Un emocionado Juan Jiménez toma el bastón de mando en Puerto del Rosario

Un emocionado Juan Jiménez (PSOE), que durante su discurso recordó a su padre fallecido el pasado mes de noviembre, tomó ayer sábado el bastón de mando del municipio de Puerto del Rosario. El nuevo alcalde salió investido, además de con los cinco votos de su partido, con los dos de NC-AMF, los dos de Podemos, los dos de Ciudadanos y los dos de la Agrupación de Electores de Puerto del Rosario (AEPR). En total son trece concejales -dos más de los necesarios para ostentar la mayoría absoluta- los que integran el ejecutivo local. En la oposición quedan cuatro ediles de CC, tres del PP y uno de Gana Fuerteventura, en total ocho concejales que se abstuvieron en la votación.

Media hora antes de que arrancara el acto de investidura, el salón de plenos ya estaba abarrotado de representantes de partidos y ciudadanos en busca de hueco para presenciar la sesión. No hubo sorpresas y todo transcurrió según lo previsto en la jura de actas. Los dos ediles de Podemos, Lilian Concepción y Eduardo Tarquis, tal y como vienen haciendo los representantes de este partido en otras administraciones de España, tomaron posesión de sus actas mediante la fórmula del juramento «por imperativo legal». El resto de ediles se atuvieron a los procedimientos formales a la hora de jurar como cargos públicos.

El recién investido alcalde de Puerto del Rosario, Juan Jiménez, apuntó a los retos de la legislatura que acaba de empezar, entre ellos «el acceso digno a la vivienda, la lucha contra el desempleo, unos servicios sociales acordes a lo que necesita la capital de Fuerteventura, una cobertura integral de servicios públicos esenciales en los barrios y pueblos», así como «tener una capital que mire hacia el mar, que emprenda el camino de las inversiones sostenibles para tratar de convertirla en la capital que nos están requiriendo los vecinos y vecinas de Puerto del Rosario». En su discurso de investidura, Jiménez dijo que los resultados electorales del 26 de mayo no solo supusieron «un hito histórico» en la capital majorera, sino que además dejaron «un mensaje claro y nítido» de la ciudadanía en torno al nuevo gobierno que debía conformarse. Asimismo, el alcalde se comprometió a ejercer sus funciones como un «servidor humilde» en pro siempre del «interés general» y teniendo en cuenta «la participación social» a la hora de tomar decisiones en el municipio.