Un cambio de viento que alivia todo el flanco norte amenaza el pinar de Inagua. El fuego está a las puertas de la reserva integral, zona ya devastada por el gran incendio de 2007. Si lo hace tendrá campo libre para seguir devorando por el sur, por lo que se anuncian desalojos preventivos en Mogán, La Aldea y San Bartolomé de Tirajana. «Las personas son lo primero», reitera el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en la rueda de prensa de la noche.

El «miedo» está en Inagua y en los reinicios de las zonas casi estabilizadas. Es un incendio que baila al ritmo del viento, que cambia del sureste, este y noreste al noreste norte. En la cuenca de Tejeda se libran muchas batallas porque el fuego entra por diferentes puntos, pero se ha contenido. Tamadaba está herida, pero no de muerte, porque hay zonas donde no se ha quemado con intensidad. La gran preocupación es la dirección y fuerza del flanco de Artenara, donde siguen 40 personas confinadas arropadas y protegidas por otros tantos efectivos contra el fuego. Si el viento no cambia las llamas «tienen bastante territorio para devorar», dice Grillo. Porque «el fuego va a hacer lo que le gusta, que es devorar los montes». El día acaba con 10.000 personas desalojadas, 473 de ellas en albergues.

DIA 4

Los primeros realojos

«A punto de amanecer, buenas noticias sobre el incendio», dice un tuit de Ángel Víctor Torres. Tras una noche muy complicada, la isla se despierta el martes con la gran alegría de que las llamas no han entrado en Inagua y pierden potencial. El calor remite y el viento deja de soplar con fuerza. El macroincendio ya no está fuera de capacidad de extinción. Su perímetro es de 112 kilómetros y ha devorado algo menos de 10.000 hectáreas, pero si no se reaviva no irá a más. De las evacuaciones se pasa a los primeros y emotivos realojos: Madrelagua, Cuevecitas, La Caldereta, Altos de Lanzarote, El Prado, de Valleseco, Fontanales, Valle en Agaete, casco de Artenara... Muchos regresos son amargos por los daños en casas y cultivos, por la pérdida de animales que quedaron atrás, aunque la evaluación de los daños quedará para más adelante. Durante el día, helicópteros e hidroaviones descargan más de 1,6 millones de litros de agua para enfriar el infierno y seguir empapando la tierra. 1.500 efectivos siguen trabajando en tierra.

DIA 5

Estabilizado pero «cogido con pinzas»

El macroincendio se declara «estabilizado», pero «está cogido con pinzas» y puede reavivarse. El miércoles la mayoría de los desalojados vuelven a casa. La victoria en esta batalla contra el monstruo que ya agoniza está más cerca. Como días atrás, el presidente de Canarias agradece el trabajo a todos las personas de los servicios que participan en la extinción del fuego, «jabatas y jabatos» que son los verdaderos héroes anónimos en esta semana en el infierno. El fuego se apaga y continúa la investigación para saber cómo se originó, aunque personas expertas coinciden en diferentes factores que lo han avivado, como el abandono de los campos y el sector primario o las condiciones meteorológicas extremas asociadas a las crisis climática.

DIA 6

Preparados para otra ola de calor

La isla y los servicios de extinción, que no han dejado de trabajar, se preparan para otra ola de calor extremo. Seis días después de la primera llama del macroincendio el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aterriza en Gran Canaria para garantizar que el Estado aportará todas las ayudas necesarias para que la isla y los afectados recuperen su día a día. En todos los pagos afectados se trabaja para recuperar los servicios básicos. Las cumbres y medianías intentan recuperar el pulso cotidiano tras la tragedia.

DIA 7

Marcha verde

Todos los medios aéreos se mantienen en Canarias. El fuego no está controlado y el anuncio de temperaturas de casi cuarenta grados amenaza con reavivarlo. Una reunión de todos los grupos parlamentarios escenifica la unión política en la lucha contra el fuego. Lejos de la zona cero del incendio, en la playa de Las Canteras, una marea verde reconoce el trabajo de quienes han logrado vencer a un monstruo ya moribundo. La isla respira tranquila y agradecida. Una vez apagado el fuego llega el tiempo para analizar qué ha pasado y qué se puede mejorar.

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