El Gobierno descarta la geotermia para producir electricidad

El potencial geotérmico de Canarias se conoce desde hace 40 años, cuando el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) llevó a cabo diversas exploraciones en Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Expertos como el ingeniero Celestino García de la Noceda, aseguran, por ejemplo, que «Lanzarote tiene recursos geotérmicos suficientes como para generar toda la energía que consume la isla y Fuerteventura», unos 450 megavatios. El Gobierno de Canarias reconoce los beneficios de la geotermia, pero el viceconsejero de Industria, Comercio y Energía, Adrián Mendoza, dice abiertamente que en su departamento «ni siquiera se valora presupuestariamente la exploración geotérmica».

Los sondeos profundos para la exploración geotérmica para la producción de electricidad (alta entalpía) tienen un coste «inasumible» para la administración, entre otras cosas, explica Mendoza, porque «el Gobierno no hace generación eléctrica; eso corresponde a la iniciativa privada, lo mismo que hacen los promotores de parques eólicos con las mediciones de viento», dice.

Tampoco parece que la geotermia interese Gobierno si el capital riesgo es cero, porque en 2015 el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) presentó a Mendoza un proyecto para el desarrollo de geotermia de alta entalpía -un prototipo para ambientes inertes de un kilovatio de potencia- para Lanzarote, que no requiere realizar sondeos profundos, y donde los expertos creen que las anomalías térmicas de Timanfaya en superficie se podrían explotar para producir energía, y aún no ha recibido respuesta.

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Lo que sí está apoyando Industria es la instalación de bombas de calor, para el ahorro y la eficiencia energética, que no conllevan la explotación de recursos geotérmicos. Y está activando distintas líneas de subvención, con fondos europeos Feder, y en 2018 prevé destinar dos millones de euros al apoyo a las renovables en el sector privado de las islas.